Notas
ENTREVISTA


19/06/2009

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RECORDAR


El grupo chileno Illapu, se encuentra en nuestro país para presentar su último material “Vivo”, esta noche en La Plata y mañana en el ND Ateneo. 

“Estamos ansiosos por tocar, hace diez años que no hacemos un concierto en Buenos Aires”, confiesan Carlos Elgueta y Roberto Márquez, previo a la entrevista, en la cual cuentan detalles de su espectáculo y rememoran y reflexionan momentos de su extensa trayectoria ligada a la canción latinoamericana.

El nombre “Illapu” alude al rayo, tercera divinidad de las culturas mesoamericanas. Muy marcados en un principio por la música andina, surgieron allá por 1971, mientras estaba Salvador Allende gobernando, en plena “vía chilena al socialismo”, en donde, según Roberto Márquez, “había una canción chilena, una poesía que estaba en pleno desarrollo”. El golpe militar del 11 de septiembre de 1973, hizo que Illapu interrumpa su actividad por casi un año: “Nosotros reiniciamos la actividad en el año 1974, cuando ya las cosas estaban menos peligrosas para los cantores, para hacer música”, afirma.

Si bien durante algunos años pudieron permanecer en Chile, luego de una gira por Europa, en 1981 el gobierno militar les prohibió el ingresó a su país, por lo que se mantuvieron exiliados, primero en Europa y luego en México por siete años. Al volver a su país, se encontraron un país devastado culturalmente y que aún hoy cuesta recuperar desde este punto.

Por eso hoy tienen como meta seguir recorriendo el mundo presentando “Vivo”, material que contiene una selección de temas de sus 21 discos editados. Esta vez la parada es Buenos Aires. Dice Roberto Márquez: “Vamos a presentar principalmente nuestro disco y dvd “Vivo”, que son un par de conciertos muy energéticos, que recogen los temas más emblemáticos de nuestra trayectoria”.

- ¿Habrá invitados sorpresa para estas presentaciones?

Carlos Elgueta:
En el Ateneo van a estar Víctor Heredia acompañándonos en una versión de la canción “Sobreviviendo”, que le pertenece. También vienen “Los Coplas”, ellos nos acompañaron en Cosquín con el tema “Zamba de Lozano”, esto lo esperamos repetir en el Ateneo. Es al primer medio que le contamos esto porque hasta hace poco no había nada confirmado.

- Recién decían de repetir algo de lo que sucedió en Cosquín ¿Han sido muy bien recibidos allí este año?

Roberto Márquez:
Si, Cosquín fue un abrazo increíble. La gente nos acogió de una manera muy cariñosa, nos ovacionaron. El público estaba muy ávido de ese encuentro entonces se convirtió para nosotros en una noche llena de magia.

- ¿En Chile pasa lo mismo con el público?

RM:
Con nosotros pasa mucho eso que pasó en Cosquín. El público nuestro es un público que nos quiere mucho, que es muy participativo en los conciertos.

- ¿Por eso han decidido grabar este disco y dvd en Vivo?

RM:
Si tú lo ves al dvd, es un concierto cuya idea es permitirle a la gente que vea detalles que no puede ver desde la platea. Es como si tuvieras la posibilidad de subirte al escenario mientras nosotros estamos tocando y estar al lado nuestro viendo todo lo que está pasando.

- ¿Y cómo se hace para recopilar más de treinta años de trayectoria en quince temas?

RM:
Nunca es fácil. La verdad que es una lotería. Se ponen los temas que han sido más populares, los temas más importantes para nosotros. Pero una recopilación nuestra nunca va a ser completa, es más nosotros tenemos 21 discos, lo que hace más de 200 canciones, entonces hacer una recopilación es muy difícil.

- ¿Se sienten referentes de la canción popular latinoamericana?

RM:
Es difícil hablar de uno mismo. Yo creo que tenemos un espacio, una palabra que decir, una forma de mirar la vida, una forma de plasmar eso en la música y en alguna medida eso te da un espacio en el continente.

- Ese tener algo que decir, es algo que ha marcado la trayectoria de Illapu…

RM:
La posición nuestra es cuestionar las realidades que vivimos, plantear situaciones que son las que los pueblos viven y que nosotros podemos hacer canción, hablar y decir desde un escenario y ese es el rol que nos damos. Nosotros no tenemos la fórmula mágica para resolver los problemas de América Latina pero si que somos muy cuestionadores de la realidad que nos toca vivir.

- Dice que la tarea de ustedes ha sido cuestionar y eso lo han hecho a lo largo de su carrera. ¿Mantener esa actitud les ha costado caro?, se tuvieron que ir de Chile mientras estaban los militares al mando…

RM:
Pinochet decía que “éramos una mala influencia para la juventud chilena y que hablábamos mal de Chile en el exterior”. Nosotros no nos fuimos, a nosotros nos expulsaron de Chile en el año ‘81. Y nos expulsaron como grupo, porque somos un grupo que desde siempre ha tenido una postura frente a la vida. Bajo la dictadura teníamos que ser muy cuidadosos y utilizar las metáforas poéticas para poder decir sin decir. Los milicos veían en nosotros un referente que no era bueno para los jóvenes y que si bien hicieron muchas cosas para tratar de parar el grupo, nosotros igual funcionamos durante la dictadura. Nos hicimos muy populares en el año ‘76 con el “Candombe para José” y eso nos adentró en el corazón de la gente. Entonces la única forma de librarse de nosotros fue expulsarnos cuando veníamos de retorno de una gira en Europa. Nos detuvieron en el Aeropuerto y nos expulsaron de Chile.

CE: Tenían que inventar un pretexto. Esto del mal ejemplo para los jóvenes obviamente que lo fue. Pero el grupo siempre cuidó de las letras. En Chile en esos años había que hacer letras que le permitieran a la gente imaginar como fue lo que tú estabas diciendo. El trabajo que se hizo en las giras al exterior también siempre fue muy cuidado, porque el grupo tenía la tremenda oportunidad de salir y volver a entrar a Chile.

- Cuando ustedes surgieron en 1971 había un movimiento cultural en pleno crecimiento. Cuando volvieron del exilio ¿Con qué Chile se encontraron en materia cultural?

RM:
En el momento del golpe se detuvo abruptamente todo el movimiento cultural que era parte de todo el proceso que estaba viviendo nuestro país. El asesinato de Víctor Jara, el hecho de que cantores fueran llevados a campos de concentración como Ángel Parra, hizo que haya un apagón cultural que duró muchos años. Además en Chile los primeros momentos de la dictadura incluso se prohibió la quena, el charango, la zamponia, todos los instrumentos que tuvieran sonoridades que asemejaran a la nueva canción.

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Por :

Pablo Piris

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