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En la noche del pasado lunes, en la clásica Peña del Colorado, el “Negro” Horacio Fontova hizo un recorrido musical por todas sus épocas incluyendo una gran variedad de ritmos folklóricos, interpretados con su inconfundible estilo.
Después de varias semanas sin presentarse en capital, recorriendo peñas, centros culturales y demás espacios alternativos que ofrece el interior de nuestro inmenso país, el “Negro” volvió a tocar en la ciudad porteña, esta vez en la Peña del Colorado donde el público disfrutó de un excelente espectáculo acompañado de carbonada y vino a tono con la fecha patria del 25 de mayo.
Debido a su popularidad y su extensa carrera que abarca a casi todas las disciplinas en materia de expresión, seria en vano y demasiado extenso dar cuenta en un recorrido cronológico de todas las vetas del “Negro” como artista. Mas inútil se vuelve cuando a la hora de subirse a cantar quedan comprobadas, evidenciadas, en su mejor versión todas sus cualidades.
Escoltado por sus dos amigos, grandes músicos también ellos, José María Ríos en el bajo y Roberto “Puki” Maidana en la batería, tocaron un repertorio que incluyó zambas, chacareras, bailecitos y algunos otros ritmos “de aquellas tierras sudamericanas” -como dijo Fontova- donde mezcló temas suyos con otros del cancionero popular que el trío interpretó con un carácter propio.
El trío arrancó con toda su fuerza tocando “Chakai Manta” y continuó con una seguidilla de temas, donde se escuchó una hermosa canción de García Lorca “Los peregrinitos”, un bailecito titulado “Del mote”, del Chango Rodríguez y varios canciones propias que abarcaban sus largos años como compositor, uno de ellos fue “Animal tierno y fácil”, un tema que forma parte de su último disco inspirado, según nos cuenta, en la teoría darwiniana y dedicado a la raza humana.
“Ahora vamos a tocar una zambita, esas cosas que no se cantan en Halloween ni en Saint Patrick”, fiel a su estilo Fontova aprovechaba cada interludio para improvisar monólogos o contar alguna delirante anécdota referida a sus canciones, mientras que el público respondía siempre con risas y aplausos.
Así, el “Negro” y sus músicos continuaron tocando durante aproximadamente una hora para terminar la primera parte del show, que contó con la espontánea participación de dos bailarines en la zamba “La nochera”.
Ya en la segunda parte, el trío arrancó con una Jota- ritmo español- que incluyó una larga y delirante presentación donde mezclaba datos reales y ficcionales para ir creando un ambiente que inevitablemente terminaría en una carcajada general.
Luego como sorpresa de la noche, Fontova invitó al escenario a un viejo amigo y compositor, el Duende Garnica, que se arrimó para cantar a dúo una de sus chacareras más famosas “El Olvidao”.
No faltaron tampoco en esta noche clásicos de fines de los 80 como “Maduro el bombón”, “Rosita” y “Los hermanos Pinzones”, más conocido como “Colón y su hijo Cristobalito”, temas ya populares que todavía perduran en la memoria de quienes nacieron antes de los 80.
La noche se extendió motivada por la energía de los músicos que continuaron tocando chacareras, cuecas y zambas precedidas de geniales y originales presentaciones del “Negro” Horacio Fontova que, como siempre, tienen doble filo: la risa y la reflexión.