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Después de doce años de cantar “Con el alma” y compartir varios sueños junto a Mario y Kike Teruel y Rubén Ehizaguirre , Jorge Rojas se despidió de Los Nocheros el sábado 30 de abril en el Estadio Ferrocarril Oeste y dio paso a la incorporación de Álvaro Teruel.
Jorge nació, creció, aprendió, soñó y vivió con Los Nocheros. La noticia de la separación con el grupo la dio a conocer a través de una carta que él mismo firmó, donde explicaba la decisión que no se debe más que a razones personales, del tiempo que lleva ese gran proyecto “Nocheros” o algunas diferencias que existen por el solo hecho de ser seres humanos.
El show “Adiós a un amigo”, que ya días antes tenía entradas agotadas, empezó minutos antes de las 22 y se extendió hasta las 24. Tal vez en plano general no salió de lo que venían haciendo en presentaciones anteriores, pero si marcaron a fuego momentos emotivos y el antes y después de un grupo argentino que no sólo cruzó fronteras, sino que también fue pionero llevando la bandera de la música folklórica.
El público lentamente fue poblando los asientos, ya estaba todo listo para que los cuatro hombres de negro se subieran al escenario. La canción para abrir el telón fue “De cal y de arena” con unos arreglos que parecen ser extraídos del futuro. Siguió la lista con “El Humahuaqueño”, “Procuro olvidarte”, “Cara de gitana”, “Ojos de mujer morena” y antes de cantar “Noche amiga mía”, se apagaron las luces para darles tiempo a ubicarse en una plataforma más arriba y crear un ambiente más íntimo. Sentados en unos banquitos y sólo con el acompañamiento de un piano afirmaron sus cualidades vocales.
Después de una descarga de canciones se vinieron las palabras, de esas que hablan por si solas. Mario lo sentó a Jorge a su lado para que escuchara bien de cerca lo que le quería decir y eligió al público como único testigo de ese cuento. Relacionó el río Paraná con Los Nocheros y los brazos que se separan con Jorge, pero dejando la posibilidad de juntarse en algún momento o que ese reencuentro se haga en el mar.
Jorge no se quedó callado y con su “Estado Natural” propuso hacer de esa noche, una noche de celebración por tantos sueños cumplidos y los que vendrán con Álvaro. Agradeció a todas las personas que alguna vez formaron parte de la canción nochera, especialmente a sus seguidores por haberlo acompañado siempre.
En la mitad del espectáculo aparecieron clásicos como “En suspenso”, “Entre la tierra y el cielo”, “Mucho más que piel”, “Chacarera del Rancho”, donde Jorge desató un sin fin de gritos por sus pasos de baile, “La cerrillana”, “Carpas de Salta”, “Las moras”, entre otros.
“En esta noche tan significativa para nosotros quiero pedirles permiso para dedicarle una canción a “La Moro” porque lo que viene es justamente sangre de nuestra sangre, la que va a continuar ocupando este espacio que deja Jorge y lo cual a nosotros nos hace pensar en la continuidad de Los Nocheros…”, fueron algunas palabras textuales de Mario Teruel para la presentación de su hijo. “Mamá, mamá” fue la primera canción que entonó Álvaro y se fue ubicando al lado de Jorge para terminar en un abrazo.
Cuando dejó de sonar el último acorde de “Canto nochero”, mirando fijo a las plateas, la nueva voz habló por primera vez. “Muchas gracias, no se imaginan como se siente aquí arriba cuando gritan todos al mimos tiempo. Yo mas que cantar, hablar no se, pero realmente quería decirles que desde el momento que me han propuesto esto y he dicho que si, mi compromiso esta con ustedes nada mas.”
En el tema “Rómpeme, mátame” fueron presentados por el mismo Rojas, uno a uno los nueve músicos que los acompañaron en la noche del adiós. Ramón Vivas (Bajo), Javier Figueroa(Teclados), “Paito” Figueroa (Piano/Percusión), “Obi” Homer (Guitarra), Carlos Pema (Percusión), Pablo Sosa (Batería), Ervin Stutz (Trompeta), Alejo Von Der Pahlen (Saxo) y Juan Scalona (Trombón).
Ya el final se iba coronando y con él los últimos sonidos puramente nochero, ese que cosechó infinitos logros a través del esfuerzo. Después de dos retornos al escenario y “Yo soy tu río”, que sería la última canción, el grito de “Jorge no se va” aturdió a cada una de las estrellas que se resistían a llorar. Todos se quedaron quietos, contemplando el escenario con la ilusión de que al menos un tema más sea la excusa perfecta para seguir viéndolos a los cuatro juntos, pero quedó el sabor a poco y la dulce espera no tuvo su resultado.
Fue una noche para el recuerdo eterno, cargada de emociones. A Rubén se lo escucho muy conmovido pero sin perder esa voz que hasta a sus mismos compañeros deja sorprendidos. A tal punto que en un momento dio una “Señal de Amor” secando con un pañuelo las lágrimas que corrían por su cara. Y donde el gesto más representativo, sentimentalmente, fue cuando entre todos se fundieron en un enorme abrazo y Rubén le besó la cabeza a Jorge dando “Signos” de despedida.
Ahora empieza un nuevo “Tiempo de amor”, se escribirá una nueva historia, pero una historia que ya tiene un sonido consolidado. Esa de la que muchos quieren seguir formando parte y ser testigos de los nuevos desafíos y sueños que están por venir.
Álvaro se gestó junto a Los Nocheros, le pondrá frescura y juventud al grupo pero tendrá que trabajar mucho y los ensayos por estos días serán moneda corriente.
Jorge buscará en su interior el sonido y las canciones que lo identificarán de ahora en más y como dijo Mario “…lo mejor que le puede pasar a la música Argentina, si nosotros somos música Argentina, son las creaciones de Jorge”.