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El cantautor santiagueño estrenó en Buenos Aires todos los temas de su nuevo álbum en tres de las cuatro fechas anunciadas. Entregó interesantes versiones de piezas clásicas de Serrat, Silvio Rodríguez, Rubén Blades y Spinetta, entre otras. Sin embargo, su provincia estuvo siempre latente sobre el lienzo del pentagrama.
La pintura hoy está tan presente en su vida como la música: “Yo voy a pintar mi aldea, su paisaje y su cultura”, propone la magia de los pinceles de Peteco Carabajal en su nuevo retrato discográfico llamado Aldeas, que presentó el 12, 13 y 14 de marzo en el ND Ateneo, donde otra vez Santiago del Estero fue su musa inspiradora y disparador conceptual de la placa.
Para retratar la cultura de su lugar, era necesario hablar del presente santiagueño, valor esencial de la chacarera que le da nombre al disco y apertura a sus espectáculos en vivo, para luego reafirmar su identidad y hermanarse con cualquier otra aldea que lo identifique.
En ese contexto aparecen -entre canciones de su autoría- temas como "Mediterráneo", de Serrat; "Sebastián", de Rubén Blades, "Oh! Melancolía", de Silvio Rodríguez, "Los libros de la buena memoria", de Spinetta, o "Milonga de peón de Campo", de Yupanqui, donde la música adquiere un vuelo humano y social inconfundible.
Entonces, Aldeas se convierte en un verdadero paisaje musical, una pequeña síntesis de la unidad fundamental de las comunidades humanas. Una expresión de conceptos mediante la combinación de dibujos y colores sobre una superficie que no es otra que la canción universal.
“Hoy los hacheros ya no existen, pero están las maquinas desmontando todo... Con Teresa Parodi hicimos este tema a favor del medio ambiente”, dijo Peteco y las estrofas de “Perdón” sonaron como una imploración a la mismísima tierra, sacudida constantemente por la humanidad.
El costado más santiagueño de Homero Manzi llegó con “Añatuya”, una poesía musicalizada por Peteco que se presenta como una suerte de fotografía del paisaje y costumbres de ese pueblo incrustado en la Madre de Ciudades.
Luego, “Eternidad musical” -otra de sus nuevas creaciones- recordó a los artistas que se fueron. “Los cantores se van pero siempre hay un cantor...”, expresó el artista, mientras una pantalla gigante que cubría todo el escenario dejaba contemplar con nostalgia los rostros de Carlos Carabajal, Jacinto Piedra, Chango Nieto, Gardel, Adolfo Ábalos, Troilo, Luca Prodan, Cafrune y Cuchi Leguizamón, entre otros.
Sobre el final, tras dar a conocer los dieciséis temas del trabajo en cuestión, aparecieron algunos clásicos infaltables en cada una de sus actuaciones, como “La estrella azul” y “Digo la mazamorra”.
En cada una de sus obras, la emoción está siempre presente. En esta, además, nos invita indefectiblemente a explorar el universo hispanoamericano de la canción, pero sobre todo, a caminar por aquella santiagueña aldea de tierra que motivó hoy a Peteco Carabajal a pintar su mejor cuadro.