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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA

El folklore fue premiado por Sadaic


11/06/2007

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¿Sabe usted quién es ese pelado de allá atrás? le pregunta simpáticamente un periodista a Vitillo Ábalos. No, tal vez con pelo lo podría reconocer, contesta, con esa picardía que aún lo caracteriza a los 85. El creador, junto a sus hermanos Ábalos, de Chacarera del rancho -entre otras-, no iba a ser distinguido en esta ocasión por la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música, sin embargo quiso estar presente en la noche del regreso, después de 6 años, de los Grandes Premios Sadaic 2007.

Del brazo de su mujer Elvira, Vitillo se acomodó a unas pocas filas de las sillas ocupadas por Teresa Parodi y Soledad Pastorutti, quienes fueron una de las primeras personas en entrar al salón de ceremonia.

Parodi alzó el Gran Premio SADAIC en el rubro Música Nativa (Folklore) y su agradecimiento estuvo dirigido hacia su familia y, en especial, a los que hicieron propias sus canciones.
A La Sole se la alcanzaba a ver desde lejos. No porque estaba negra de la emoción - como bromeó el cantante Rubén Rada cuando subió a encontrarse con su estatuilla-  por el reconocimiento que recibió como Gran Interprete de Música Nativa, sino que acaba de volver de su luna de miel, que desde el 4 de mayo la llevó por España, Italia, Francia, y un descanso de de diez días en una playa del Caribe, donde tomó un color envidiable su piel.

Desde el escenario, Soledad recordó con orgullo que el primer premio que obtuvo en su carrera fue, precisamente, uno otorgado por Sadaic en el escenario Cosquín de 1996.   
Para Abel Pintos, un joven interprete y, desde hace un tiempo, un compositor para tener en cuenta, el premio Revelación de Música Folklórica no sería uno más en su vitrina. Será por eso que convocó a toda su familia para compartir el momento. Llegó respetando el horario de las invitaciones –la ceremonia comienza a las 19 hs, sea puntual- y acompañado por sus padres y su representante Jorge Quinteros. En la puerta lo esperaba su hermano Ariel, guitarrista de su banda.

Abel charló en la previa con varias personas, con periodistas de diferentes medios y pares, pero el saludo con el payaso Piñon Fijo no pasó desapercibido. Se abrazaron un buen rato y hasta se dieron palmadas en los cachetes. Afuera lo estaría esperando un puñado de fans, a quienes complació el pedido de la firma de autógrafos y retratos fotográficos.

Más atrás estaba Zamba Quipildor envuelto en su típico poncho salteño, aunque tampoco figuraba entre la lista de distinguidos. ¡Claro! había sido convocado para cerrar magistralmente la entrega, junto al coro de la entidad, con una pieza memorable del cancionero popular: La Misa criolla. Sutilmente parida por el maestro Ariel Ramírez, quien fue el máximo galardonado con el Premio Sadaic de oro.
Ausente con aviso, por su estado de salud, a Ramírez lo representó su mujer Inés Cuello y su hijo Facundo. Entre lagrimas de emoción, su familia imaginó la felicidad que sentiría Ariel al ver el premio bajo el techo de su casa.
Antes, el poeta Roberto Ternán sujetó en manos del Chango Nieto la distinción SADAIC Francisco Canaro, que lo tomó como un incentivo para seguir trabajando en la composición. Además agradeció fundamentalmente a las personas que le abren las puertas del corazón a sus canciones.

También estuvieron presentes en el Palais Rouge, de Capital Federal, donde se realizó la entrega, el Paz Martínez, René Careaga –papá de Viviana-, alguno de los integrantes de Los Tucu Tucu, Motta Luna, Raúl Palma y el periodista Miguel Ángel Gutierréz.

La Sociedad, que sin dudas tiene un significativo tinte folklórico en su estructura porque entre sus directivos figuran el chalchalero Juan Carlos Saravia y el guitarrista Eduardo Falú, premió también a los autores y compositores de los demás géneros musicales.

La ceremonia coordinada por el presentador Jorge Rossi, corrió a un ritmo prudencial y sin altibajos. Con algunas esporádicas intervenciones de un cuarteto instrumental, que llamó la atención de los organizadores un día que lo escucharon tocar en los subtes de Buenos Aires.
Luego de la entrega del oro, todo culminó con una gran fiesta donde se encontraron los premiados, miembros de Sadaic y periodistas. Lastima que ni Soledad, ni Abel se quedaron a compartirla. En fin, ¿la fiesta para quién era? ¿para el pelado de allá atrás?.


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