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En el comienzo de la 18º Festival Nacional de la Salamanca en La Banda, Santiago Del Estero, la multitudinaria presencia de los santiagueños consagró en la noche lluviosa al Chaqueño Palavecino, Los Guaraníes y el homenaje de Los Carabajal a Don Sixto Palavecino. Debido a la lluvia, los shows de Los Bandeños, Pishi Herrera y Franco Ramírez fueron reprogramados para los tres días que restan del Festival.
Un rumor de Salamanca entre las calles, el calor agobiante de los infiernos de enero y febrero. De a poco la gente iba cayendo al baile, mientras la noche apagaba los lastimosos rayos del sol. Algunos habilidosos escabullían sus bebidas en bolsos y conservadoras y otros, con buen ritmo, traían el sentimiento en la sangre, mientras miles de sillas llenaban el pasto del Club Sarmiento, ya preparado con el estreno del escenario giratorio, los puestos de comida y todas las instalaciones pertinentes, para una nueva edición de la fiesta.
Carlos Roldán, con su romanticismo folklórico, pisó el escenario Jacinto Piedra y abrió el juego luego de Mizoguchi y sus bombos. A ritmo de chacarera, como no podía ser de otra manera, rasgueó la primera caricia guitarrera en “La trampa del diablo” y “Enamorado de un sueño” y para el suspirar de las mujeres “El arte de querer” regó el nostálgico recuerdo de amor y sentimiento. Con el huayno “Será amor” y la zamba “Sos todo eso y mucho más” quedó demostrado que este artista en crecimiento permanente dejó el clima más caliente de lo que estaba.
Fue el turno del suspiro de los hombres cuando la belleza salteña, Marcela Ceballos pisó la tarima principal para presentar su primer disco “Sueños” y abrir con “Que más se puede pedir”, la zamba “Flor amarilla” y la cueca “La traidora” y para el cierre “Chacarera del rancho”, “Mentime nomás” y una selección de huaynos y carnavalitos.
La Delegación de Cafayate integrada por el bagualero Marcos Arjona, Daniel Damico y Los de Cafayate fue la antesala de la presentación de Los Carabajal, que a su acostumbrado pero motivadora puesta en escena, agregó el emotivo homenaje a Don Sixto Palavecino.
Desde su innata escuela sachera, nacido en el monte, autodidacta, conocedor de las raíces, volvió con sus 93 años al escenario de La Salamanca para escuchar “Don Sixto de Salavina”, con sus manos en alto y su cara llena de picardía cuando la propuesta de la poesía decía: “Imaginemos, don Sixto, volviendo allá por Barrancas y que salimos de un baile con una moza en las ancas…”
Su voz lenta y experta agradeció a la organización por mantener viva esta fiesta salamanquera: “Yo quiero llegar hasta los organizadores y agradecer que han puesto, han bautizado su escenario de su festival con la leyenda más antigua que nos dejaron nuestros mayores”.
El reloj marcó las 0.35 y desde el Chaco Salteño, se abalanzó la multitud para apreciar al cantor popular, El Chaqueño Palavecino, quién regaló la tierra santiagueña con un espectáculo de dos horas cinco minutos y 20 canciones para el delirio de los presentes.
En el cielo, los relámpagos lejanos marcaban las raíces eléctricas en el horizonte y en el Jacinto Piedra, Los Carabajal regresaban al escenario para interpretar con Oscar Esperanza “La ñaupa ñaupa”, “La leyenda del hermano kakuy” y “La otumpeña” trasmitiendo el sentido de fiesta y unión que en Santiago se caracteriza.
La otra sorpresa fue la presencia de Daniel Campos, integrante de Los Guaraníes, quién cantó junto al anfitrión la zamba “Balderrama”.
La lluvia dubitativa besó las hierbas del campo de juego y al ritmo de “A Don Amancio” y “La yapa”, el patio de tierra se hizo una pista de barro que inspiraba aún más a los bailarines salamanqueros.
El cierre con “Amor salvaje” y “La ley y la trampa” fue un final esperado, pero siempre aplaudido por sus fanáticos que agradecieron con fervoroso delirio la presentación del Chaqueño.
Desde Tucumán, El dúo La Yunta, abrió el paso a la lluvia, un poco más fuerte pero refrescante, y la hizo bailar con “Tucumán adentro”, “De Simoca”, “Viene clareando” y “Al jardín de la República”.
Otro número esperado fue Los Guaraníes, que parecían tocar en un momento equivocado debido a la tormenta, esperada para los santiagueños pero inadecuada para el momento del festival, pero increíblemente y como hace tiempo, los espectadores a cara descubierta le sonrían al cielo por la doble bendición, disfrutar del agua y la música de los artistas.
Ellos anduvieron de estreno con “Yo, pecador”, de boleros con “Nuestro Juramento”, de bailanta con “La Chola” y “El bombón asesino”, de cuarteto con “Yerba Mala”, pero fundamentalmente, de fiesta con un cierre ovacionado por la gente con “Malagueña” y “Yo, el aventurero”.
Hace tiempo que Los Guaraníes se presentan en la Madre de Ciudades y en la Cuna de Poetas y Cantores y por eso, con esfuerzo y alegría, se fueron ganando el aplauso y el cariño de los santiagueños.
Amado Gutiérrez, proveniente de Frías, después de las 4 de la mañana subió con su grupo para hacer “Escondido de rezabaile” y “Luz de luna”, entre otros.
Un poco de viento enfriaba la piel mojada y los organizadores les trasmitieron a los espectadores que Los Bandeños, Pishi Herrera y Franco Ramírez serían reprogramados entre hoy, mañana y el domingo.
La fiesta en La Banda comenzó de la mejor manera, con números excluyentes y destacables y todavía espera la presencia de reconocidos artistas como Mercedes Sosa, Los Manseros Santiagueños, Sergio Galleguillo y Los Amigos, Néstor Garnica, Dúo Coplanacu