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El artista cordobés presentó sus mejores canciones en un espectáculo sin apuros. Fue acompañado por su hermano y la picardía de Cacho Buenaventura. La Plaza estuvo cubierta, al menos, en un 50 por ciento. La interpretación del "Ave María" a capella emocionó en el cierre del festival.
Cuándo no Jairo haciendo de las suyas con su garganta. Una semana después de la cancelación de su recital -lunes 26 de enero- por una disfonía, vuelve al Atahualpa Yupanqui y descuelga de su boca el potente micrófono. Atrás se siente la introducción del “Ave María”, cuando su voz, ya a capella, se escucha viajar nítida por toda la Próspero Molina.
Contundente en su disparo, esa fue su última canción. Tras más de dos horas de buen gusto, se despidió entre aplausos interminables y un público de pie que agradecía la entrega absoluta de una artista grande en todas sus dimensiones.
Pero la campana de largada había empezado a las 22:40 con el saludo de Fabián Palacios y sin el característico grito “¡Aquiiiiiií Cosquín!”. Después de aquella escueta presentación, el músico de Cruz del Eje irrumpió con “Fuego en Animaná”. “Agradezco la presencia de todos y les pido disculpas por no haber podido cantar antes”, dijo un Jairo emocionado ante una inesperada concurrencia.
“La pobrecita” y “Duerme negrito” fueron sólo un anticipo del homenaje que tenía entre manos. “Es difícil elegir un tema de Yupanqui, pero éste no me costó”, aclaró con una mirada clavada en el piso, mientras recorría el filo del escenario. Entonces, “Los hermanos” fue coreado por todos para que Don Ata, el dueño de casa, sienta calor desde donde quiera que esté.
Y si al clima le faltaba estar más distendido para que el disfrute sea total, Cacho Buenaventura arrancó las mejores carcajadas. Entre chistes y picaras anécdotas, el humorista cordobés sacó de la galera aquel mito que rodea a Jairo, y a dúo interpretaron “Virgen india”, recreando la versión de Cafrune y Marito.
Aún tenía otro invitado especial. Su hermano Jorge González apareció en escena entre gestos de cariño y admiración para entonar “Zamba de Cruz del Eje” y así homenajear al pago que los vio nacer.
Luego de “Córdoba va” y “Volver a vivir” las puertas de la Plaza Próspero Molina fueron abiertas para que el ingreso a un exquisito espectáculo sea libre y gratuito. Los bises llegaron con ”Indio Toba” y el rencuentro con su público se transformó en una revancha inolvidable, que fue pagada con creces por el artista.