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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


30/01/2009

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RECORDAR


Teresa Parodi y Liliana Herrero

El canto de las dos orillas, entre aplausos coscoínos


La apertura de la séptima noche tuvo a cargo de dos mujeres experimentadas de la música folklórica y con el sentido innato de lucha nacional y de defensa cultural.

“Con Teresa decidimos juntarnos por primera vez para conmemorar los 30 años del comienzo de la última dictadura”, comentó Liliana Herrero en la que Teresa Parodi agregó: “Nosotras marcamos un territorio de poetas y autores que fueron fundadores fundamentales y que nos marcaron muy claro el camino de la canción por donde hemos tratado de transitar a lo largo de todos los años que tenemos con la música argentina”.

Teresa resaltó la importancia de plasmar en un disco de estudio esta obra, estrenada en 2006 llamada “Dos Orillas”: “Nosotras lo grabamos en vivo pero estaría bueno hacer un registro en estudio y poder poner todo, ya que hemos agregado canciones en este espectáculo vivo y sacamos otras, pero sin dejar de referirnos justamente a este concepto del territorio marcado con estos nombres de tanto peso en la música y en la historia argentina”

“Es un pecado mortal que Liliana no esté en Cosquín dando cátedra de cómo se interpreta, es una maestra del canto, una de las intérpretes más fabulosas que hay en la música argentina. Cuando hicimos el espectáculo nos habían invitado y Liliana pensaba que no era para los festivales en general, por la forma que está hecho el show, la manera en que están preparadas las canciones y con el silencio necesario para poder llegar con las letras; pero al cabo de tres años, la convencí, hicimos esto acá y percibimos que el público de Cosquín escuchó con tremendo respeto y al final, se puso a aplaudir estas obras de los autores que abordamos, que nos marcan tan profundamente a todos”, explicó la experimentada cantante correntina.

Por su parte, Liliana Herrero recordó, con el habla lento y risueño, su bronca del Cosquín ´91 y agradeció a Parodi haber sido la llave para poder regresar al Atahualpa Yupanqui: “Yo vine el año 91, un día que llovía a cántaros; en ese momento, me dijeron que haga tres temas y sin hablar y yo me enojé…no me gustó eso…era otro Cosquín, ese Cosquín tan cautivo de las formas más esteriotipadas de la música que promueve el mercado, ese público tan cautivo de esas formas me aterroriza y me asusta y pienso que nosotros tenemos poetas y músicos maravillosos que ya no están y otros que están viniendo para que nos dejemos apresar tan rápidamente por las formas más conocidas de los sonidos, la música es error, es sorpresa, abismo, misterio, profundidad y yo escuché atentamente las palabras de Teresa cuando me invitó y dije, vienen de una hermana y dije que sí, por lo que estoy profundamente feliz de haberme dado a mi misma la oportunidad de cantar y poner, como dice Pepe Nuñez, todo en la parrilla, cortes finos y achurajes”.

Dúo Coplanacu

Una propuesta, exclusiva de Cosquín

El Dúo Coplanacu, integrado por Roberto Cantos y Julio Paz presentaron en la séptima noche coscoína, una propuesta diferente a las acostumbradas en la que incluyeron la participación del cuarteto de cuerdas “Magnolias” y el cuarteto de percusión “La Repercuta”.

Con relación a la propuesta, Cantos anunció que la misma fue exclusiva del Festival: “Fue una forma de sumarnos al festival y como es una cosa muy importante para nosotros estar en el escenario mayor, es una manera de devolver todo lo que se nos da, el afecto que la gente nos da, por eso nosotros hicimos este show, puntual para el festival y no hemos pensado tocarlo en otros lugares ya que no es un proyecto a mediano o largo plazo”

Roberto Cantos anunció que todavía no pensaron en volver a grabar un material: “Taquetuyoj ha salido el año pasado, nosotros no somos de hacer un disco por año, para nada; cuando sentimos la necesidad de decir algo más, cuando se nos plantea pensar en discos, lo hacemos pero por ahora no sé cuándo vamos a hacer un nuevo material”.

El dúo opinó sobre la calidad del Festival al ser uno de los más importantes de Latinoamérica: “Se refleja la calidad que se está viviendo, no pienso que el Festival haya decaído, es el más importante de Argentina; en el espíritu de la gente no creo que se haya como decaído por el hecho que no se revolee un poncho, que no se prenda fuego de la euforia y pienso que hay un público muy profundo y escuchador”. En contraposición, Cantos expresó: “Cuando era chico escuchaba el festival en Santiago por la radio, que se trasmitía a toda Latinoamérica, me parece que ahora tiene que volver a serlo; hay que tomar una decisión política para que éste sea un Festival con toda la jerarquía e infraestructura que tiene que tener un Festival de estas características; esta fiesta está colmada de gente del interior que ahorra todo el año para poder venir y encontrarse con sus cantores; esa gente merece una infraestructura para descansar, comer bien, para pasarla bien, son falencias que tiene Cosquín y tienen que ser revertidas a través de una decisión política para que vuelva a ser el inmenso Festival que fue hace un tiempo”

Arbolito , La Chingada y Verónica Condomí

La fusión del folklore y el rock quebró todos los pronósticos


¿Quién se imaginaba que un grupo en el Festival Mayor de la canción folklórica se anime a cerrar su espectáculo con una canción de Los Redonditos de Ricota y que la gente explote de alegría?. Arbolito rompió con la costumbre y creó una versión de "El pibe de los Astilleros", con instrumentos de vientos, que levantó a toda la plaza, demostrando que la fusión tiene éxito en un ambiente que parece, ya no estar más cerrado.

“Se están perdiendo todos los prejuicios en todos los estilos musicales, nosotros somos así y tocamos lo que nos justa. Las generaciones están cambiando, los festivales están cambiando y aceptando propuestas nuevas. Nosotros nunca pensamos en llegar a los festivales y sí, seguir caminando y llegar a lugares que nos justa tocar; lo del El pibe de los Astilleros, fue un flash”, comentaban los chicos de Arbolito.

En cuando al género musical, comentaron lo siguiente: “La diferencia entre el rock y el folklore es un encasillamiento y una estructura, o sea, es música, es nuestra manera de entenderla y somos músicos que nos gusta hacer lo que hacemos con nuestras canciones y las canciones de otros. Molesta un poco ver esa frontera en que nos dicen, de este lado o del otro.


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