}

Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


25/01/2009

Vistas : 4480

RECORDAR


En el costado izquierdo del escenario Atahualpa Yupanqui, sobre la calle Catamarca, una pequeña rampa empinada se antepone a un inmensa puerta envidriada y tapada por los rostros de la noche, aquellos protagonistas de pisar el escenario y deleitar a la paisanada que quiere sentarse y conocer nuevos valores y volver a consagrar a los grandes.

La casa de Facundo Toro abrió sus puertas en la segunda luna coscoína y de a poco, la multitud iba acaparando el gran salón. Cada noche en la peña, es una historia diferente, una película de estreno dirigida por una cartelera de números artísticos y protagonizados por el público y la música.

En el aire flotaba un aroma desde la cocina, cual emana los sabores campestres de nuestras costumbres y en cada mesa, un vino, una empanada, locro y cabritos no habían de faltar.

Ya preparados, comienza el ruedo y los cantores venidos desde cualquier punto del país, listos con sus escalas vocales comienzan a desfilar, como Silvestre Cabaña, Fibra Litoral, desde Resistencia; La Huella y  desde San Miguel, La Payana, con la característica de ser integrado por músicos y cantantes de 19 a 44 años, demostrando que no hay límites ni fronteras en el folklore.

De frente a la tarima principal, la aceptación del humilde artista y poeta que difunde, escucha y respeta a la nueva hornada, como Rafael Amor, son pequeñas características que cualquier fanático o turista puede encontrar pegado a su sombra.

Su paso lento y experto, un poncho rojo y su guitarra compañera cobijaron al famoso interprete salteño, Daniel Toro, que no hizo más que sentarse frente a los espectadores y empezar a contar, como un narrador dolido por su voz soplada pero esperanzado e interminable, aquel que nunca ha de abandonar su misión en esta vida, la de cantar y trasmitir poesía.

La peña de Facundo es música, pero también unión, y lo fue cuando Claudio Toro canto junto a su padre “Zamba para olvidar”, ante el delirio de la gente.

Los artistas que pisaron el escenario mayor también visitan la peña y por eso, Los Jilgueros, que cantaron en la primera luna antes que Los Carabajal, no faltaron en la grilla, por eso, su director, Néstor Carrera, expresó su alegría por el debut: “Estoy feliz por la posibilidad de conocer el escenario de la Plaza Próspero Molina y además, orgulloso de que mis músicos, sean mis hijos”.

Los artistas en crecimiento, con trabajo y compromiso, como Alazanes y Los Novas y los experimentados como Amboé son una sana costumbre de La Peña de Facundo que ya se prepara para recibir a Los Carabajal, Gualicho, Leonardo Miranda, Diego Arolfo, Los Guaraníes, Canto 4 y el anfitrión Facundo Toro, por nombrar algunos.

Son historias distintas, cada noche es una fiesta y una intimidad con el protagonista, por lo tanto solo queda asomarse y observar que detrás de una puerta de vidrio, se desparrama cultura musical.


Comentarios

Registrarse



Ingreso de usuarios