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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA

COMETA YUPANQUI


08/12/2008

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RECORDAR


El 31 de enero de 2008 se cumplieron cien años del nacimiento de Atahualpa Yupanqui, el más grande creador, recopilador y divulgador de los ritmos folklóricos argentinos. Durante todo este año, se realizaron homenajes, recitales y evocaciones permanentes con el fin de revalorizar su vasta obra y reinstalar su trabajo en el amplio mapa cultural argentino. Como un gran cometa, este fue el año de su avistamiento. Es el compromiso de todos los que amamos la palabra con sentido y el canto comprometido, perpetuar su legado y disfrutar de seguir encontrando, como el poeta nos contó en "El Canto del viento",  “las hilachitas” que el viento deja al pasar por campos y ciudades.

En tiempos de gran vaciamiento cultural al ritmo de la cumbia y reggaeton, en días donde artistas foráneos llenan estadios e inundan las hojas de los diarios y atascan la pantalla de televisión, nuestro artista fundamental era recordado con vidalas, zambas, huaynos, chacareras, yaravíes y gatos. No esperemos otros cien años para acordarnos de su legado.

Desde la Dirección Nacional de Artes, que dirige Rolando Goldman, que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación, se impulsó el programa “Yo tengo tantos hermanos”, que comenzó oficialmente en la ciudad de Zapala (provincia de Neuquén) y tuvo como objetivo principal “difundir y homenajear la obra de Atahualpa Yupanqui”, contaba José Ceña, uno de los coordinadores del programa y agregaba: “la idea fue recorrer todo el país con conciertos, proyección de documentales, películas donde Yupanqui ha participado como `Horizonte de Piedra` o `Zafra`, charlas debate sobre su obra, presentaciones de libros, muestras fotográficas, tapas de vinilos, algunos objetos personales. Como pueblo debemos tomar conciencia sobre algunas cosas: yo me he enterado que hay un montón de homenajes a Atahualpa Yupanqui, además del que estamos haciendo, bienvenido sean”, confesaba Ceña y dejaba en claro: “acá no se trata de trazar en el mismo ámbito una cuestión de competencia. Vayamos adelante, presentemos libros, hagamos homenajes, desde nuestro programa intentemos también aportar nuestro grano de arena. La Secretaría de Cultura de la Nación se ha sensibilizado con este programa y nos ha dado todo su apoyo para llevarlo adelante”. 

Durante casi tres meses, una de las sede de los homenajes fue el Centro Nacional de la Música e incluyó una noche especial dedicada al repertorio yupanquiano por primera vez en el Teatro Nacional Cervantes, a cargo de la Orquesta de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, dirigida por Popi Spatocco, que tuvo como invitados a varios artistas como Suma Paz e Hilda Herrera (las dos artistas más cercanas a la figura del maestro), Franco Luciani (destacado joven armoniquista), Juan Falú (profundo guitarrista tucumano), el dúo Luna Monti - Juan Quintero, entre otros. Ceña destaca: “tenemos la oportunidad, a través de la obra de Yupanqui, de proponer un reposo a tanto vértigo y un poco de reflexión y de intimidad a tanta frivolidad”.

El programa recorrió ciudades como Paraná, Tucumán, Salta, San Salvador de Jujuy, Resistencia, San Carlos de Bariloche, Pergamino, Rosario, Santo Tomé (Santa Fe), Eduardo Castex (La Pampa), Santa Rosa, La Rioja, Tierra del Fuego, Santiago del Estero, entre otras. A lo largo de diez sábados participaron más de cinco mil personas y más de cincuenta artistas homenajearon al gran maestro que en 2008 cumplió cien años de vigencia.

El cierre del programa “Yo tengo tantos hermanos” fue el pasado sábado 6 de diciembre, en la sala Alberto Williams del Centro Nacional de la Música, donde se homenajeó a la señora Suma Paz, “Yupancóloga”, al decir de Marcelo Simón, que fue el responsable de presentar a través de la bella y fundamentada palabra a cada uno de los artistas que homenajearon a la santafesina. Tomás Lipán instaló el repertorio de piedra que supo crear Yupanqui, ese que habla de cerros y nombra al hombre huraño, al que Atahualpa en varias oportunidades conoció, observó e inmortalizó en versos. “La umpa” y “Piedra y camino” fueron las dos obras elegidas. “Mi corazón para usted”, dijo el hombre nacido en Purmamarca y se acercó a saludar a Suma Paz.

Pronto el locutor cordobés volvió a hilvanar exactos versos y compartió una hermosa anécdota Yupanquiana sobre la guitarra a orillas del río Cosquín y creando el clima indicado para que Carlos Martínez comenzara su participación. “El paisano errante, su milonga preferida”, dice con un gesto amable Carlos y Suma agradece el preciado regalo. Con aplausos contundentes se certifica la veracidad y transparencia del trabajo de Carlos Martínez. Para cerrar se lució con una joya, el malambo “Cruz del Sur”, de autoría del hombre nacido hace un siglo en versión del joven guitarrista. Otra ovación despedía al gran Martínez, que investiga la obra de Atahualpa Yupanqui desde 1985 y ha editado recientemente por Aqua Records, seis discos dedicados a la obra del autor de “Luna Tucumana”, “La pobrecita”, “Piedra y camino”, entre otros clásicos de la música popular argentina. El trabajo de Martínez está dividido en dos: por un lado, tres discos (norte, centro y sur) dedicados a las composiciones propias de Don Atahualpa como “Minero soy”, “Huajra, danza del maíz maduro”, “La pobrecita”, “El pocas pulgas”, “Zamba del grillo” y otros tres discos sobre las versiones que Yupanqui realizó de otros autores, donde no faltan la “Zamba de Vargas”, “La arribeña”, “La tristecita”, “Zamba del Pañuelo”, “La 7 de abril”, “La nadita”, “Viene clareando”, “La amorosa”, entre otras.  

Entró e inmediatamente se acercó hasta Suma Paz y la saludó. “Yupanqui tardó en entrar a mi repertorio. Le tenía miedo por su enorme profundidad”, dijo Laura Albarracín e interpretó junto a Germán Arriazu en guitarra, “Camino del indio”. Con un breve fragmento de “La Capataza” introdujo a su segunda interpretación “Guitarra dímelo tú” (música


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