Y un día de diciembre, en pleno centro porteño y en esa calle Corrientes tan deseada por todos los artistas de cualquier género... el arte nativo tuvo su día. Los culpables de llenar con un aire folklórico el corazón de la urbe fueron catorce bailarines del Ballet Nehuén, su director Fernando Montivero, un puñado de músicos, muchos colaboradores y todo el`público presente. Así es como esta obra "Nómades" dejó plasmado en el Teatro Broadway la identidad de nuestra raza y las historias de nuestra tierra por medio del arte.
"La rebelión de una raza. El arraigo de la música. La esencia de la danza. Lo místico de la leyenda. La memoria de la identidad. El folklore vivo siempre vigente en los corazones de quienes nacen, crecen y transitan... los caminos de una misma tierra". Estas palabras eran el anticipo que podía leerse en el folleto de la obra "Nómades" que el Ballet Nehuén presentó en el Teatro Broadway, en pleno centro porteño.
Con las palabras de su director Fernando Montivero "Nómade es nuestro origen... nuestra esencia y nuestro corazón", con el sonido acompasado de un bombo y la danza nativa acompañada de sikus comenzó la función.
Un gran escenario, luces y una banda musical conformada por Mario Chávez y Germán Gómez en violines, Mariano Risso en percusión, Santiago Alvarado en teclado, Claudia Romero en voz y Diego Arolfo que puso también su voz, guitarra y fue el director musical, fueron el complemento perfecto para este grupo de bailarines que a través de la danza supo representar un largo camino de historia e identidad.
La obra fue dividida en cinco momentos: "Los indios y su rebelión", "Los hijos del monte y sus leyendas", "Nuestro arraigo a la tierra", "Pasado y presente de un mismo camino" y "El arte nativo de hoy". Colaboraron también con su canto Franco Ramírez y Horacio Banegas, dando otro gran toque a la noche.
Así fue como con un teatro colmado, y con canciones elegidas especialmente para cada momento con obras de Víctor Heredia, Peteco Carabajal, Roberto Cantos, Motta Luna,Bebe Ponti, Horacio Banegas por citar algunos de los autores elegidos, los bailarines dejaron plasmados sobre el escenario más de 500 años de la historia de nuestra raza, de nuestro pasado, de nuestro presente... de nuestra identidad. Los movimientos de los cuerpos hablaron al compás de una chacarera, una zamba o cualquier otro ritmo nativo, y con un vestuario acorde a cada momento interpretado. Atuendos de cuero y taparrabos para mostrar un orígen, su desarraigo y sus luchas. Mientras que jeans y ropas más modernas vistieron los bailarines para mostrar el arte nativo de nuestros tiempos.
Dijo su director Fernando Montivero una vez finalizada la obra: "Estoy rodeado de muchísimo talento y muchísmo afecto, me siento honrado por todo eso. Por el amor, por ese sentimiento, por estas ganas de todos estos nómades artistas. Quiero agradecer a todos ustedes, público Nehuén de tantos años. Quince años tiene ya esta compañía y llegamos a esta calle Corrientes tan deseada por todos los artistas luego de 15 años de caminar, de lucha, esfuerzo y de intentar crear algo creativo y se dio en este año".
En las palabras del director está demostrada la pasión y las horas que estos bailarines les dedican a su vocación. Por eso la despedida con todo el público de pie, la ovación y hasta con el escenario lleno de bailarines que se sumaron desde el público son también muestra de lo que generan en quienes tienen la gracias de ver su arte en vivo.