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Una voz única con un registro envidiable, potente y armoniosa, un repertorio totalmente federal y una performance experimentada en el escenario al servicio del público. Todas son características que reunidas llevan el nombre de Marcelo Damián Palacios, cantautor, guitarrista y violinista que comenzó hace un par de años su carrera como solista, y pisando fuerte, se está ganando su espacio en el ámbito folklórico.
El artista, nacido el 9 de octubre de 1972, dio sus primeros pasos con la música a los ochos años gracias a su abuelo, un aficionado en la ejecución de milongas. “Debido a mi insistencia para que me enseñara a tocar, él cedió, agarró un paquete de yerba vacío que usó como hoja y comenzó a dibujarme las notas; luego sacó una de sus guitarras del ropero, la afinó y me la regaló…”, comenta Palacios y agrega: “La primera zamba que aprendí con mi nuevo instrumento fue La Engañera”.
Ya a los 12 años el cantautor empezó a asistir a los ensayos de un cuarteto llamado “Los de Santiago” a quienes tomó como escuela inicial aunque el empujón principal fue escuchar a “Los Manseros Santiagueños” que lo inspiró a formar su primer grupo junto a sus hermanos. “Con Alejandro y Juan Palacios y un compañero de la escuela, Gustavo Godoy, formé Las Voces del Zorzal y anduvimos cinco años; luego pasé al Grupo Encuentro, un conjunto con más proyección, con bajo y batería”.
En el 2000, Palacios ingresó en La Clave Santiagueña, conjunto liderado por Rodolfo Maldonado Palavecino, y estuvo hasta el 2006. “Acá grabé mi primer disco profesional y pude actuar en los principales festivales del país como Cosquín”.
Ahora como solista, está presentando un material llamado “Corazón enamorado” en que propone canciones de su autoría y de otros. “Hay un poco de zambas, chacareras, canciones, un carnaval, un chamamé y una cueca. Además de mis temas, el objetivo es citar autores locales y algunos conocidos como Franco Barrionuevo”.
Palacios enfatizaba su felicidad al componer la canción “Niña y mujer”. “Con este tema muchas chicas entraron en su cumpleaños de quince y esto es una gran satisfacción para alguien que escribe. Trata sobre el paso que da una niña hasta ser mujer, pero sin perder esa inocencia a pesar de cambiar su cuerpo”.
También son de su autoría la chacarera “Corazón Enamorado” y “La flor del baile”, dedicada a las mujeres que van a bailar sin pertenecer a un ballet, la cueca “Crucecita de Palo” junto a Juan Muñoz, y la zamba carpera “La niña del carnaval”.
El material le está abriendo las puertas a muchos escenarios y está difundiéndose por todo el conurbano bonaerense; además recorrió festivales en Bragado, Brandsen y Mercedes.
Como proyecto para el año que viene, Marcelo Palacios anuncia la posibilidad de editar un segundo material grabado en vivo y ya está preparando el repertorio y sus nuevas canciones. “Escribir para mí no es una obligación, sino una necesidad”, finalizó.