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Una fiesta totalmente litoraleña con sangre correntina se vivió en el mítico estadio Luna Park, con las actuaciones de Antonio Tarragó Ros, Ramona Galarza, Los Alonsitos, Los de Imaguaré y Mario Bofill, condecorando el Día Nacional del Chamamé. Una multitud llenó la cuna de las veladas boxísticas y ovacionó a sus artistas durante las tres horas y media que duró el espectáculo.
La luz se apagó y el primer suspiro de algún acordeón llenó al público de sapucay, mientras la voz en off de los locutores Miguel Ángel Gutiérrez y Maia Sasovsky poetizaba el ambiente con un bello relato dedicado netamente a este género musical. Y fue ahí cuando subieron al escenario todos los protagonistas para introducir la noche e interpretar juntos la polka de Damasio Esquivel “Alma Guaraní” y el chamamé de Eladio Martinez y Lito Bayardo “A mi Corrientes Porá”.
El desfile de conjuntos comenzó con Los de Imaguaré, quienes como de costumbre, ofrecieron un show mezclando poesía y música con letras que marcan la historia, las vivencias del hombre, el amor, la distancia, las despedidas, la familia y la pertenencia al pago.
Los primeros rasguidos armoniosos de guitarra, el sapucay del alma, de triunfo y esperanza de la gente y la voz inconfundible de Julio Cáceres empezaba a contar historias como “Nuestros sueños y la distancia” y “Niña de Ñangapiri” coloreando la fiesta correntina. También interpretaron “Avío del alma” y “Adiós, ciudad de Mercedes”.
Luego fue el turno de Mario Bofill, quien mezcló su simpatía innata para interactuar con la gente y las poesías testimoniales que expresa en forma de canción. Así acaparó el silencio y el asombro de los espectadores, y dijo: “Con el chamamé nos enamoramos y nos casamos”.
El cantautor correntino nacido en Loreto interpretó lo mejor de su repertorio como “Conjunto pena y olvido”, “Estudiante del interior”, “Carta a un hermano” y “Si no vuelvo”, que provocó la ovación multitudinaria, “Viva la pepa”, “Cantalicio vendió su acordeón”, “Requecho”, y para el cierre “El carau”.
Posteriormente el ámbito festivalero tiñó de alegría el Luna con Los Alonsitos, que se presentaron con un video que proyectaba su vida y sus primeros pasos en el ambiente chamamecero y dejando un claro mensaje: “Quiero que hagan de este encuentro, una noche histórica”.
Y el comienzo, bien arriba, fue con “Pobre mi caballo bayo”, “Galopera” y “Paloma blanca”. A continuación un brisa fuerte de aplausos cubrieron el aire porteño cuando interpretaron “Estudiante del interior” junto a Mario Bofill.
Ya con la gente en los pasillos del estadio, el baile cerró con “El bolichero”, “Un chamamé y un carnaval”, “Mi ponchillo colorado” y “Dejate”.
Pero la ceremonia se la metió en el bolsillo Antonio Tarragó Ros, que entró al escenario con una bandera argentina, homenajeó y compartió protagonismo con Ramona Galarza y contó con la participación de “Los 100 acordeones Tarragoseros”.
En su primer tema “Sin ley” acaparó la extensión del escenario como presentación; además dedicó un espacio de su show a Norberto Linchinsky, fallecido subsecretario de cultura de Corrientes que desde su lugar ha aportado mucho por la música y promoción chamamecera.
Después de cantar “Pueblero de Allá Ité”, subió “La novia del Parañá” y deslumbró con su voz potente y su gran dicción del guaraní en “Si no cantara” y “Lucerito Alba”, y a dúo con Tarragó Ros, “Soy el chamamé”, “Puerto Tirol” y “Kilómetro 11”.
“En la mitología guaraní, el primero de los árboles puesto por Dios para favorecer la siembra fue el lapacho (tayí) y su flor fue la primeriza. En Buenos Aires esa flor lleva el nombre de Ramona Galarza”, emocionado ganó los aplausos de la gente Antonio Tarragó Ros, quién junto a Facundo Palma, subsecretario de turismo de Corrientes, homenajeó a “la hija dilecta” de la ciudad correntina regalándole un Lapacho natural.
“El toro” fue la canción que alborotó aún más a los espectadores ya que con un solo de acordeón Tarragó Ros saltó del escenario a la platea y comenzó a caminar entre la gente compartiendo cara a cara su música pegado a sus seguidores.
Con más de 30 acordeonistas jóvenes, integrantes de “Los 100 acordeones Tarragoseros” deslumbraron a la paisanada con “Madrecita”, “El curuzúcuateño”, “Granja San Antonio” y “Don Gualberto”. Inclusive Nito Artaza, ideólogo del espectáculo junto a Norberto Baccón, se animó a teclear el alma de un instrumento.
El cierre, con todos los artistas en escena, fue con “Curuzú Cuatiá”, “Camino del arenal” y el himno de Transito Cocomarola y Constante Aguer “Kilómetro 11” bajo una lluvia de serpentinas celeste y blanco conmemorando y cerrando El Día Nacional del Chamamé.