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Sergio Galleguillo se presentó anoche con su conjunto Los Amigos en el Teatro IFT del barrio de Balvanera, Capital Federal, en un show a sala completa en la que la gente bailó y formó parte del ambiente festivalero que expresó, con su voz, el cantante riojano en los 31 temas que cantó en la velada chayera.
“Esta es mi casa y esto es una guitarreada”, dejó en claro el solista al público durante toda la noche para hacerlos partícipes de la presentación y adentrarlos al ambiente de la chaya.
Primeramente, un preludio fue la introducción necesaria para que la multitud devota ya comenzara a sentir su último disco “El Grito Chayero”, el aroma a albahaca y harina y por consiguiente, un video con imágenes del principal festival que tiene la provincia de La Rioja, anticipaban lo que sería el concierto (video que además formará parte de un próximo DVD).
Y que mejor manera de comenzar para Galleguillo si no es adorando a su pago con la chacarera “Que linda que es La Rioja”, luego siguieron “La Taleñita” y “Echarte al olvido”. La zamba “Nadie se va porque sí” acaparó la atención de los fans, que luego bailaron al ritmo de “Guitarra de amanecidas”, una selección de chayas y el éxito “Amor Prohibido”.
A continuación, comentó de su dura infancia, del trabajo de ferroviario de su padre y de lo alejado que queda actualmente La Rioja del “mundo argentino” sin el tren, que para él, “unía familias y pueblos”. Fue con la chacarera “La de mi casita vieja” que expuso en coplas cada una de sus palabras.
El primer invitado fue Carlos Galleguillo, su hermano mayor, con quién cantó “Zamba amanecida” y otra selección de chayas. Posteriormente la solista invitada fue Ana Galleguillo, hermana y corista del grupo, con quién cantó la vidala “Te´i de querer” dedicada a Los hermanos Rojas, especialmente a Alfredo quien se está recuperando de un accidente cerebro vascular. El primer episodio del recital terminó con “Duele”.
El líder riojano recordó a la gente el ambiente de fiesta y reunión y agregó: “Como esto es una guitarreada, uno va al baño y otros van a recargar los vasos y mientras tanto, la guitarra se va pasando…”, fue entonces cuando subió al escenario la salteña Paola Arias con sus músicos.
La joven cantante de Rosario de la Frontera interpretó “Golondrina del atardecer”, “La alejada”, “Un verano cualquiera”, canción que le da nombre a su último material y “La del Monte”, con la que se metió a la gente en el bolsillo.
El show continuó con la presentación de dos temas inéditos; uno dedicado al departamento de Belén, en la provincia de Catamarca y el otro llamado “Mi dulce mujer”. El siguiente invitado fue el corista catamarqueño, Ariel Segura, quién interpretó el éxito “Saya sensual” y “El marucho” junto con Galleguillo.
Desde el público una fan subió al escenario a bailar junto con el percusionista Pino Romero, la zamba “Fábulas de amor”. Con Carlos Galleguillo de vuelta al escenario, la gente bailó con “Ay! Por qué será”.
La multitud ya comenzaba de a poco a dejar las butacas y representar un patio de tierra en los pasillos de la sala, en las que disfrutaron de “Zamba de la bailarina” y la chacarera “Luz de mis ojos” y para no cortar el clima, sin dejar espacios sonaron “Solita y sola”, “Del tiempo i´mama” y “Agitando pañuelos”.
La parte emotiva no podía faltar…Sergio se emocionaba al contar acerca de los valores que le inculcó su madre, sobre una Fundación que lleva el nombre de ella y se refirió también a los chicos de la calle a quién les enseñó un oficio, les dio educación y la posibilidad de insertarse en la sociedad. Sorprendentemente les dedicó el tango de Reynaldo Yiso, Roberto Rufino y Alberto Podestá, “El bazar de los juguetes”.
El final se acercaba y con una introducción de coplas empezó a sonar “Carnaval en La Rioja” para el delirio de la gente que ya estaba acumulada saltando y gritando al pie del escenario. El cierre a pura música fue con “Candombe para José”, “Entra a mi hogar” y “Solita y sola”.
Sergio Galleguillo, además de ser un consagrado en todas las provincias del norte argentino, supo ganarse a la gente de Buenos Aires y alcanzar así una popularidad que sólo unos pocos pueden conseguir en el ámbito porteño.