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Con seis discos editados, la historia de Sergio Galleguillo comienza en el año 1987 con el Grupo Los Amigos, cuando ingresaron al colegio secundario. Ahí empezaron a participar en diversos festivales y desde entonces no pararon de recorrer la argentina y otros países como España. Hoy, después de una década de trayectoria, asegura no recordar momentos malos porque “siempre han sido de crecimiento”.
¿Justamente el crecimiento es lo que querés reflejar en el próximo disco doble?
-Está pensado así, con la idea de que salga en diciembre o después de la temporada de verano. El primero es un homenaje a todos aquellos que nos abrieron las puertas para que hoy estemos sonando. La mayoría ya me dijo que si, como Los Carabajal, Raly Barrionuevo, El Chaqueño Palavecino, Peteco Carabajal, Facundo Toro, Los Tekis, que con algunos ya participé en sus discos. Además queremos mostrar la unión en el folklore. Y el segundo va a ser todo inédito con canciones de compositores varios y propias.
LOS AMORES DE SU VIDA
Sergio tiene tres hijas: Andrea (15), bailarina de folklore, Salomé (5), violinista, y Paz, de apenas meses. “A pesar del éxito que tengo sé que he fallado en muchas cosas. Una de ellas es no estar mucho con mis hijas. En la vida del músico hay una contradicción: A nosotros nos espera mucha gente en los festivales, después de que te aplaudieron, llegas al hotel, estás sólo y lo primero que te llega a la cabeza es ver a tus hijos cerca, entonces extrañas mucho”.
¿Alguna vez te recriminaron que no estás con ellas?
-No, pero un día la más grande dijo en un reportaje que no quería ser como yo porque no estaba nunca con ella. Para mi fue un balde de agua fría, pero ahora que creció sabe que no estoy porque así es mi trabajo. La vida que llevo con mis hijas es poca y cada vez que me piden algo le doy diez veces más. El artista vive con las emociones al día, un día puedo estar muy feliz cantando y otro muy triste pero tengo que cantar lo mismo porque la gente no se tiene que dar cuenta. Son cosas que uno se las guarda.
¿Cómo se te ocurrió bautizar a tu hija Paz a orillas del río Cosquín?
-El riojano tiene esa forma de juntar cosas para hacer una fiesta grande. Toqué el 20 de enero en el festival, el 21 fue el bautismo y el 22 festejé mi cumpleaños. Agrupé tres días de fiesta, que en realidad fueron cinco (se ríe). Decidimos bautizarla de esa forma, como era antes, y como todos estuvimos de acuerdo, le dimos para adelante. Fue una ceremonia muy bonita y sentida, con el acompañamiento de mucha gente y hasta de algunos periodistas que transmitieron en vivo.
Todos menos el cura…
-Con él tuvimos un problema. Le prohibieron que fuera a dar el bautismo en el río porque querían que lo hiciéramos en la iglesia. Les dijimos que eso lo íbamos a hacer pero ellos no me podían prohibir tirarle agüita a mi hija. Antes Juan Bautista bautizaba así, en el río. Pero no fueron. Yo no me enojé, la ceremonia se hizo igual, una de las mejores y muy sentida. Ahora en La Rioja la vamos a bautizar con el asentamiento de la iglesia, pero para mí, el que vale es el que le hicimos a orillas del río Cosquín.