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El cantautor consagrado en Cosquín presentará su último CD, “La llave”, este fin de semana en el Teatro Ópera con dos shows que, dice, serán diferentes. Afirma que quiere reinventarse y que le falta mucho por aprender.
Los días viernes 23 y sábado 24, Abel Pintos, actuará en uno de los Teatros más importantes de la calle Corrientes. Aquí nos adelanta detalles y recorre su pasado, su presente y su futuro, con la humildad y la alegría que tienen aquellos que saben hacia dónde van.
¿Cómo te venís preparando para las presentaciones en Buenos Aires?
La verdad es que es una situación especial, porque es la primera vez que vamos a tocar en un lugar donde te obliga a llevar adelante una producción mucho más detallista y desarrollada que en otros lugares.
La última vez cuando tocamos en el ND Ateneo, que es un teatro hermosísimo donde me siento como en mi casa, ya habíamos presentado una puesta de escena más ambiciosa que otras veces. Empezamos a preocuparnos más por la estética, más allá de por cada detalle musical. Pero cuando vas a tocar en el Teatro Ópera, o en cualquiera de la calle Corrientes, la estructura misma del lugar te lleva a estar en un montón de otros detalles y a cuidar mucho más la estética del concierto que en otras ocasiones.
Entonces, lo estoy preparando entre el estrés que te lleva estar de reunión en reunión y estar quemándote la cabeza pensando en cada detalle, y la emoción de estar viviéndolo. Porque, después de todo fue muy soñado todo esto que se va a dar. Así que es una variable constante: generalmente, al principio del día estoy hiper emocionado y al final ya empiezo a sentir estrés. Pero, desde ya y sobre todo, súper feliz de poder hacerlo y con muchísimas expectativas, esperando que el concierto está a la altura de las circunstancias.
“La llave” es tu tercer trabajo consecutivo como compositor.
Sí. El penúltimo disco -“Sentidos”- es el primer disco que tuvo canciones mías, once de los trece temas que tiene son de mi autoría . Tenía ganas de incluir dos canciones que me gustaban mucho y mi productor me impulsó a componer más. Ahí se dio, no lo busqué.
Cuando se venía “Reflejo real”, “Sentidos, había tenido mucho éxito, muchas canciones de ese disco se habían vuelto muy pupulares. Eso me incentivaba y, a la vez, me generaba una responsabilidad: hacer otro disco que cubriera las expectativas del público y la prensa. Entonces empecé a ser más detallista.
“La llave” era decisivo: o era cantautor o volvía a ser intérprete únicamente. Porque tres discos ya acostumbran al público, la prensa y a uno mismo a que las canciones son de uno.
Después de un tercer disco ya no sé si volvería a grabar todo un disco de interpretación. Así que tuve que tomar la desición. Continuar como autor y compositor me requería y me requiere un esfuerzo muy grande. Digamos que “Sentidos” y “Reflejo real” fueron trabajos muy intuitivos en cuanto a la composición. Pero, a partir de ahora, tengo que estudiar más, tener un conocimiento más técnico tanto de la música como de la letra; para no repetirme en conceptos el día de mañana –ni en palabras, ni en armonías- El día de mañana quiero tener la oportunidad de -dentro de mi estilo y carrera- poder ser un músico tan ecléctico como lo es León, como lo es Paul Mc Cartney. No me pongo al nieval compositivo de ellos. Me refiero a que son tipos que, dentro del estilo que han formado, fueron muy eclécticos en su composición. Nunca se “autocopiaron”. Cada disco tiene una cosa distinta, pareciera que se reinventan todo el tiempo. Eso tiene mucho que ver con el don que tienen y con el conocimiento musical y a la hora de escribir. Eso es lo que yo tengo que adqurir ahora: Estudiar, desarrollarme. Es empezar una nueva carrera.
Yo hace diez años que vengo estudiando e intentando desarrollarme cada día como intérprete, estudiando canto y demás. Lo mismo tengo que hacer ahora de acá a diez años para adelante, pero con la teoría y la composición.
Querés no repetirte, sin embargo todo autor, sin querer copiarse, tiende a tener lugares recurrentes
Creo que eso se debe a que todos los que tenemos la oportunidad de escribir, siempre lo vamos a hacer desde una raíz que está adentro nuestro. Entonces justamente ese punto recurrente es el que está adentro de uno mismo y que nos impulsa a escribir. Si los libros se escribieran de puño y letra, uno podría reconocer instantáneamente al autor con sólo verle el estilo de la letra. Quizá ese punto recurrente al que uno regresa es esa raíz, esa letra súper reconocible. Que pase eso también está bueno.
No me refiero a ese tipo de reincidencias, sino a no pegar un hit, suponé “Todo esta en vos”. Lo más probable es que, en otros discos, yo componga otra canción sobre esos ritmos o esa temática de letra. Pero la idea es no volver a componer otro “Todo esta en vos”, como le pasa a muchos músicos. Hoy escucho muchas bandas o contantes que sacan un tema con el que la revientan y en el segundo disco el primer corte de difusión es igual. No sólo con los músicos de ahora, también de muchos años atrás. Ojalá yo tenga la posibilidad de poder desarrollarme y aprender lo suficiente como para no generar eso.
Decís que tenés que empezar de nuevo, pero tenés una década de experiencia. ¿Cuál es la diferencia entre comenzar ahora y hace diez años?
En realidad no hay mucha diferencia. Es cierto que he adquirido mucha experiencia, me he fogueado, me he curtido, me he hecho de abajo y la he peleado. Disfruto muchísimo de todo lo que vivo hoy porque sé lo que me costó conseguirlo. Pero ciertamente cuando a uno le va mejor, las cosas van creciendo en otras dimensiones y esas dimensiones son desconocidas para uno, como este caso de tocar en el Ópera.
Hoy en día estoy pendiente de una cantidad de cosas de las que nunca, en la cantidad de espectáculos que he hecho desde que empecé hasta ahora, estuve pendiente. Entonces estoy parado frente a esas situaciones por primera vez. Como me paré frente a otras situaciones que hoy domino con absoluta facilidad, hace diez años atrás.
Yo considero que cada día en que uno se despierta y se levanta de la cama para empezar sus actividades, está empezando de nuevo. Estoy absolutamente convencido de eso. Me pasa en un detalle tan simple como los ejercicios de aire que tengo que hacer para mantener una técnica vocal determinada. Yo me doy cuenta de que cuando me agarra gripe o angina, una semana después, cuando retomo mis actividades, no soy el mismo, no me siento igual. Estoy volviendo a empezar. Me pasa lo mismo cuando paso quince días de gira y no puedo entrenar ni ir al gimnasio. C