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Aunque la música de Pablo Baggini toma como punto de partida la música popular argentina, sus composiciones también transitan rasgos académicos e interactúan a su vez con espacios de improvisación.
Conversamos con el guitarrista y compositor de Río Cuarto, Córdoba, sobre su disco debut solista, algunos recuerdos de sus inicios, los encuentros musicales que suele organizar en el patio de su casa y la armonía que logra entre sus dos pasiones: la música y la odontología.
Baggini presentará su álbum "El Proyecto de Pablo Baggini" y adelantos de su próximo disco en la ciudad de Buenos Aires el martes 15 de octubre a las 20hs en Bebop Club junto reconocidos músicos.
Desde muy chico te dedicás a la música aunque recién, unas décadas después, decidiste sacar a la luz tus composiciones y editar tu disco debut. ¿Qué ocurrió durante todos esos años?
Así es. Como mis hermanos son diez años más grandes que yo, desde muy pequeño comencé la escucha de muchísima música, de todo tipo: de los años 70 y 80 (Yes, Pink Floyd , Alan Parsons, Mike Oldfield ,Queen, Genesis), algo de rock nacional y por supuesto, gracias a mis viejos, mucho tango y folklore. A partir de los 10 años comencé con el estudio de la guitarra en el Conservatorio Provincial de música Julián Aguirre de la ciudad de Río Cuarto, donde tuve muy buenos profesores.
Concluído el conservatorio, formamos con un grupo de amigos de Río Cuarto un grupo instrumental con el cual nos presentamos en el pre Cosquín en el rubro “Folklore instrumental” en donde ganamos y pudimos llegar al escenario mayor de la ciudad de Cosquín. Eso realmente fue alucinante: imagínate, con 18 años, estar tocando en ese pedazo de escenario con toda la gente enfrente!
Luego formé otro conjunto instrumental con otros amigos músicos de mi ciudad; interpretábamos composiciones propias y, por ejemplo, allí surgió uno de los temas que actualmente hacemos con mi octeto, “Sal si puedes”. Con este grupo tuvimos la oportunidad de presentarnos en el Centro Cultural Viejo Mercado y ser teloneros de Armando Tejada Gomez.
A los 19 años ingresé en la facultad de odontología en la ciudad de Córdoba; obviamente por los estudios y la distancia fue casi imposible seguir tocando. Luego de recibirme y de un tiempo viviendo fuera del país, regresé a Río Cuarto y comencé a tocar con un grupo local, “Simón dice”, con el que sigo actualmente.
También integré un quinteto de tango, “El Berretín”, y realicé la musicalización de cortos y documentales del director Claudio Rosa que se emitieron en Encuentro y TV Pública.
Participé desde el año 2000 en el ciclo” Matices”, que organiza la Secretaría de Cultura de la provincia de Córdoba, donde conocí a muchísimos músicos y tuve la suerte de vincularme inicialmente con Alejandro Manzoni y su trío: a partir de allí comenzamos con la idea de generar encuentros musicales en el patio de mi casa.
Al llegar la pandemia decidí sacar a la luz composiciones que tenía guardadas y convocar a un grupo de talentosos músicos para entrar al estudio de grabación.
Obvio, sucedieron cosas personales en el camino que también influyeron muchísimo a la hora de generar un discurso musical propio, me refiero a personas que están y otras que no, viajes, pérdidas familiares, etc.
Siempre digo que todos tenemos algo para decir. Y especialmente, a través de la música “sin palabras”, los instrumentos tienen un lugar para expresar muchas cosas y eso hace que entre el compositor y el oyente se genere un vínculo muy particular.
¿Cuáles son esos "Aromas Familiares" a los que hace alusión el tema que abre el disco?
Los aromas familiares son por ejemplo los del jazmín, esa hermosa flor del fin de la primavera y el comienzo del verano, que la asocié siempre con esos días de finalización de la escuela e inicio de las vacaciones, cumpleaños, reuniones de familia y amigos…
También son los aromas de la cocina; todas las comidas que pasaron por ese reducto, junto a una mesa que obviamente te lleva a charlas, risas, sobremesas, festejos.
También las ceras; el encerado de esos muebles antiguos (algunos centenarios) que había en casa. Con el paso de la cera revivían, resplandecían, parecían realmente materializarse de nuevo dentro de la casa con ese aroma tan particular que te lleva a tocarlos, a apreciar su textura, quizás ornamentos y detalles que algún artesano con amor le dio con su cincel para luego depositarlos en vaya a saber dónde! Siempre me intrigó mucho el camino que siguen esos objetos a los que llamamos antigüedades…
Además de músico sos odontólogo. ¿Te resulta fácil congeniar ambos oficios en tu vida cotidiana? ¿Cómo lográs darles espacio a tus dos facetas?
La verdad que no podría ser músico sin la odontología y viceversa; el hecho de estar a cargo de una clínica me lleva a estar todo el tiempo con una energía alta y por supuesto siempre encima de lo que amo, que es la estética dental. Mientras trabajo, en cada sesión, estoy descubriendo siempre músicas nuevas y en ese momento es donde puede aparecer alguna idea. Cuando eso ocurre, inmediatamente, trato de agarrar la guitarra, me voy a alguno de los otros consultorios y la grabo con el celu. Y luego sigo atendiendo, jajaja!
Siempre digo que la odontología, que es parte de la salud, tiene muchísimo de arte. La biología humana se asimila con cualquier tipo de arte: las proporciones, las texturas, los movimientos, los colores, las formas, la sensibilidad, por ejemplo, son conceptos que el arte siempre contempló o intentó imitar de la naturaleza. Por lo tanto, para mí, no hay ningún tipo de segmentación, como tampoco hay un momento del día donde no haya música en mi cabeza dando vueltas!
¿En qué consisten y cómo surgieron los encuentros musicales que organizás en el patio de tu casa?
Surgieron del amor y las ganas de generar un espacio donde se pueda apreciar una determinada música que, por lo menos en mi ciudad, en otros circuitos no se puede ni siquiera escuchar. Quería brindar un momento mágico donde la música fuera la protagonista.
Siempre tuve una tendencia a ir en contra de la corriente, así que, con el tiempo, se fue plasmando esta idea, que veo como parte de una “contracultura”, opuesta a la inmediatez, lo superficial que estamos viviendo; esa tendencia a lo cortito, lo virtual en las redes, en las que nos vamos metiendo como bobos!
Lo que se da en casa es puro amor al arte sin ningún tipo de intención de generar dinero ni mucho menos. Es básicamente tener un espacio más en el interior del país para los que estén con ganas de mostrar su arte. Lo pueden hacer para un público, con alguna que otra empanada o sandwich y algún vino o agua para tomar.
Un ciclo que hasta el día de hoy se viene dando, en el que han participado figuras tales como Carlos Aguirre, Lito Vitale, Ernesto Snajer, Alejandro Manzoni Trío, Tiki Cantero, Georgina Hassan, Quique Sinesi, André Mehmari, entre muchos otros.
¿Qué estás preparando para tu concierto en la Ciudad de Bs As el 15 de octubre?
El martes 15 de octubre voy a presentar en Bebop, en la ciudad de Buenos Aires, parte del material del primer disco y también temas que van a integrar un segundo álbum junto a grandes músicos: Alejandro Manzoni (piano), Guido Martínez (bajo), Leandro Savelón (percusión), Víctor Carrión (vientos),Emiliano Alvarez (clarinete), Rafael Delgado (violonchelo) y Adrián Charras (teclados). Para las nuevas composiciones, se van a sumar vientos al octeto actual: saxo tenor, trompeta y trombón. Además contaremos con la presencia de Ernesto Snajer en guitarra y alguna que otra sorpresa!