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1 - Soledad Jauregui, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad del Litoral, alguna vez en una ponencia sobre el cuerpo, definió: “El cuerpo no puede ser considerado sólo como un conjunto de huesos, articulaciones y músculos. Más bien es un fenómeno social, cultural e histórico”. Bueno, desde que Maggie Cullen hizo su aparición en la TV, en el programa La Voz Argentina, eso ha tenido más sentido.
2 - Quien escribe, siempre tuvo una teoría sobre Cullen: Es como la “Benjamin Button” de la música o del folklore. Es decir, tal como aquella película, donde un hombre nace adulto y rejuvenece, Maggie pareciera experimentar lo mismo. Su calidad, conexión y arte parece de una cantora consagrada, de basta experiencia, en el cuerpo de una joven. Por ende el cuerpo de ella, el que habita, terminaría siendo lo descrito arriba: un extraño y celebrado “fenómeno social, cultural e histórico”.
El viento trae una copla
Studio Theater se llama el lugar donde Maggie se presentó por segunda vez en suelo cordobés. La primera fue en Cosquín, este año, cuando actuó invitando a Nadia Larcher, y también siendo ella invitada de Raly Barrionuevo. Esto de las invitaciones y el ceder espacios de shows para presentar a artistas, es algo que los grandes han hecho en la historia y que ella lo lleva a cabo de la misma manera (como cuando dejó que su pianista tocara La Cepa dorada, una canción de su autoría). Tanto que quien abrió la velada se encargó de subrayarlo. Maxi Acosta, músico cordobés, habló de la generosidad de ese “personaje tan bonito” llamada Maggie Cullen y le agradeció con mucha calidad, preparando a su público de la mejor manera.
“Para cantar versos del sentir y condenarlos a sobrevivir” fue el arranque que no pudo haber sido mejor. Fandermole en las palabras y las palabras en la voz de Maggie dieron el inicio de una lista de canciones cuidadosamente elegidas y cantadas. Acompañada de la mejor manera por Nacho Abad al piano, ella fue bombo y guitarra, y sobre todo voz. Ella fue sonrisa constante y agradecimiento en cada instante. Como la del público que ovacionó en todo momento.
Ella fue la responsable de una noche que fue “De fiesta en fiesta”, cada vez que se transformó en Canciones del Viento - como se llama el disco que presentó- trayendo por momentos a Zitarrosa, Teresa Parodi, Ramón Navarro, Gustavo Santaolalla, Violeta Parra, José Luis Aguirre, Charly Gracía, Fito Páez, Luis Alberto Spinetta y a quienes se le ocurra versionar. Porque tiene con qué. ¡Vaya si tiene con qué!
Con “una gran amiga de Alta Gracia” como lo es Flor Soaje hicieron A la Abuela Emilia y Zamba de Usted, mientras bailaban el “Negro” Valdivia y Belén Zapiola. Él y ella se pasearon por el escenario como “Pisando Nubes”, esa canción que Maggie transformó en disco junto a sus hermanas y que fue parte del repertorio para homenajear a alguien tan querido como lo es José Luis Aguirre.
Existe otro artista que es muy querido en “La Docta” y muy talentoso: Lucas Heredia. Alguien que ha impresionado a Magdalena “con su talento y sensibilidad”. “Hay personas con las que te pasa algo en la piel, en la forma de cantar” dijo ella antes de hacer con él La Pomeña, Yo vengo a ofrecer mi corazón y fuera del programa Chayita del Vidalero. Eso evitó que sonara El breve espacio en que no estás. Pero solamente fue una sustitución de un momento hermoso por otro, junto a quien celebró que en artistas como Maggie “la música, la raíz y la verdadera búsqueda artística siguen vigentes, es conmovedor, entusiasmo y hace creer que la fe en la canción y la poesía sigue intacta”.
Eso también pareció entenderlo el público que le agradeció hasta el cansancio su versión de Alfonsina y el mar y le provocó esa sonrisa tan típica y ese brillo en los ojos ante cada canción, como si la Milonga de los ojos dorados, hubiera sido escrita para ella.
Talento masivo
Maggie Cullen no solamente se hizo famosa en la pantalla de televisión, si no que se hizo de amigos que trascendieron a la edición de un programa de competencia musical. Ellos fueron parte de la noche y también le dieron ese toque especial a un momento que con canciones como Cuando ya me empiece a quedar sólo, Ojalá y Muchacha ojos de papel, ya había sido especialísimo. De los mejores momentos, sin dudas, como lo había sido en su participación en La Voz.
Pero hablábamos de sus amigos, que también se dieron a conocer por aquel programa y compitieron (perdón,compartieron) con sus talentos: Francisco Benítez, Ignacio Sagalá y Santiago Fiuri, y el broche de oro de la noche. Todo cambia y Adiós, que te vaya bien, fueron las canciones obsequiadas al público. La primera, sobre todo, fue uno de esos regalos, que siempre se agradecerán cuando se lo cante de la manera que lo hicieron.
Un poquito de tu amor, esa canción que parece haber sido hecha para ella, y La arenosa finalizaron la velada acompañadas de los aplausos que duraron varios minutos. Esos aplausos que reconocen en Maggie a una artista particular, un aire fresco, a una cantora consagrada en el cuerpo de una jóven talentosa.