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Gabriel Rivano brindará dos presentaciones en vivo antes de su gira europea anual, donde se destaca el concierto en el castillo de Bad Homburg (Alemania) donde grabará un disco de bandoneón solo para el prestigioso sello alemán de música clásica K&K Verlagsanstalt.
Su disco "La Luminosa" - grabado en vivo en 2007 por el mismo sello con Monica Taragano en flauta y Victor Villadangos en guitarra - fue elegido en su oportunidad como Disco de Mejor Sonido del Mes por la revista de audiófilos "Stereoplay" y seleccionado entre producciones como las de Sinead O'Connor, Bon Jovi, Paul Mac Cartney y otras destacadas figuras internacionales.
Este disco – el 15 de su carrera solista- tiene composiciones de los últimos años con influencias del tango, jazz y música de cámara.
Temas que conjugan la potencia de la música de Buenos Aires con la vitalidad
y el colorido característicos de las composiciones de Rivano.
Rivano como artista nunca buscó la división entre folklore y tango, siempre va por su canción propia, una línea en medio de ambos mundos.
¿Cómo surge "Invernal"?, ¿Por qué su nombre?, y ¿Cuál es el hilo que conecta a sus 10 temas entre sí?
Lo idea nació hace un par de inviernos, volviendo del verano de una gira europea, me llamó un cantante para grabar en un estudio en Almagro con un cuarteto de cuerdas. Me gustó el estudio en un pasaje pegado a las vías del tren y que, a pesar de nacer en ese barrio y haber ido a la escuela muy cerca de ahí, no conocía. Daba una imagen muy bella y melancólica.
De ahí surgió grabar un disco con temas míos con cuerdas, piano y/o solos de bandoneón en un ambiente afín a mis orígenes.
Ya había compuesto el tema Invernal hacía un par de años y me pareció el título adecuado para el disco.
Todas las composiciones tienen un origen en alguna despedida y,asimismo, la mayoría están en tonalidad mayor, lo que les da un tono esperanzado.
Los temas fueron compuestos en estos últimos 10 o 15 años, una época compositiva mía muy fértil.
Sos nieto de Adolfo Pérez Pocholo, bandoneonista que tocó con Firpo, Canaro y Gardel. ¿Qué recuerdos de la niñez tenés de él?, ¿Percibís en algún aspecto tuyo su influencia?
La influencia es evidente sobre la necesidad de vivir una vida artística y original. Pero se manifestó claramente a partir de mis 20, cuando me apasioné con la música. Cuando iba a la casa de mis abuelos recuerdo escuchar ese bandoneón, él estaba siempre tocando o escribiendo.
Inclusive me quedó grabado un Año Nuevo que, antes de brindar, se quedó tocando en su cuarto y escuché a lo lejos (porque vivían en una casa antigua y grande) ese sonido tan particular entre quejumbroso y místico.
Suele asociarse al bandoneón con el 2x4, sin embargo, desde temprano te involucraste en distintos géneros y compartiste escenarios y grabaciones con artistas de diversas vertientes musicales. También compusiste una obra junto a la Orquesta Juan de Dios Filiberto dirigida por Popi Spatocco.
¿Cuál es tu límite musical o estilístico?
No tengo prejuicios en estilos a abordar. El límite estilístico es que haya buen gusto.
El bandoneón suena muy bien en el tango, pero también en el folklore argentino: zamba, chacarera, chamamé, carnavalito, etc. Es un instrumento ideal para la música argentina por su particular timbre y expresividad.
Siempre me interesaron distintas músicas y participé en muchos proyectos uniendo universos musicales distintos. Entre otros, cuando trabajaba con el Cuarteto Cedrón en Francia en 1989/90, uno de los espectáculos se llamó “Memoria de los Mayas”, donde Cedrón musicalizó poemas de los mayas, arreglados por Gustavo Beytelmann.
En ese espectáculo tocamos junto a Jaime Torres, Antonio Agri, Ricardo Moyano, Luis Rigou, Minino Garay y Beytelmann, entre otros.
Otra experiencia memorable: en 1998 Santiago Vazquez me llamó para hacer un disco libre de tango y folklore, “Será una noche”, que grabamos para un sello japonés de audiófilos en un monasterio en Gándara (un lugar en el medio del campo) cerca de Chascomús. En ese proyecto estaban Pedro Aznar y Marcelo Moguilevsky y experimentamos durante varios días versiones muy creativas y libres del tango, folklore y músicas propias.
Recuerdo especialmente “Zamba de la viuda” del Cuchi donde hice un groove entre zamba y bossa nova y sobre el que Aznar cantó el tema de una forma magnífica.
Popi Spatocco juntó a la Orquesta Filiberto, dirigió mi “Concierto para Bandoneón y Orquesta” en Plaza de Mayo, en el acto por los 30 años de las Madres de Plaza de Mayo en 2007. Gané el premio de composición que la Secretaría de Cultura organizó y toqué mi concierto con Popi y la Filiberto en ese acto tan emotivo.
¿Qué presencia tuvo y tiene en tu vida el folklore argentino?
Es una música fundamental. Muchas de mis composiciones tienen ritmos folclóricos y uno de mis discos, “Asado criollo” (2005), está integrado por obras mías con esa influencia.
Mi primer instrumento de niño fue la guitarra donde componía canciones con ritmos de zamba o malambo que cantaba en mi escuela.
Luego de las presentaciones en vivo en Buenos Aires de "Invernal" hay una gira en Europa, que incluye una grabación en vivo en un castillo alemán. ¿Podes contarnos algo más?
Hace varios años hago giras de conciertos de bandoneón, especialmente en Alemania y Suiza.
Algunos de los lugares donde toco son muy hermosos, como una iglesia románica del año 1000 donde me presento todos los años y donde el bandoneón suena fabuloso.
En 2007 grabé el disco “La luminosa” en trío con Mónica Taragano (flauta) y Victor Villadangos (guitarra) en el castillo de Bad Homburg para un prestigioso sello alemán de música clásica.
Este año grabaré para el mismo sello y en el mismo castillo un disco de bandoneón solo.