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El debut del cantautor, músico y actor Diego Torres deleitó a los presentes con sus canciones, el acordeonista Raúl Barboza con su virtuosismo y el conjunto salteño Los Nocheros y su festejo por los 30 años de su Consagración (1994), fueron las figuras destacadas de una séptima luna del Festival Mayor de Folklore de Cosquín en su edición 64, que contó además con la presencia del Paz Martínez, Lucía Ceresani, Guitarreros, las Postales de Provincia a cargo de Santa Fe y ganadores del Pre Cosquín en esta oportunidad en el rubro Solista de Malambo, Federico Sosa.
En el comienzo de la velada fue el autor Paz Martínez quien escribió innumerables piezas para diversos intérpretes, pero en esta oportunidad llegó con su canto para primero realizar un set bien criollito con "Luna cautiva", "Merceditas" y la "Canción del adiós" y luego repasó algunos de sus éxitos como "Agua, fuego, tierra, viento" (que escribió exclusivamente para Mercedes Sosa que grabó en su álbum "Cantora"), "Me das cada día más", "Y qué", "Amor pirata", "Que ironía" (todas dentro del género romántico), para despedirse con "Déjame que me vaya", pero indudablemente sobre el escenario demuestra que es un gran autor.
Inmediatamente fue el turno del "maestro" acordeonista y compositor Raúl Barboza en formato de trío brindando una lección de la música del litoral con emblemáticas piezas del estilo de "La tierra sin mal", "Llegado al trotecito", "Que nadie sepa mi sufrir", "Baile del duende", "Los saltos del Guayra, "Merceditas", "Camino a tres palmas" y el final con el "Km. 11", para el aplauso final y consagratorio de una entusiasta platea, que nuevamente convirtió la Plaza en una sala teatral por su respeto y silencio.
Promediando la noche y con la luna llena como testigo en el cielo, se presentó por primera vez en el escenario "Atahualpa Yupanqui", Diego Torres quien no sólo realizó buena parte de sus éxitos, sino que además contó historias que vivió junto a su madre la inolvidable cantante Lolita Torres en el living de sus casas y las eternas guitarreadas con figuras como Ariel Ramírez (con quien Lolita compartió ese escenario en 1992), Mercedes Sosa, Daniel Toro, entre tantos.
Interpretó temas muy vivados y coreados por la gente como "Sueños", "Abriendo caminos", "Amdando", "Amanece", "Puedo ser", "Usted", la festejada "Penélope" (en nueva versión), un bloque bien folklorico con sus versiones de "Balderrama" y "Alfonsina y el mar" y el recuerdo para el gran Daniel Toro con la presencia de sus hijos Facundo y Miguel Toro para el himno "Zamba para olvidarte".
Con "Tratar de ser mejor" iniciaría su despedida, pero invitó a su sobrino Benja Torres para juntos entonar "Las leyes de la vida", luego no podía faltar "Color esperanza" y las yapas con "Un poquito" y "Mejor que ayer".
La Comisión Municipal de folklore le entregó el poncho coscoino, también una plaqueta recordatoria y Diego además de agradecer la gentileza y el agradecimiento al público que lo aplaudió y coreó, sino que también mencionó: "La música es música no importa el género y debemos siempre defender estos espacios culturales".
En Postales de provincia le tocó el turno a la provincia de Santa Fe, con un cuidado cuadro en el cual se escucharon los temas "Oración del remanso" de Jorge Fandermole, "Corazón de curupí" de Chacho Muller, "Río de camalotes" de Mario Corradini y "Los inundados" de Ariel Ramírez, con las voces de Patricia Gómez, Miriam Cubelos y Luciana Rubio.
El canto surero estuvo representado en la voz de la bonaerense Luicia Ceresani quien se encuentra dando un giro a su carrera con producción de Abel Pintos y es por eso que cantó su versión de "El niño", seguidamente volvió a sus raíces con "El rincón de López" y le brindó un tributo a la memoria del irrepetible Gaucho de Madariaga Argentino Luna (quien le dió su espacio para que suba por primera vez al escenario coscoino) con "Mire que lindo es mi país paisano" y "Ando por la huella".
Desde Salta llegaron los Guitarreros con un puñado de canciones como para mover la Plaza al entonar "Estoy de vuelta", "Quiero olvidarte", "La tristecita", "Entre a mi pago sin golpear" y "A Monteros" y se despidieron con la versión que realizaron en los 2000 del "Himno a Cosquín", pero nos dejaron con gusto al poco al faltarles las tradicionales zambas carperas que nos tienen acostumbrados.
Federico Sosa y su grupo de guitarras mostraron lo suyo dentro del rubro del Pre Cosquín "solista de malambo", llegando desde su Godoy Cruz, Mendoza, dejando una muy buena expresión en el escenario.
Para el final Los Nocheros en formato de trio pero con el agregado de coros entre las que se encontraba el grupo Son Ellas que comanda Jimena Teruel, festejaron con emoción y buena música sus 30 años de la Consagración en aquel 1994.
Mario y Alvaro Teruel junto a Rubén Ehizaguirre nos deleitaron con temas que hace tiempo no cantaban como "Zafiro", "La descreída", "Canto nochero", "Roja boca", "Entre la tierra y el cielo" para la primera parte y luego como dijo Mario "vamos a darles el espacio a los jóvenes valores que llegan a Cosquín con sus sueños, como nosotros cuando el querido maestro Cacho Tirao nos dió su espacio.
Por eso estuvieron en escena los salteños de Sin límite quienes cantaron "La tierra que me alumbra" y los catamarqueños Carafea con "Cuando vuelvo a Catamarca", dos jóvenes agrupaciones para tener muy en cuenta.
La fiesta siguió con "Cuando me dices que no", uno de los últimos himnos "Me enamoré de una zamba", "Solo pa' bailarla", "No saber de ti" (con el agregado de las linternas de los celulares de la Plaza), "Señal de amor", "La yapa", "Vuela una lágrima" y "La cerrillana", entre otras, para cerrar una noche de "magia" Nochera.
Mario Teruel en su diálogo con la gente y más allá de su agradecimiento por estos 30 años de aguante, expresó su deseo y pedido "que se defienda este templo de la canción como Cosquín, junto a todas las fiestas populares del país".