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El prolífico autor salteño falleció a los 82 años, tras complicaciones asociadas a un cuadro de neumonía. El folklore de luto y el repaso de un legado inigualable.
El folklore nacional está de luto. Ha muerto un de sus cantores más destacados, dueño de un registro vocal y una expresividad inigualables. Se ha ido un hombre único, un gran melodista que honró con su vida el destino del canto. Hoy nuestra música popular se queda un poco más huérfana: ha partido Daniel Toro
El cantautor salteño había sido internado por un cuadro de neumonía que derivó en la triste noticia de su muerte. “Desde nuestro núcleo familiar queremos informar el fallecimiento de nuestro padre. Gracias a todos los que estuvieron durante todo este tiempo a su lado y acompañando con palabras de aliento y sus rezos. Se fue físicamente, ¡pero su historia, su voz y su música quedarán para la eternidad! Hoy más que nunca, ¡VIVA DANIEL TORO!” postearon sus hijos en las redes sociales.
También en el universo digital, el fotógrafo Eduardo Fisicaro, parte del equipo del documental “El nombrador”, de Silvia Majul, que retrata las huellas del hacedor de “El antigal”, indicó: “Duro golpe. Siempre te recordaré así, sencillo, humilde. Extrañaré muchísimos esas largas charlas que tuvimos en tu casa de Vaqueros, allí en Salta. Hasta siempre querido Daniel Toro”. (Link al tráiler del film: AQUÍ)
Por su parte, Julieta Laso, que recientemente versionó “Mi Mariposa Triste” se mostró dolida en Twitter y se refirió al compositor como “Maestro, un artista enorme de nuestro país, con una obra increíble”
Además, Peteco Carabajal, quien celebraba su cumpleaños, lo homenajeó entonando “Cuando tenga la tierra”, en una transmisión por Facebook Live.
Este artista irrepetible traspasó fronteras y obtuvo resonancia internacional por la sensibilidad de sus obras. Se estima que compuso cerca de mil canciones, entre las de mayor éxito se encuentran "Para ir a buscarte" y "Zamba para olvidarte".
En una entrevista que brindó a FolkloreCLUB, con motivo de su cumpleaños número 80, Toro subrayó que entre las mayores alegrías de su oficio el hecho de que la música y su canto hayan llegado a gente. “Hoy son un resultado hermoso. Voy a vivir hasta que pueda muy agradecido de todos ellos, del acompañamiento de ellos, me ayudó mucho”.
Asimismo, remarcó: “Creo que lo mejor es la alegría de haber intentado dejar algo que tenga un valor positivo en cuanto a lo cultural. No hacer cualquier cosa, que significara un pecado para lo que fue mi carrera. Aunque mis pecados tengo, pero por pedidos de la gente que trabajaba en este negocio del disco”.
En ese momento, reconoció, con la sencillez que lo caracterizaba: “He logrado hacer algunas cosas y estoy contento, pero lo más importante para mí es haber podido componer, a pesar de tantas cosas que me faltan hacer, canciones de mucha importancia. Y con el tiempo ya lo dirá la historia mía: que no viví porque sí nomás”.
Daniel Toro nació el 3 de enero de 1941 en la ciudad de Salta. Inició su carrera profesional con el conjunto Los Viñateros y años más tarde se unió a Los Nombradores. En 1967 obtuvo el premio Consagración del Festival de Cosquín, entre varios y numerosos hitos.
Desde su corazón profundo emergieron algunas de las postales más potentes e inorvidales de nuestro cancionero: "Cuando tenga la tierra" (con Ariel Petrocelli), "El Antigal" (con Lito Nieva y Ariel Petrocelli), "Zamba para olvidar" (con letra de Julio Fontana), "Mi principito" (con Néstor César Miguens) “El Cristo Americano”, “Nostalgia mía”, “Pastorcita perdida”, "Zamba de tu presencia", entre otras.
“Soy un hombre convencido de que he sido un protegido por Dios, ese Dios inmenso. No se puede llegar a él así nomás, sin embargo él me dio cosas importantísimas para mi carrera, para mi música. Y el comprender y vivir aprendiendo todos los días”, comentó en enero de 2021, en diálogo con este medio. (Link a la nota completa: AQUÍ)
Hoy, 25 de mayo, día de la Patria, día de la revolución, un trovador inigualable, que ha honrado y revolucionado la cultura de la Argentina y el mundo, se mudó a los cielos, cerquita de ese Dios que lo ha cuidado hasta sus 82 primaveras. A quienes permanecemos de este lado de la vida, nos queda su alma, su voz, los paisajes que trazó junto a grandes poetas. Allí, iremos a buscarlo, como pueblo, para recordarlo siempre con la memoria encendida de su arte que nos ha transformado para siempre.