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Faltan pocos días para el fin del verano y, como ya es costumbre, Raly Barrionuevo desembarcó en el patio del Kónex para cerrar la temporada estival. Asi, el fríensellegó con su proyecto “A solas y sin libreto”. En ese marco, Barrionuevo se hace cargo de todos los instrumentos, con guitarras, percusión y una loopera. Y, sobre todo, con su creatividad como aliada, con una impronta íntima y lúdica.
“Saben que no armo el repertorio, así que van a tener que pedir canciones”, expresó el santiagueño que, minutos antes había anticipado “una tarde/noche de muchas emociones, con amigos, con ustedes y en este lugar, que es mi casa. ¿Les parece si arranco con Luna Cautiva?” propuso e instantáneamente, los pañuelos y los celulares acompañaron el clásico del Chango Rodríguez.
Luego se desplegó el homenaje a quien le dio la vida con“La niña de los andamios”. En seguida dibujó entre cuerdas las primeras notas de lo que definió como “una chacarera irlandesa” y el público imitó el sonido de las gaitas para “Y seremos agua”
“Medio malo el pianista que voy a invitar pero le ponevoluntad”, bromeó antes de sentarse a pulsar las teclas que potenciaron "Zamba de usted" y “Cuarto manguante”en uno de los momentos más profundos y celebrados del convite.
Desde la calma se encendió el festejo, con un Ralydidáctico que lanzó reflexiones sobre el modo de tocar el bombo y mencionó a Carlos Saavedra y a Julio Paz, del Dúo Coplanacu. Los presentes se hicieron eco del pulso de los aros para un continuado de chacareras. Entonces, “Corazón atamisqueño” (de Leo Dan y Carlos Carabajal)se hermanó con “Melodía viajera” y “Circo Criollo”.
Las palmas se apagaron para encender la hondura de “Niña luna”, una composición que Raly incluyó en EyPaisano, en 2004 y que, casi dos décadas después, lo acompaña en cada concierto, con el recuerdo de su única hija, fallecida al momento de nacer.
Un juego con amigos
Como si el escenario fuera un patio, un fogón o un potrero, mediando la noche, Raly invitó a distintos artistas a sumarse al juego: la primera en hacerlo fue la pianista y cantante Luna Sujatovich con "El sol parece lluvia" y la baguala "Esta noche", de su autoría.
Más tarde, el santiagueño convocó a Gregorio “Goyo” Degano, de Bandalos Chinos. “Me encanta esta canción, pero no me sé la letra, dijo como chiste Raly antes de entonar a dúo "El club de la montaña”, del grupo pop oriundo de Beccar. Y de vuelta, celebrar al Chango Rodríguez con "De mi madre”.
Inmediatamente, el autor de “Oye Marcos” desgranó una seguidilla de hits con "Vidala de la copla" (nuevamente del Chango Rodriguez) , "Zamba y acuarela", "Chacarera de la espada" y "El activista".
Para sorpresa de muchos y en concordancia con el concierto en pleno centro porteño y en el barrio del Abasto, el trovador homenajeó al Zorzal con un fragmento a capella de "Soledad", el histórico tango de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera.
"La música es para compartir y también es un juego en el que cierta gente juega mejor que otra, y yo tengo la suerte de tener amigos que juegan muy bien. Tocar es un juego pero no como el de un equipo de fútbol sino como un juego de niños. Hay una parte lúdica de la música que se la pierden lo que escuchan, que compartimos los músicos y que hace que nos divierta tocar", dijo en 2012 Raúl Carnota.
Probablemente con ese axioma como eje, el santiagueño presentó a Milena Salamanca. En un ensamble de voces e instrumentos, ambos recordaron al compositor bisagra de “Grito santiagueño” con una sentida versión de “Como flor del campo” y antes hicieron lo propio en “Tu memoria y tu mañana”.
El dueto creció y se transformó con la llegada de la pianista Marina Ábalos, hija del mítico Adolfo, quien revolucionó la música junto a sus hermanos. Así, el tríptico enfervorizó al público y trajo al presente el legado del quinteto que también integraron Vitillo, Machaco, Roberto y Machingo.
Primero, Marina se sumó magistralmente el gato al instrumental "De pago en pago voy " y se extendió la peña con la "Chacarera del sufrido", "Agitando pañuelos" y "Casas más, casas menos" –con la jugosa anécdota sobre la letra que iguala a Nueva York, Buenos Aires y Santiago-. Sin pausa, y con una introducción contundente en las teclas la "Chacarera del exilio" se multiplicó en miles de personas que se entregaron al baile y al canto, a ese grito marrón que renace en sus versos y carga de energía a quien los escuchan.
Con mayoría de mujeres sobre el escenario, con cintos de familias danzando, mateando, compartiendo abrazos, comidas y sobre todo un puñado de buenas canciones, la fiesta concluyó con el hechizo de “Alma de rezabaile” y “Ey Paisano”. Este es “el primer trap de Argentina, aunque la industria no lo vaya a reconocer”, destacó sobre la obra que ideó junto a Luis Gurevich.
Lo cierto es que el nacido en Frías está mucho más allá de la industria. Es un cantor popular, un juglar que saber regar con sus maravillas el jardín de nuestra música, por eso cuenta con el reconocimiento del público que sigue sus pasos bien de cerca, que lo quiere como se quiere a un familiar cercano. Ese sea tal vez el mejor de los reconocimientos. Raly devuelve el gesto con canciones, que en un mundo de desmontes, crisis climáticas y angustias, son -al menos por un rato- una reconexión con lo que realmente importa.