"Incendio" es el título de la segunda producción discográfica de la cantante y compositora Azul Schenquerman, quien en diálogo con FolkloreCLUB manifestó que "son canciones donde indago sobre identidad, los vínculos, el miedo a perder aquello que atesoramos, el miedo a lo desconocido, y el impacto de la pandemia sobre la salud mental".
Pero a su vez aclaró que "las canciones abordan una mirada más sanadora, desde un enfoque para ver un final con mayor optimismo, como si fuese una gran conversación o reflexión con uno mismo. Todo está planteado desde mi vivencia, pero no obstante esta pensado para que quienes lo escuchen puedan adaptarlo a sus propias vivencias y experiencias".
En cuanto a la parte musical de esta segunda placa sucesora de la primera "Catarsis" editada en 2019, Azul expresó que "abarco géneros que van desde el folk, el pop el folklore, pizcas de rock e indie. Es un álbum ecléctico en base al formato. Hay canciones acústicas y otras eléctricas. Parte de esta conversación y dualidad ante lo que se plantea en las letras, también está representado en la diversidad de sonoridades".
"Si bien la cantante no cree que es una continuación del primero, manifiesta que "'Incendio' representa la metáfora de una especie de crecimiento forzado, donde la catarsis no fue suficiente para borrar las marcas del pasado y es necesario invitar a eso, el 'Incendio'".
Junto a la voz, guitarra, piano, sintetizadores y bombo leguero de Azul, participaron de la placa: Alex Musatov en violines, Martín González Puig en batería y trombón, Valentín Cremona en bajo, guitarra y coros, Matías Barmat en guitarra eléctrica, Chino Courvoisier en bajo, David Amado en voz, Alejandro Spinelli en bajo y guitarra, César Giménez en piano, Ledmigarash en voces, Patricio Villarejo en cello, Luciana González en coros, Julián Meekler en contrabajo, Iñaqui Bordetas en guitarras y sintetizadores, Martín Torrez en sintetizadores y cuerdas.
"En mi caso -cuenta Azul- me hizo cargo también de la producción artística, los arreglos, la mezcla y la grabación, por lo tanto si salió mal, no tengo a quien quejarme" (risas).
Con su primer disco apenas presentado, Azul, como el resto del mundo, quedó frenada por la pandemia. Con todas esas emociones, miedos y experiencias comenzó a componer y grabar su segundo álbum, “Incendio”, en el home-studio de su casa con su papá. A distancia fueron llegando las colaboraciones, y lo que parecía ser una manera de volcar las emociones de todo lo que sucedía se convirtió en un disco.
"Por ese motivo me siento feliz del resultado final, de las canciones, de los músicos y ahora me preparo para en un futuro cercano poder presentarlo en vivo", remarcó.