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Después de "Historias del aire" (2016), su álbum debut solista, Sebastián Kotliar lanza "Días y cuerdas", donde recorre 9 canciones fusionando géneros con ritmos tradicionales como chacarera, candombe, carnavalito o bolero.
Kotliar en la charla nos abre su intimidad de músico con la sencillez y humildad que lo caracterizan: aborda cómo potencia el decir en un cuidadoso trabajo conjunto donde cada palabra, color, timbre e intención son actores de una "nueva escena".
¿Qué encontrará la gente al escuchar tu más reciente álbum, "Días y cuerdas"?
Con un mapa de un lugar y sus distintas regiones dentro de un territorio. Un disco de autor, en donde la canción toma de diferentes géneros y poéticas, y plantea momentos como experiencias. Un recorrido donde se expresa lo social y personal, un detalle y paisaje, un adentro y un afuera.
¿Cómo describirías tu música?, ¿Preferís un sonido vintage o uno más moderno?
No sé si soy muy objetivo para describir lo que hago, pero mi música es una mezcla de todo lo que escuché y me marcó desde la infancia, tamizado por mi propia forma de concebirla. El sonido con el que crecí es "vintage", pero soy de una generación que aprecia distintas músicas en distintos dispositivos (cassette, cd, vinilo, MP3...) y disfruto mucho de un sonido moderno que esté en función de música que me atraviese.
¿Qué te inspira a escribir las letras?
En cada una me inspiran rasgos distintos, pero en términos generales es el poder comunicar y aportar algo: poetizar, embellecer, cuestionar, asombrar, entrar en comunión, emocionar, comprender, transformar...
¿Qué define a una buena canción?
Que llegue desde un lugar de sensibilidad, honestidad y humanidad. Por supuesto, hay recursos técnicos, virtuosismo o producción que suman, pero no bastan para que ocurra el fenómeno. Una buena canción, sigue siéndolo con poco, sin necesidad de lujos: atraviesa o no emocionalmente. Hay algo de lo vivencial en su creación que es fundante y no se puede falsear. Es esa equilibrada conjunción que se da entre letra y música, tan propia de este género.
¿Venís de una familia de músicos?, ¿Qué música escuchabas de chico?
La música era muy importante en mi casa de infancia. Si bien no se desarrollaba profesionalmente, mi papá y mi mamá cantaban en el "Coro Andino" donde interpretaban variados repertorios. Asimismo, se escuchaba mucha música como folclore del Cuchi Leguizamón, Uña Ramos o Mercedes Sosa hasta rock, jazz, música experimental, étnica o clásica.
En tus canciones puede escucharse chacarera, candombe, carnavalito, bolero...¿De dónde nace tu búsqueda por lo diverso? y ya que te encanta experimentar, ¿existe algún género totalmente fuera de tu zona de confort que intentarías abordar, como la ópera, por ejemplo?
La búsqueda por diversos géneros surge de esa escucha plural que me es familiar, encuentro en cada género resonancias particulares que disfruto de escuchar y también nutren el "género canción", el cual toma diferentes elementos expresivos fusionándolos.
Juego bastante con el recurso vocal llevando la voz a un registro más tanguero o de ópera, pero en general en un plano más lúdico e histriónico.
Me gustaría desarrollar los modos tradicionales de cantar boleros, tangos o coplas saliendo de "mi estilo".
¿La música puede ayudar a transitar momentos difíciles o a ampliar cómo percibimos el mundo?
Sí, sentí en más de una oportunidad que la música me salvó. Que una canción fue confidente o me hizo mirar el mundo de otra manera. Con canciones me reí, lloré, crecí, amé... Tienen un poder muy grande y no deberíamos subestimarlas.