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Anoche se anunciaron los ganadores de la 23 edición de los Premios Gardel a la música en una ceremonia virtual transmitida por la pantalla y las redes de TNT, y por Radio Nacional y la RAE. La gala estuvo a cargo de Jey Mammon y Eleonora Pérez Caressi, quienes, minutos después de las 22 indicaron “Vamos a disfrutar de nuestra música, en un escenario distinto pero con la misma magia”.
Así, entre homenajes y diferentes versiones, se conocieron los nombres de los ganadores 2021 y el folklore cosechó variadas estatuillas. De este modo, Luciana Jury se impuso con Abrazo” en la categoría Mejor Álbum artista de folklore, y le dijo a este medio: “Recibo el premio con mucha alegría, no tanto por mi sino por todas las personas que me guiaron y por las que me acompañaron en este fascinante camino”.
Por otra parte, el conjunto salteño Ahyre obtuvo el reconocimiento más esperado en la categoría de Mejor álbum grupo de folklore, por su placa homónima. En medio de los festejos, el “Colo” Vasconcellos dialogó con este sitio: “Estamos muy contentos y los invitamos a celebrar con nosotros nuestro primer premio Gardel. Estamos muy agradecidos con quienes nos votaron y queremos compartir también la alegría con ustedes. Un abrazo muy grande para la gente querida de FolkloreCLUB”.
En la misma línea, Nahuel Pennisi sobresalió en Folklore Alternativo por Renacer, mientras que el Chango Spasiuk y Per Einar Watle brillaron en Chamamé por Hielo Azul Tierra Roja. En ese contexto, Diego Zapico, titular de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif) que nuclea a las compañías discográficas y organiza los Premios Gardel, afirmó ante este portal que “Las categorías asociadas al folklore como así también la de chamamé son muy importantes para nosotros. Tienen muchas postulaciones de diversas provincias del país y también tienen esos géneros un lugar importante al momento de pensar los musicales que se ven en la gala”.
Además, respecto de la modificación de los lauros con el COVID-19, Zapico comentó: “Básicamente nos puso una pausa en poder tener nuestra ceremonia presencial con la cual en el 2019 habíamos empezado a llevar a los premios a todo el país. La ceremonia era un lugar de encuentro de la industria que por el momento no podemos tener pero esperamos que en los próximos años podamos recuperar. De todas maneras, aún con la pandemia y con una gala virtual encontramos la manera de que los premios sigan siendo una noche única para la música argentina”.
Aires de tango
El 2x4 tuvo sus favoritos. La categoría instrumental fue para Tango Improvisado, José Colángelo y Franco Luciani. En medio de una gira que lo llevó a Tucumán, el armonicista rosarino, hizo una pausa para celebrar y expresó: “Estoy muy feliz, el Gardel es un premio que quiero mucho. Ya me han mimado. Esta es la tercera vez: la primera con Federico Lechner y Gardelería, la segunda con Anda en el aire en el 2018 y ahora nuevamente. Este es un premio que da la familia de la música, donde votan músicos, productores, periodistas, mánager, técnicos. Los Gardel realmente pintan y reconocen a todas las paisajes musicales. Este es un disco que quiero muchísimo, lo hicimos con muchísimo amor. El maestro Colángelo, con su carrera está más allá de cualquier reconocimiento, es un histórico, un genio, una gema de nuestra música argentina hoy. Él tenía muchas ganas de tener este reconocimiento, porque no lo tenía. Y era su primera premiación, o sea que es un agregado muy importante. Estamos muy felices y agradecidos por este mimo que, seguramente nos va a seguir dando muchas alegrías, ahora, cuando el camino vuelva a andar”.
Con foco en ese género, La bella indiferencia, de Mariana Mazú se quedó con una estatuilla por mejor álbum artista de tango. Ya en otro terreno, el mejor álbum en canción de autor fue para Criptograma, de Lisandro Aristimuño, quien también resultó elegido en diseño de portada.
Reuniones cumbre
La noche, no solo tuvo ganadores, también se embelleció con llamativos cuadros musicales. En ese marco, las melodías de raíz poblaron la gala con notables reversiones de algunos clásicos. En primer término, Soledad -quien estuvo nominada por su trabajo Parte de mí- entonó junto a Carlos Rivera una particular versión de “Himno De Mi Corazón”, de Los Abuelos de la Nada.
Luego, en una dupla memorable Cazzu se unió Lito Vitale para prestarle su voz a “Alfonsina y el mar” con un atractivo arreglo de cuerdas. También junto al pianista, la Bruja Salguero hizo lo propio con “Juana Azurduy”, en un homenaje a mítico trabajo “Mujeres Argentinas” que en 1969 conjugó Ariel Ramírez, Félix Luna y Mercedes Sosa
Por su parte, el grupo pop Miranda! sorprendió en una reunión de aires nativos: junto con Los Tabaleros cantaron “Por amar al amor”, con ecos de chacarera y claras referencias a “A Don Ata”, de Mario Álvarez Quiroga, en varios punteos de guitarra.
También nuestro chamamé, patrimonio inmaterial de la humanidad, tuvo su celebración: Chango Spasiuk, Elena Roger, Teresa Parodi, Las Hermanas Vera y Antonio Tarragó Ros, emocionaron a todos con los versos y las melodías de “Soy El Chamamé”, “El Toro”, “Granja San Antonio”, “Merceditas”, “Pedro Canoero”, “Pueblero De Allá Ité”, “María Va”, “Acuarela Del Rio”, “Río Rebelde”, “Mi Selva Eterna” y “Km. 11”.
Finalmente, el tango, folklore rioplatense por excelencia, desplegó sus misterios cuando Julieta Lazzo y Lidia Borda interpretaron “Vuelvo al sur”, para recordar el centenario del nacimiento de Ástor Piazzolla. Antes, Luciano Pereyra se unió a Pablo Alborán para recrear el clásico de los hermanos Espósito “Naranjo en flor”. Asimismo, la Orquesta Típica Fernández Fierro demostró su potencia de la mano del recientemente fallecido, Palo Pandolfo con “Cabeza de platino”.
La velada, que terminó cerca de las 24, dejó un racimo de reconocimientos, pero sobre todo muchas melodías nativas para seguir cantando, como clara demostración de que el folklore resiste, insiste y se abre lugar en el mapa de la música.