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Caminos Cruzados es el primer disco de la joven intérprete que fue Revelación Cosquín 2005. Un trabajo producido por Yaco González, hijo de Jairo, e integrado por 14 temas. Uno compuesto por ella y, el resto, de artistas como Jorge Rojas, Abel Pintos, Jorge Milikota, Roberto Ternán y Paz Martínez.
Simpática, fresca y hermosa, como su voz. Pide disculpas cada vez que entre sus labios se le escapa una mala palabra. Así es Mariel Trimaglio, quien acaba de festejar –el domingo 3 de junio- en su Santa Fe natal su cumpleaños número 19, entre la familia, amigos y fans. Se siente orgullosa de haber nacido en esa provincia amplia y con una abultada lista de representantes de la cultura y el arte, pero que no tiene delimitado un folklore homogéneo como en el norte o el sur de la argentina.
Sin embargo, encontró allí las herramientas para dibujar su propia identidad, la que justamente se refleja en Caminos Cruzados. “Ya en el título quisimos que abarque la fusión de los distintos caminos. Tanto tradicionales como de cuidad o urbanos. Creo que desde la gráfica hasta lo que hay adentro de la placa se ve eso. Hay una chacarera con guitarra eléctrica y batería al lado de una cueca cuyana a tres guitarras, que no tiene nada que ver uno con lo otro pero se van entrelazando y forman un mismo estilo”, asegura, sin pausas, Mariel.
Aunque admite que le resulta difícil defender el tejido entre lo tradicional y moderno, tiene claro que para eso debe estar convencida de su propuesta y, en definitiva, “hay que jugársela”. “Cuesta porque en un primer disco uno no se termina de acomodar en su género. Los tradicionalista me critican por usar guitarra eléctrica pero, por otro lado, la gente que no le gusta el folklore se acerca a mí por esas cosas”.
¿Y cómo enfrentas esas críticas?
-En una conferencia de prensa del Festival de Cosquín, cuando gané el premio revelación, los periodistas, que me habían escuchado cantar tangos en las peñas, me preguntaron por qué mezclaba tango con folklore y yo les conteste: ¿por qué no lo puedo hacer? es música argentina, popular y nos representa a los argentinos. ¿Por qué no lo puedo hacer? si Mercedes Sosa canta las dos cosas. ¡Se quedaron callados! Pareciera que los jóvenes tenemos que hacerle dar cuenta a los tradicionales que también se puede hacer eso y que lo podemos hacer bien. Ese Cosquín al que hace referencia, a los 16 años, significó un clik en su cabeza y en las de sus músicos. “Marcó un antes y un después en la carrera y en la mentalidad nuestra porque todavía no pensábamos dedicarnos de lleno a la música”.
¿Te resultó difícil, siendo mujer, iniciarte en el folklore?
-Todas las carreras son complicadas. Yo empecé a cantar a los 9 o 10 años y al principio me costaba porque cada mujercita que le ponía temperamento la comparaban con Soledad –Pastorutti-. Además fue justo en el boom de ella. Pero con el tiempo uno va creciendo y haciendo su propio estilo, su forma de interpretar las canciones. Muchos jóvenes nos animamos a hacer folklore o subir al escenario desde tan chicos viéndo a La Sole.
¿Cómo fue tener como productor en el disco al hijo de Jairo, Yaco González?
- Lo conocí en la discográfica –por DBN- cuando me ofrecieron que trabaje con él y pegamos muy buena onda. Laburar con Yaco ha sido una experiencia muy linda, como lo fue estar en el estudio y que entre su padre y me de consejos barbaros.
¿Y a Jorge Rojas como productor de la balada Vivo para amarte, que él mismo escribió?
-Para mi fue un gusto poder trabajar con él y tenerlo en mi disco. Es una persona que yo seguía desde muy chica cuando estaba en Los Nocheros. Al conocerlo, hace 3 años, hablamos y surgió la posibilidad de producirme el disco entero, pero por la separación con su grupo no se pudo.
Además de admirar a Rojas, Mariel tiene una debilidad por Abel Pintos, quien compuso el huayno que eligieron como tema de difusión de la placa. “A Abel lo conocí en un asado -recuerda- y se ofreció a darme un tema. Fui a su casa, me mostró Suspiros y luego decidimos que sea el corte porque era la canción justa que estábamos buscando para que represente mi primer disco”.
También él plasmó su voz en La Encontrada, una chacarera de Raly Barrionuevo…
-Sí, fue gracioso porque ninguno de los dos sabíamos bien la letra. Lo bueno de su profesionalismo es que hizo melodías para adaptarse a mí. Entró a hacer garabatos arriba para que pueda quedar conmigo y gracias a eso me sentí muy cómoda. Aparte, le puso mucho humor a la grabación.
Mariel Trimaglio, a su corta edad, ya cosechó logros importantes para su carrera. A los prestigiosos productores, músico y compositores con los que se rodeó para la grabación del disco, se le suma la revelación de Cosquín y la nominación en los Premios Gardel 2007.
Pero, ¿cuál será su reflexión sobre lo ya alcanzado?
- ¡Me da un miedo hermoso! -se ríe- Tener un disco con todos los artistas que confiaron en mí es un compromiso muy grande y, mayor aún, si salió a fines del 2006 y en abril ya estuvo nominado en los Gardel. Todo artista sueña a futuro estar en esa ceremonia, pero de aquí a 5 años. Lograrlo con un primer disco fue emocionante. Por todo esto, uno tiene que brindar cosas muy buenas arriba del escenario y para eso hay que estar preparado. Pero lo tomo con alegría y responsabilidad.