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Notas
NOTA DE INTERÉS


13/10/2020

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RECORDAR


En el contexto actual,  en el que las mujeres obtenemos de a poco aquello que merecemos, a fuerza de talento y de lucha colectiva. Hoy, que alzamos la  voz, vale la pena recordar a una pionera y creadora honda y sin límites que supo abrirse paso en otros tiempos y nos legó una obra que no debemos olvidar.  Nos referimos a la genial mendocina Carmen Guzmán, en el 95 aniversario de su nacimiento.

Asomó a la vida en la provincia del buen vino y el Nuevo Cancionero, el 13 de Octubre de 1925, donde comenzó su carrera. Estudió guitarra desde los 7 años. Participó en varios conciertos de música clásica con su instrumento y se recibió de Profesora a los 14. Fue artífice de un mapa sonoro que merece ser difundido y reconocido.

Autora de más de 300 obras que abarcan diversos géneros populares, fue una de las mujeres más notables de la cultura nacional  y enriqueció nuestro cancionero con piezas propias y en colaboración con artistas de la talla de Héctor Negro, María del Mar Estrella, Hamlet Lima Quintana,  Raúl Carnota, Teresa Parodi, Ramón Navarro, Armando Tejada Gómez y Jorge Marziali,  entre muchos otros.  El 17 de Mayo de 2012, a los 86 años se fue a componer con las estrellas, pero hoy, para celebrar su vida, su coherencia y su obra FolkloreCLUB reúne los testimonios de quienes la conocieron, para traerla de vuelta con sus canciones.

 Roberto Calvo: “Está entre los seres especiales que nos marcan un norte” 
Conocí a Carmen Guzmán en un boliche de San Telmo, entrados los ’80, me la presentó el querido y recordado Moncho Miéres. Yo era un melenudo que ponía acordes raros en la guitarra y recién arrancaba en el plano profesional de la música. Ella, una señora cantante, guitarrista, autora y compositora increíble.
Desde el principio me consideró y me trató con mucho cariño y respeto. Tuve la suerte, no sólo de aprender de ella el rol del artista, el profesionalismo, la entrega, la ética en el arte, sino que, también, tuve el privilegio de haber sido su arreglador, guitarrista y productor en los últimos 5 o 6 discos que grabó.
Ella me dejó su guitarra y todas sus partituras y me siento sumamente honrado por ese legado. El camino, a veces nos cruza con estos seres tan especiales que nos marcan un norte, y ese privilegio, en lo personal, me compromete a continuar su huella. Carmen Guzmán siempre está en mi corazón.

 Chany Suárez: “Brilló  en un tiempo en el que los espacios eran casi negados al reconocimiento de una mujer” 

Carmen Guzmán, una artista plena que brilló con todo esplendor en los ’60, un tiempo en el que los espacios eran casi negados al reconocimiento de una mujer. Luego quedó en el olvido con una vastísima obra casi sin transitar. Fue referente viviente de nuestra música criolla. Desde los comienzos de su extensa trayectoria, esta mendocina abordó formas novedosas en su condición de intérprete, guitarrista y compositora con un sello de inagotable musicalidad. Bastaría mencionar que grabó canciones de Waldo de los Ríos,  que acudía a la más amplia actualidad sonora del momento, participó como pianista de sus grabaciones igual que el relevante guitarrista Tito Francia. Fue  elogiada por sus pares y recibió innumerables premios.
Tuve la fortuna de compartir con ella el programa que conducía Guillermo Cháves en la trasnoche de Radio Nacional y las obras que iban fluyendo me capturaron al punto de dejar sellado de palabra, el compromiso de grabar un tributo a su obra poco tenida en cuenta. Esto nos llevó a consolidar una intensa amistad y en esas reuniones de largas charlas en su casa, pude disfrutar de su obra y su historia. Anfitriona cordial y sencilla con su mesa servida como para celebrar el encuentro como una ceremonia única. Logré mi objetivo con el álbum “Con esa luz/ Tributo a Carmen Guzmán” que lleva el título homónimo de la milonga compuesta sobre poema de Héctor Negro. Lo más gratificante de la tarea fue reunir a voces femeninas desconocidas junto a otras relevantes voces de distintas generaciones. Inclusive su presencia. Todas mujeres. Destaco el gesto de Carmen de realizar un nuevo arreglo de guitarra para la milonga “De Buenos Aires morena”     - considerada como su himno - sobre letra del poeta Héctor Negro, versión que hicimos en vivo, quedó grabada y la incluí como yapa. Participó también Susana Rinaldi que fue la primera legítima difusora en los años ’70. Grabamos juntas la Milonga “Carnet de Identidad”        -sobre poema de María del Mar Estrella-.
El CD fue nominado a los Premios Gardel como Mejor Álbum Conceptual 2010. Sentí que mi misión era extender los brazos como un puente que toma las manos de las generaciones precedentes con las venideras y les pasa la posta de un tesoro invalorable a las voces actuales para garantizar su vigencia. Este tributo es un amoroso abrazo de quienes tendemos las manos constantemente dispuestas al encuentro con los creadores de raza como ella,  de una ética irrenunciable y dignidad inclaudicable.

 Raimundo Rosales: “Todas sus canciones eran de una belleza increíble” 
Conocí a Carmen Guzmán a fines del siglo pasado,  principio de éste,  hace alrededor de veinte años. Yo escribía para la revista Buenos Aires tango y Héctor Negro, como él le dijo  le dijo que yo escribía letras de tango,  después de esa entrevista,  me propuso darme un par de melodías para ver si hacíamos algo. Lo primero que hicimos fue Soy de un lugar, después Los artistas. Hicimos media docena de canciones –tangos,  en general-  junto. Todo eso me permitió conocer a una artista extraordinaria y a una mujer encantadora.
Yo tuve con ella una suerte de enamoramiento,  apenas nos conocimos en aquella entrevista me acuerdo que estuve toda una tarde charlando con ella y grabando para nota de Buenos Aires tango.  Y,  cuando terminó,  le pedí volver a la semana siguiente para seguir conversando.  Es decir,  es una entrevista que salió  de dos largas charlas,  que tengo guardadas en algún lugar y que me emocionaron profundamente. Conseguía con ella  cuando iba a su casa un nivel de comunicación emocional muy fuerte,  que pocas veces me  había pasado. Se lo manifestaba y ella también era muy cálida para vincularse Era muy amable para recibir a la gente que iba a charlar con ella y  de charlar mucho tiempo,  muchas horas. Siempre con la guitarra y al costado y cuando terminamos de tomar el té,  empezaba a cantar. Y conocí mucho del repertorio de ella que no es muy difundido:  debe tener más de 300 canciones compuestas.
 Todas las canciones compuestas por ella eran de una belleza melódica y armónica increíble. Todas sus melodías eran hermosísimas,  y además tránsito por todos los géneros de la canción argentina: el  tango, el  folklore y todo lo que es la canción,  en general,  en nuestro país.
Con ella aprendí a tener un gran rigor artístico.  Yo tengo hacia recuerdo de corregirme algunas cosas con una puntillosidad,  muy respetuosa siempre.  Me decía “fíjese ahí,  corrija eso”. Era una de una rigurosidad estética. Espero haber aprendido algo de eso que me transmitió porque era una gran enseñanza y eso se manifiestan en todas las obras que hizo, hermosísimas.
Además  era una persona muy amorosa, quiero decir que brindaba mucho amor. Se vinculaba con el arte con mucho amor,  con las personas con las que trabajaba con mucho amor. No solamente con Billy,  su pareja,  de la que hablaba eternamente y lo tenía como una especie de altar en su casa,  no solamente de él,  sino  de todas las personas con las que había trabajado hablaba con mucho amor. Su  manera de vincularse con  el mundo era amor. Era muy amorosa,  muy cálida. Tengo los mejores recuerdos de ella.


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