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Notas
ENTREVISTA


12/05/2020

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RECORDAR


A casi un año de su presentación, el destacado escritor y guionista Pedro Patzer ha “liberado” su último trabajo, “El Tahiel. El canto interior de la Argentina”, ilustrado por Gisella Lifchitz. En él demuestra  que “somos muchos países dentro de una nación”.

Se trata, sin dudas un mapa cultural imprescindible. “La misión de este libro es ayudar a mirar. A mirar para adentro. A mirar los otros espejos. A romper el espejismo”, asegura en un extenso diálogo con FolkloreCLUB.

El Tahiel es un itinerario detallado de los diferentes países que componen la Argentina que, como marcás en la advertencia, es desconocida por muchos ¿Hubo un momento puntual en el que fuiste consciente de ese no saber, en el que vos fuiste como esa mayoría y decidiste hacer algo para enmendarlo, hubo un grado cero que te llevó a escribir?
Viví muchas crisis en mi Argentina, y la mayoría cree que esas crisis son económicas. Pero esas crisis son de identidad. Nos ignoramos. La cultura oficial nos hizo creer que éramos lo que Buenos Aires decidió que teníamos que ser.  Y realmente somos muchos países dentro de una nación. Somos muchos idiomas, muchas tonadas, muchas sequías e inundaciones. Yo estudiaba Letras, era 2001, la universidad me hizo saber mucho de Rimbaud, de los beatniks, del surrealismo, que está muy bien conocer, pero no me hablaron del Nuevo Cancionero, de Tejada Gómez, de Ariel Petrocelli, Jaime Dávalos, Leda Valladares, Luis Domingo Berho. Es decir, la facultad me nutría de la poesía universal, pero no podía contarme de Homero Manzi que revolucionó la poesía de Buenos Aires, siendo santiagueño, que vivía a cuadras de la Facultad. Por tanto, no conseguían explicarme la crisis cultural de mi patria. Ahí tuve la suerte de conocer a Marcelo Simón, y yo que vengo de la cultura del rock, aprendí que el folklore era algo más que música, que el folklore es una herramienta para comprender tu pueblo, tu barrio, tu cuadra , tu país. Leda Valladares lo vio como pocos, cuando dejó, siendo licenciada en filosofía y letras, la academia y se consagró a la sabiduría del cancionero popular.

Planteás el Nunca Más a la cultura del olvido, tal vez como en aquellos versos de Tejada Gómez para que  "la espalda escandalosa de las grandes ciudades" ya no se ensanche a costa de otros ¿ahora, se puede olvidar lo que no se conoce en profundidad, si al olvido se opone la memoria, tu propuesta es re- conocernos?
Hay un olvido que está planificado. Somos como dice Norberto Galasso, una semicolonia cultural. La mayoría de los millenials no conoce a Yupanqui. Yo creo en la cultura universal, yo amo a los Beatles y a Shakespeare, pero como argentino, tengo que saber qué escribió Discépolo o María Elena Walsh. Quiero decir, que yo no creo que solo haya que escuchar lo argentino, pero tampoco estoy de acuerdo que se ignore todo lo fundamental de acá. Y lamentablemente eso pasa. Todos saben quién es Mick Jagger, pero la mayoría ignora quién es José Larralde. Y eso es una catástrofe cultural. Porque conocemos más lo que los jefes de allá nos hacen escuchar, que lo que el corazón de la patria pare como diagnóstico cultural. Ha habido un plan sistemático para construir el olvido, para que creamos que no se puede vivir sin saber inglés, pero si se puede vivir ignorando cuantos idiomas se hablan en nuestro país. La cultura oficial, que siempre miró a Europa, nos arrebató la posibilidad de liberarnos culturalmente. Por eso el laburo de Mercedes Sosa es tan grosso, la Negra lo logró. Ella venció a la aduana de la cultura, a esos Tilingos que administran "el buen gusto oficial". Los responsables de la ignorancia de nosotros mismos. Esos que como dice Calamaro, son como el ibuprofeno;" tienen cobertura pero no tienen relleno"

En tu recorrido aparecen el Gauchito Gil, Juana Azurduy, Fortunato Ramos, el Chivo Valladares, el corburbano y otras regiones del país. Como todo viaje tiene algo de azar y algo de planificación ¿Cuál fue tu criterio para seleccionar las historias, poemas y personajes que componen el Tahiel? ¿creés que puede haber una continuación de este trabajo, un nuevo libro?
La fe, la música, la copla, la comida, el agua, la sed, la pobreza, la nostalgia, los ríos, los cerros, la caja, el bombo, el gaucho, que no es desfile, lo indígena, el conurbano bonaerense, Berni pintando con los retazos de los basurales, todo parece distinto, pero es parte de lo que nos hace ser nosotros. Somos como un collage de Antonio Berni, hecho con retazos de todo lo que somos.

Todos los países culturales que conforman la Argentina dan tanto, y son tan poco escuchados, que siempre hay un libro próximo. Fíjate lo que pasa con la Pampa y el "Cancionero de los Ríos", le roban un río y hace un movimiento poético, musical, político. Lo mismo con el legado del linyera Luis Domingo Berho, poeta trashumante, o con el trabajo indigenista de Silvia Barrios, que sacó un libro de poemas dedicado a Nohien, un indígena sabio, que es una obra maestra. Obviamente, obra que la aduana de la cultura no da bola. Porque también la tilinguería y muchos falsos progresistas se vuelve como un dique que detiene muchos ríos culturales del país interior.

En el prólogo, Bebe Ponti afirma "Con un lenguaje simple, coloquial, este texto nos lleva a repensar la cultura desde una perspectiva social, antropológica y poética. Nos invita a deconstruir los pre-juicios que estigmatizaron la producción artística de los pueblos" ¿Estas páginas son, en algún aspecto, un acto de reparación histórica, el borramiento de aquello que denominás la aduana cultural?
Bebe Ponti, es uno de mis referentes culturales. Cada tanto nos juntamos a hablar de todas estas cosas y sus libros son un aporte fundamental para la liberación cultural.
Creo que como dice Bebé en el prólogo, el libro intenta romper con los prejuicios. La aduana de la cultura hace un manejo perverso de la cultura de provincia. Mirá, muy pocos conocen la obra del poeta de la Pampa, Edgar Morisoli. Pero eso sí, es progre darle sendos espacios a los poetas veinteañeros del trap. Cosa que está bien también. Pero, qué pasa que Morisoli no le dan bola. Así hay miles de artistas argentinos que la aduana considera invisibles. Es tiempo de construir otra manera de visión cultural, como de alguna manera hizo el cine de liberación Nacional, con Birri, Getino, Solanas. O medios nacionales que sean populares. Ojo hay que distinguir entre popular y masivo. Popular es lo que te cuenta verdaderamente la visión profunda de tu pueblo, y sus caminos y aspiraciones. Lo masivo es otra cosa, lo que mucha gente consume. Yupanqui, Carnota, Larralde son populares, pero no masivos. Cuentan la otra argentina, para mí la verdadera. Pero no llenan estadios y sus canciones no están en la agenda de los medios masivos.

Alguna vez comentaste que César Aira  no incluyó a Yupanqui en su Diccionario de autores latinoamericanos, que en un compendio de la poesía del NOA del Fondo Nacional  de las Artes faltaba  Petrocelli ¿intentaste entonces reponer a los grandes ausentes de la cultura,  casi como un acto de justicia?
Si, en realidad la compilación la hizo un poeta de Salta, la del FNA, que no puso a Petrocelli. Un poeta (de la aduana cultural) de Salta no pone a Petrocelli en una compilación de poesía del NOA. Es como que no figure Leonardo Favio en la historia del cine argentino. Y lo otro fue Cesar Aira, que hizo una enciclopedia de escritores latinoamericanos y dejó afuera a Atahualpa Yupanqui. ¡Dejó afuera al autor de Canto del Viento, Payador perseguido y Cerro Bayo! La aduana hace invisible a los de acá, ¡a los del acá más profundo! O por qué crees que Borges no quería que se reeditarán sus libros más argentinos: El Tamaño de mi esperanza y El idioma de los argentinos.
La aduana cultural es implacable. Es como cuando el ISER les hacía borrar la tonada a los estudiantes de provincias.

Este trabajo se  presentó en junio de 2019, casi un año después ¿Cuál es tu balance y cómo evaluás la recepción de los lectores?
El éxito de un poeta, de un artista, de un autor es contar lo que necesita. El Tahiel es un libro necesario para mí. Eso ya es un éxito. Escribí algo que necesitaba contar. Un país hecho de muchos países, países que el propio país ignora. Después agoté la primera edición, eso sería que le fue bien. Pero este libro busca lectores, no me voy a hacer rico vendiendo libros. Prefiero que le llegue a todos los que lo necesiten. Eso es el éxito. El encuentro entre esto que tenía para contar y la gente que necesite leerlo   

¿El contexto de la pandemia te llevó a "liberar" el libro? ¿creés que la lectura, la adquisición de ciertos saberes o herramientas serán de ayuda en esta instancia de confinamiento mundial?
Yo necesito que lo que digo en este libro llegué a los argentinos. Es una militancia política. Yo creo que nos podemos liberar. Estoy seguro de que la madre de todas nuestras crisis es la crisis de identidad. Porque si nos conocemos, vamos a manejar la economía desde un lugar más propicio. Aprovechando todo. Es más, distribuyendo mejor a la población. Si nos conocemos, sabemos que hay una Argentina superpoblada y una Argentina desierta. Conocernos nos enseña a hacer buenos diagnósticos y resolver nuestros problemas. Conocernos tal como somos es un acto de esperanza.

Yo libero el Tahiel, porque la misión de este libro es ayudar a mirar. A mirar para adentro. A mirar los otros espejos. A romper el espejismo. A ser valientes. A no ir tras la zanahoria siendo otros, a comprender que el éxito es ser nosotros

¿Cuánto tiene que ver el Tahiel con la libertad?
El Tahiel significa en idioma mapuche, canto sagrado, y a la vez hombre o mujer libre. Por tanto el que halla su canto sagrado, alcanza su libertad. Esa enseñanza del pueblo mapuche, es la que tomo y quiero convidar. Los mapuches fueron perseguidos por el anterior gobierno, el gobierno que nos endeudó por cien años. Es importante leer la metáfora. Un gobierno que nos hizo esclavos, persiguió a un pueblo que viene a la vida a buscar el Tahiel, el canto interior, el canto sagrado, ¡la Libertad!

 EL DATO 
Para recibir el libro escribir a pedropatzer@gmail.com indicando nombre, apellido y una dirección de correo electrónico para enviarlo en formatos digitales. También pueden solicitarlo a la Editorial Lenguamadre (@edlenguamadre).


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