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Notas
ENTREVISTA


Fotos: Nora Lezano

06/03/2020

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RECORDAR


Mañana, a las 21 Ana Prada y Teresa Parodi volverán a reunirse para desplegar sentidas versiones de su repertorio y obras nuevas en “El hoy ya canta sin preguntar… Juntas”. Horas antes de la reunión, que promete ser inolvidable, la prolífica correntina dialogó en exclusiva con FolkloreCLUB y analizó –entre otras cosas- el trabajo con su par uruguaya, la importancia de la palabra y la potencia del movimiento feminista, en vísperas del día internacional de la mujer trabajadora.

Casi un año después de los recitales en Hasta Trilce, desembarca en el ND Ateneo ¿Cómo se prepara para este reencuentro doble, con Ana Prada sobre el escenario y con el público debajo de él?
Siempre es hermoso compartir con Ana Prada del escenario, porque desde el primer momento en que escuché su música me sentí completamente identificada con ella. Me gustan las puertas que abre hacia nuevos caminos, con una frescura increíble. Creo que es un encuentro, un diálogo con una nueva generación -Ana prácticamente puede ser mi hija-, con la que pude tender puentes musicales y disfrutar desde el primer momento, tratar de cruzar en esos puentes, esas aguas cercanas. Más yo hacía ella que dejar que ella venga tanto hacia mí, en las canciones y en la composición en general.

Va a ser hermoso estar en el Ateneo. Siempre que nos juntamos es hermoso, todos los lugares tienen su encanto, cada uno es diferente. Todas las veces que nos juntamos hemos sentido que el público comparte ese diálogo nuestro, que participa activamente, que el público es protagonista también. Así que es lo que esperamos que pase ahora.

El concierto sucederá en el día de la visibilidad lésbica y a horas del día de la mujer trabajadora ¿cómo la interpelan estas fechas, desde su arte puntualmente y en general?
Que sea el 7 de marzo no es casual. Todo el mes de marzo es intenso. No solamente por el día internacional de la mujer y por el día de la visibilidad lésbica, sino también por el 24 de marzo que en nuestro país significa tanto. Es un mes de mucha conmoción.

El movimiento femenino creo que es uno de los más revolucionarios, sino el más revolucionario, de los últimos 50 años. Ha cobrado una visibilidad extraordinaria, ha logrado instalar un debate profundo en la sociedad que nunca había sucedido con esta magnitud; de generaciones y generaciones discutiendo los derechos y las elecciones de los seres humanos a la hora de pensar, sea hombre mujer o no binario. Me parece que eso es extraordinario. Creo que la Argentina es vanguardista en ese sentido. Y por eso tiene quizás un marco diferente este encuentro mío y de Ana justamente en estos días.

Entre su extensa trayectoria ha frecuentado las duplas: grabó dos volúmenes de “Correntinas”, con Ramona Galarza. Junto a Antonio Tarragó Ros, “Letra y Música” ¿qué recuerda de esas experiencias con sus colegas?
Me gusta mucho integrar duplas. Con algunos evidentemente provoco eso, me gusta hacer esto porque siempre siento que puedo tender ese puente hacia el otro, que puedo aprender del otro. Lo experimento todo el tiempo: el regalo que recibís de tus mayores, de tus colegas contemporáneos y también de las nuevas generaciones. Se aprende muchísimo. Cuando permitís que eso pase, atraviesa todo tu trabajo vocal, atraviesa tu mirada y entonces es buenísimo que suceda.

No sólo grabé con Antonio y con Ramona galarza, o con Ana Prada. También grabé con Víctor Heredia hace poquito, un encuentro que tuvimos. Con la única con la que no grabé un disco -a pesar de compartir todos los años, desde hace unos cuantos años, un concierto o dos- es con Liliana Herrero. Pero eso está siempre ahí, en puerta, en cualquier momento grabamos ese disco.

Esos encuentros pueden quedar registrados porque son momentos únicos donde suceden otras cosas,donde los dos artistas se conjugan entre sí y realizan muchas acciones. Por ejemplo, cantarse, cantar juntos, compartir la obra del otro, mirar la obra del otro para hacer una nueva interpretación. Porque siempre se revela una forma para cantar la canción del otro y se encuentra una forma nueva para hacerla. Uno es como un gran receptor que recibe esta sensibilidad del colega, que está atento hacia nosotros. Es muy bueno encontrarse con colegas que uno admira.

Usted valora notablemente la poesía, como se vio en “Todo lo que tengo” ¿qué valor cobra la palabra al componer con otros, como en “Y qué más”?
“Todo lo que tengo” es un disco que justamente, se puede decir, es una especie de balance de mi vida, de las cosas importantes de mi vida; como un resumen de las herramientas que atravesaron toda mi vida, que son la poesía y la música. Generalmente cuando digo poesía quiero decir la poesía de los grandes poetas y de los grandes escritores y me refiero a la experiencia que de muy chiquita puse en práctica, que fue musicalizar los versos de otro. Es una aventura extraordinaria meterse con las palabras, que ya por sí mismas son musicales, pensadas por el talento de un poeta o una poeta. Entonces es maravilloso lo que te pasa cuando te enfrentás con esa musicalidad que tiene el poema. Está todo ahí, es una fuente de inspiración extraordinaria. Uno se mete ahí adentro, la música fluye. Hay infinitas formas de cantar un poema. Yo misma podría hacer en algún momento de aprendizaje -o por lo menos el experimento, que también va a ser un aprendizaje- de tratar de ponerle otra música al mismo poema que ya musicalicé. Creo que todos los poemas tienen música en algún lado.

Respecto de “Y qué más”, es una canción de musicalidad mía. Excepto una parte del estribillo, está escrita de mayor y pasa a menor, esa melodía de Ana Prada. Había hecho toda la canción, pero sentía que faltaba una parte y le propuse que encontrara esa pata. Y lo hizo maravillosamente. Entonces se completó la canción. Es un tema que me gusta mucho cantar y que la gente comparte con nosotros.

A pocos meses de aprobarse la ley de cupo en los escenarios, podría decirse que en los inicios de este dueto, allá por 2012, fueron pioneras con Cosido a mano y a medida? ¿cómo evalúa el presente de las mujeres en el folklore?
La ley de cupo era necesaria. Va a poner un equilibrio a lo que está sucediendo hoy, la discriminación que tenemos las mujeres en general en las programaciones de los festivales. Todas aspiramos a que la ley de cupo no sea necesaria, todas aspiramos a que desaparezca alguna vez porque se naturalice esto de compartir mano a mano con las grandes mujeres músicas que existen en Argentina -gran cantidad de autoras, de compositoras, de cantoras- con toda naturalidad. También están contempladas las otras diversidades de géneros que existen. Todo lo que ha sucedido con esta ley me parece extraordinario. La forma minuciosa y detallista en la que se trabajó para que todas las voces estén representadas. Después, haber logrado que esa ley se vote en ambas cámaras y ya esté en vigencia.

No sé si fuimos pioneras. Antes Mercedes nos invitó a muchas mujeres. Creo que en nosotros está naturalmente eso. Lo que estamos pidiendo es que esté en los demás. Así que estoy muy feliz de todo lo que está pasando en ese sentido.


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