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Los Carabajal de la mano de su "Leyenda" con más de 50 años de historia fueron los grandes protagonistas de la tercera luna coscoina que contó además con las figuras destacadas del canto surero de Adrián Maggi, el chamamé con el maestro Antonio Tarragó Ros, el charango jujeño de Pachi Herrera y en el final del carnaval riojano de Sergio Galleguillo, entre otros.
Ya desde el inicio y luego del tradicional "Aquí Cosquín", la arenga de Claudio Júarez el maestro de ceremonias y el Himno a Cosquín a cargo del Ballet Camin recordando al primer Cosquín 1961, fueron los Carabajal quienes abrieron el fuego musical de la mano de su más reciente álbum "Leyenda", pero con invitados de lujo de la familia como Peteco, Cuti y Roberto.
Recordaron la figura de los grandes creadores como Jacinto Piedra con "Te voy a contar un sueño" y "Sueño de alfarero" para luego continuar con "Sembremos la chacarera", "Lágrimas de amor", "Desde el puente carretero", "La engañera" y "Todos los domingos".
Con Peteco recordaron el gran clásico que recorre el mundo "Como pájaros en el aire" que se estrenó en Cosquín en los '90 y junto a Cuti y Roberto entonaron "Dejame que me vaya" y el final a toda familia con el himno "Entre a mi pago sin golpear" para al algarabía, el baile y el canto del público.
Adrián Maggi trajo su canto surero sólo con su guitarra convirtiendo la Plaza Própero Molina en un teatro de respeto. Interpretó "La patria se hizo a caballo", "Los Tobas son mis hermanos", "Yo soy un cantor social", recordó la tragedia del Ara San Juan con mucho respeto con su tema "Guardianes del mar" y fue el artífice del regreso a escena del inmenso artista Víctor Velázquez con sus jóvenes 88 años quien con los acordes de su clásico "La primavera", le brindó a un emocionado público sus sentidas glosas.
El chamamé se hizo presente de la mano del maestro acordeonista, cantor y autor Antonio Tarragó Ros quien festejó 50 años con la música por la cual recibió en manos del jefe comunal Gabriel Musso la cucarda del festival y tuvo el enorme placer de volver a actuar con su hija Irupé Tarragó Ros en teclados, secundado por Humberto La Fata en contrabajo (más de 30 años a su lado) y la guitarra inconfundible de Trabuco González.
En su set de composiciones todo el tiempo hizo gala de su preocupación por el calentamiento global y la naturaleza con temas de la talla de "El lago y el vals" (dedicado a Carlos Paz), "Naturaleza", hizo bailar con "El toro", le dió el espacio a Irupé para que se luciera con su pieza "Metáfora", presentó al cantor entrerriano Marcos Pereyra para compartir "Acuifero guarani" y el bis recordando a su padre con "Don Gualberto".
Pachi Herrera una de las jóvenes propuestas interesantes de los últimos tiempos trajo la magia de su charango bien secundado por sus músicos y temas que van camino convertirse en clásicos del estilo de "Pachamama", junto a una personal versión de "Piedra y camino" (coreado por la gente), "Tiempo al tiempo" de los siempre vigentes Kjarkas y el estreno de "Carnavalito de cara al sol".
En el final de la tercera luna que contó con un 70 por ciento de la Plaza poblada, fue Sergio Galleguillo quien como es habitual trajo todo el potencial del carnaval riojano junto a su compacta banda, pero en esta oportunidad mixturando chayas, chacareras, zambas, con cuarteto y cumbia sin dejar de recorrer el escenario en comunión con su gente durante todo el concierto.
Algunas de las composiciones que marcaron los climas fueron "Quiero volver a Tilcara otra vez", "La Taleñita", "Que linda que es La Rioja", "Niña Chay", con el jujeño Lucho Hoyos compartió "Solamente tú", siguió con "Llorando estoy", recordó a su primera formación Los Amigos de 1998 para eso subió a escena uno de aquellos integrantes como Pino Romero y así bailar "Zamba para olvidar" y en el final en dos versiones "El camión de Germán", para la algarabía de una entusiasta platea que lo despidió de pie.
Otra gran protagonista de la velada festivalera fue la santiagueña Candela Mazza quichuista por tradición y principal difusora de la memoria de Don Sixto Palavecino, quien armó un set de canciones emblemas como "Para cantarle a mi pago", "Ya voy llegando a mi pueblo", "Santiagueño soy señor" y el final con el himno de su tierra "Añoranzas", mostrando una asombrosa personalidad y despliegue sobre el escenario.
Pero el veradero protagonista de la noche fue el ovacionado Víctor Velázquez, a quien lo distinguieron con el Camin a la Trayectoria por su gran aporte cultural a la sociedad argentina.
Otro santiagueño, Martín Paz ex integrante de Los Manseros Santiagueños e hijo de Onofre Paz, mostró su nueva etapa solista y realizó un ajustado recital con "Semilla de chacarera", "Changuito de mi tierra", el imperdible "Eterno amor" y también eligió despedirse con "Añoranzas".
En el rubro del Pre Cosquín ganador conjunto vocal actuó el grupo Cuerdos Vocales con un aceptable versión de "La muerte del angelito" y desde el Chaco salteño llegó El Toba con un repertorio típico de su tierra con "Canta crespín", "Río rebelde", "Sangre Toba" "Bajo el cielo azul" y "No hay mal que por bien no venga".