}

Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


Fotos: Diego Nucera

27/01/2020

Vistas : 2241

RECORDAR


La segunda luna de esta edición arrancó con más dudas que certezas, sobre las noches venideras. A contraposición del sábado, donde la Plaza se vio colmada, el domingo dejó que desear en cuanto a convocatoria. No tan así por quienes subieron al escenario.


Cosquín no descansa. Es una especie de ciudad de la furia folklórica, cuando comienza a cantar. Solamente se duerme para no perder energías. Pero no (se) descansa. Menos si por la mañana se lleva a cabo la primera jornada del 33° Congreso del Ser Argentino y su Cultura, para debatir la Ley de Enseñanza de Folkore. Allí se habló de no tener una única visión de la tradición nuestra, y Luis Landriscina a través de una llamada la defendió para que los más chicos “se emocionen con la poesía y la música de las distintas regiones de este país”. Por eso esta Ley y por eso la presencia de la exsenadora Magdalena Odarda (responsable de presentar el proyecto) y el periodista César Tapia, pilar fundamental, como también de Mario “Musha” Carabajal, Leandro Lovato, Yamila Cafrune, Marian Farías Gómez o La Bruja Salguero.


Y Cosquín también lucha, baila y escucha desde temprano. Con la marcha a favor del agua; con Emiliano Zerbini que hizo bailar a quienes estaban en la San Martín y con las historias de Mario Álvarez Quiroga en su libro “Historias de Fulano de Tal”, que presentó por la tarde. “Mucho más que alimentarse con una empanada, para buscar un disco”, había sentenciado Daniel Spinelli en la presentación de este.


 Alimentarse el alma 
Uno de los platos fuertes de la noche, era el dúo
BagliettoVitale. Que nos hizo darnos una panzada musical y de emociones. Con un repertorio cuidadosamente seleccionado de "autores, compositores e intérpretes imprescindibles de nuestra música popular" para estos 60 años, Lito y Juan Carlos hicieron poner de pie a la Plaza por primera vez y varias veces, porque se quedó con muchas ganas de más.


Zamba de Lozano, de Cuchi Leguizamón; El mensú de Ramón Ayala; Agitando pañuelos, de los Hermanos Ábalos; Entre a mi pago sin golpear de Carlos Crabajal, fueron parte de uno de los números más hermosos que se podrán ver en este Festival. Alfredo Zitarrosa debe haber estado muy a gusto con la introducción de del piano de Vitalepara Doña Soledad, y alguien por ahí dijo que a Atahualpa Yupanqui le hubiese gustado mucho la versión que hicieron de Piedra y camino. El último tema fue Sapo cancionero, con referentes de nuestra música de fondo, en una sintonía muy lograda entre lo que sonaba y lo que se veía. Del mismo modo que ellos dos con Juancho Perone y Mariano Delgado,para regalarnos una actuación superlativa gracias a los arreglos de este hermoso y emocionante repertorio.


 Reconocimientos necesarios 
Mientras el frío se instalaba y algunas gotas que amenazaban con lluvia se iban, el calor de la memoria se hizo presente. Primero con un reconocimiento a los descendientes de quienes formaron la primera comisión organizadora y más tarde a Orlando Veracruz.


Los familiares de los primeros responsables de estos 60 años recibieron un diploma honorifico, pero sobre todo el reconocimiento del público. El mismo que se dejó llevar por los versos y la guitarra de Orlando Vera Cruz. El mismo que lo aplaudió de pie, luego de que sonaran sus temas con Santa Fe como emblema, y lo ovacionó cuando le entregaron el Camín por trayectoria y que le dio su propio reconocimiento, cuando bajó del escenario y se fundió en un río de abrazos.


 Variedad en la Plaza 
La noche estuvo bastante alejada a la primera, en cuanto a
convocatoria. “Lele” Lovato, fue uno de los más festejados, por ayudar a moverse un poco y entrar en calor, con su violín que pareciera que tiene vida propia. Julieta Marucco, fue bien recibida por el público y más cuando dio su propia versión de El témpano; los chicos de Ceibo jugaron de locales más que nunca, luego de haber salido Revelación en Jesús María y encendiendo a “su” Plaza; el ganador del Pre Cosquín en el rubro solista instrumental Álvaro Labarthe, necesitó solamente de su guitarra y virtuosismo para que se lo escuche atentamente y Guido Encinas, quien el año pasado fue revelación, llevó su carisma mucho más allá del escenario.


Hay que destacar la actuación de Indios de Ahora, en esto de lo variado. “Somos parte de esa generación que viene con la fuerza del legado de quienes hicieron grande este escenario, pero también tenemos el compromiso de mirar hacia adelante y hacer del folklore un lugar donde las nuevas generaciones se sientan cobijadas”, dijeron en el escenario. Para luego en conferencia hablar de hacer lo que sienten y cómo sienten la música. Y eso se demostró, por ejemplo, en Oración del remanso de Jorge Fandermole logrando el aplauso de quienes hasta no hace mucho los miraban de reojo.


 El final 
Este ramillete de estilos tuvo sus últimos exponentes con Nahuel Pennisi y Destino San Javier. El trío que continúa el legado del Trío San Javier, logró el aplauso de un público que lo empezó a seguir más allá de su logro en Viña del Mar 2019 y lo acompañó en el cierre de esta velada. Mujer, niña y amiga, fueuno de los momentos más importantes, que de todos modos no alcanzó para un cierre de luna.


Nahuel por su parte, se encargó de levantar a una Plaza que en gran parte se había quedado para escucharlo. Canción de lejos, fue el primer tema de alguien que ya llegó lejos, pero no tiene límites.  Las zambas Jamás y Al jardín de la república y Luna cautivay la chacarera Corazón santiagueño, con la compañía del ballet Camín continuaron el repertorio.


Los últimos temas fueron una especie de resumen de su carrera y su presente: Avanzar, que representará al país en el próximo Festival de la Canción de Viña del Mar y La apuesta, de su autoría, para llegar al aplauso sincero  un público que, por su voz y carisma, ya lo hizo ganador de antemano.


Comentarios

Registrarse



Ingreso de usuarios