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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


Fotos: Marcelo Addax

24/12/2019

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RECORDAR


El pasado fin de semana, el Chaqueño Palavecino despidió el año en Buenos Aires, de la mano de su producción más reciente, el disco doble “Soy y seré”. La sala porteña se colmó de fanáticos de todas las edades, desde adultos mayores que lucían vinchas brillosas con el nombre del ídolo, hasta un pequeñito ataviado de gaucho o una niña que, antes de que se abriera el telón, se animaba a cantar fragmentos de “Don Amancio” o “Que me quieras tú” entre las primeras filas de la platea.  

Pasadas las nueve de la noche, y tras una sentida presentación de Marcelo Simón, el nacido en Rancho del Ñato, desplegó los acordes de la zamba “Soy”, mientras sobre una pantalla LED se proyectaban diversas imágenes de su vida.  

En seguida, los violines sonaron al ritmo de “Yo soy de allá” al tiempo que se observaban postales del chacho salteño. La chacarera se encendió con “Juan de la calle” y las palmas de los presentes no se hicieron esperar.

Reflexivo y conectado con su infancia, el cantor presentó el vals “Flores para mi madre” que se conjugó con “Cuando llora mi guitarra”. Marcelo Simón destacó que el Chaqueño “soñaba con ser cantor” y, antes de entonar la zamba “Soñaba con ser”, el artista analizó: “El hombre que no sueña, no llega a nada”.

Nuevamente Simón destacó que “con el trabajo  de Oscar apareció en el folklore esa zona misteriosa que es el Chaco salteño” entre aplausos, el cantor inició un sentido homenaje a Tartagal con “Abuelo del carnaval”, “La tío pala” y “Pá mi Tartagal querido”. Al “Gatito de Don Lucas” siguió “La casona del Molino” para celebrar al homónimo y emblemático reducto salteño, cuna de guitarreadas de trasnoche, de mesa en mesa.  

La serie de shows, que sucedieron a pocos días de que el cantor cumpliera seis décadas de vida, se planteó como una retrospectiva de su carrera, por eso Marcelo Simón indicó “Estuve en el primer Festival de Cosquín, nunca vi nada parecido al aplauso que algunos años después se le brindó a Chaqueño, y tal vez se repite esta noche”, arengó el locutor mientras el público traducía su efusividad en palmas y palabras afectuosas.  

Entonces, y para recordar a uno de los eventos más relevantes del país, el salteño dibujó con su voz los paisajes de “La serenateña”, zamba que enaltece a Cafayate y su Bodega Encantada. Para seguir con la fiesta, “Amor salvaje” fue palmeado y coreado por un teatro repleto, literalmente, de principio a fin.  Espontáneamente, los asistentes entonaron el feliz cumpleaños para Oscar, que el 18 de diciembre cumplió 60. El agradecimiento del cantor se vio interrumpido por la confesión de una admiradora que gritó sin pudores: “Te amo Chaqueño”.

 Una noche de emociones e invitados  
Tal vez porque el amor genera amor, el cantor describió abrió paso a un verdadero momento de romance. Uno de sus fans le propuso matrimonio a su novia, que aceptó feliz el anillo de compromiso, mientras los músicos trazaban los acordes de la marcha nupcial y todo el teatro sumaba sus aplausos a la escena, digna de una película.

Minutos después, el  Litoral trajo sus sonidos con el chamamé “Distinta” y la chamarrita “Dejando huellas”. Un ramillete de zambas se esparció por el aire para honrar la esencia y la historia del cantor “De pura cepa”, “Río mío” y “Recordándote papá” se escucharon al tiempo que los bailarines agitaban sus pañuelos.

Luego “Chaqueño soy”, “Se viene la fiesta”, “Cenizas de mis años” y “Chaqueño siempre seré”, tiñeron la reunión de chacarera, con notables parejas en el escenario  que trajeron su alegría a la velada.  Entonces, el artista reveló: “No es que no lo haya hecho antes, pero los 60 me pusieron nostálgico y me puse a recordar a los seres queridos”  

Una de las primeras sorpresas del convite sucedió cuando el vocalista invitó a “El indio” Lucio Rojas a compartir el escenario. El hermano de Jorge y Alfredo expresó: “Quiero mostrar mi agradecimiento eterno con el tío, nos hemos criado juntos y él nos marcó la senda” y ,a pedido del anfitrión,  llenó de romance la reunión con “Tu regreso”.  Después,  junto al Chaqueño, prestó su voz para “Culpable”,  “La vi bajar por el río”,  y un popurrí que mezcló “La sin corazón”  y  “Mi voz”.

 Un cierre con clásicos salteños 
Todo el concierto se enalteció con las coreografías del ballet federal “Argentina Baila”. Por eso, el ex chófer comentó: “Quiero pedir un fuerte aplauso para estos tremendos artistas, gracias por su arte”, subrayó e invitó a los jóvenes a danzar al compás del malambo. También les explicó: “No se pueden ir sin bailar la 7 de abril, y un chamamé”. Así, ocho parejas dibujaron sus movimientos con gracia sobre el escenario y hasta el cantor se animó a hacer lo propio de a ratos.

La música siguió con “Puerto Tirol” y “Carnaval de La Rioja” cuando el artista presentó a los músicos que lo acompañan. En ese momento, y para sorpresa de todos, entre los asistentes apareció un hombre prácticamente idéntico a Pascual Toledo, percusionista emblemático del cantor.  El admirador, también bombisto y oriundo de Metán, se animó a tocar algunas canciones y, antes de despedirlo, el Chaqueño vaticinó: “Yo creo que son hermanos, nunca había visto un parecido tan grande en mi vida”.  

Para ese entonces, habían transcurrido casi dos horas de show y era momento de bajar el telón, pero el público reclamó la vuelta del ídolo que, sin dudarlo, regresó para ofrecer un cierre memorable.

Con una selección de clásicos, todos bailaron hasta el fin de la fiesta: “La cerrillana”, “Carpas de Salta” y “Recuerdo salteño” demostraron el amor por su tierra natal. El legado de Horacio Guarany se iluminó con “La villerita”, mientras la gente le acercaba regalos al escenario. Sin detener la música, él los recibía y hasta se sacaba selfies.  Para concluir su presentación, de casi tres horas, el artista entonó “Que me olvides tu”, “Amorcito” Y “Noche calurosa”. Sembró la semilla del Chaco Salteño a metros del obelisco y cosechó, como siempre, un reconocimiento indudable por su oficio de cantor.


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