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Notas
ENTREVISTA


28/10/2019

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RECORDAR


El músico marplatense presenta "País semejante", una personal recreación sobre canciones de grandes compositores de la música popular argentina de las décadas del '60 y '70, en formato disco/ libro, con obras de Carlos Alonso, Felipe Gimenez, Carlos Del Río, entre otros destacados artistas plásticos. También aportaron sus textos Víctor Bidart, José Antonio Román, Carlos Polimeni, Sonnia De Monte, Rafael Bielsa y Nino Ramella.


Con gran recepción por parte de la crítica, "País semejante" fue presentado en vivo en Abril de 2019 en Café Vinilo (CABA) y en distintas ciudades del país en el año.


El equipo musical reunido, integrado por Fermín Ferraris (piano), Nicolás Pasetti (contrabajo) y Juan Miguel Carotenuto (batería) – jóvenes músicos formados en la Facultad de Bellas Artes de La Plata y de permanentes recorridos - desarrolla un sonido acústico y contemporáneo.


Los arreglos están influenciados por armonías jazzeras, texturas del fado y rítmicas folclóricas que develan su identidad musical.


La voz solista se funde en el desarrollo de los arreglos como un instrumento más, dándole color folclórico a la obra, sin resignar delicadeza ni fuerza interpretativa.


¿Qué tipo de lector/oyente se imaginó al encarar el proyecto?
No imagino, ni busco un tipo de lector/ oyente. Cuando abordo un proyecto no pienso en el interlocutor, la verdad. Igualmente, entiendo que mi estética es algo complicada de abordar para los más jóvenes. Paradójico, porque, asimismo, toco y produzco con gente joven y me llevo de mil maravillas, pero no significa que conozca los códigos para transmitir lo mismo en los oyentes de esa generación. Entiendo por códigos la linealidad de la vida: cada generación tiene los suyos propios y en ese aspecto no me quiero fosilizar. ¡Lucho, pero soy un viejo! Si tuviera algún sueño, sería, justamente, acceder adonde aun me cuesta llegar: los jóvenes.


¿Cómo fue ese proceso de creación?, ¿Cómo y cuándo decidió que sería una obra con todo este concepto?
"País Semejante" me llevó más de dos años de trabajo y siempre soñé con realizar una obra conceptual, parecida a mis dos últimos trabajos: "Mareas" y "El mundo es un Caballo".


Similar por el formato Disco-Libro donde está presentada la obra, pero además en la mixtura, combinación de varias disciplinas artísticas buscando una unidad estética.


¿Qué influencias dejó filtrar en el proceso de realización del trabajo?
Son muchas. En la parte musical busqué una pianística de texturas, parecida a la de Bernardo Sassetti y, más concretamente, en su trabajo de fado con Carlo Do Carmo. Los arreglos, en general están construidos con armonías jazzeras pero no tan abiertas; lo fundamental es la batería con escobillas, sosteniendo siempre rítmicas folclóricas, aun prescindiendo del bombo leguero. Sobre la estética gráfica, fue la libertad, cierto eclecticismo y la mano del pintor, diseñador gráfico y docente Carlos Del Río, lo más influyente.


¿Qué hizo que eligiera estas obras para interpretar?
Fue realmente difícil. Tal vez debiera hacer un álbum doble, para reunir todos los autores y obras que merecían estar. No pude, es una producción independiente. O un segundo trabajo con autores de la generación siguiente, de las décadas 80 y 90; sería muy hermoso y completaría una obra conceptual más acabada de nuestra música folclórica. Ojalá.


¿Cómo ve la escena en donde se desempeña?
La escena donde trabajo no puede soslayar el desfinanciamiento cultural de este último proceso político. Ni hablar de mi ciudad, Mar del Plata: ciudad gótica, tierra arrasada. El desinterés gubernamental por "País Semejante" fue tan manifiesto que ni sala oficial para presentarlo conseguí. Pedí el Teatro Municipal Colón con cuatro meses de antelación y ¡me ofrecieron la matinee del domingo!


Este año, "País Semejante" fue presentado en diversos escenarios del país. ¿Qué respuesta tuvo?
La presentación en Buenos Aires (Café Vinilo) y algunos lugares del interior tuvo muy buena respuesta de público y crítica en general. Pero es difícil mover el trabajo sin producción y el escaso interés de políticas oficiales en general. Editar y presentar un disco hoy es dar una verdadera batalla cultural, la que doy y pienso dar hasta el final. Lo importante es continuar y continuar. Un artista o artesano, no es en el living de su casa. Es exponiendo, jugándose a la opinión de los demás y en ese juego anduve toda mi vida. Con bajo perfil, tal vez, pero laburando siempre. El "optimismo histórico", como diría González Tuñón, se construye día a día, ladrillo a ladrillo. Hacer, crear, transitar, es la victoria misma.


¿Qué viene después?
Ahora, ando en varias cosas: por un lado, termino un libro de crónicas y relatos y, por otro, una obra de teatro. Además, realizo un nuevo concierto “Mitos y Leyendas de la Canción Latinoamericana” en formato pequeño, sólo con la viola y mi alma. Trabajo y más trabajo para dejar un testimonio, aun mínimo, de los sueños enormes de mi generación.


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