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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


24/09/2019

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RECORDAR


La Cruza, la banda de Villa El Libertador, cumplió quince años y lo festejó con la presentación de República, su nueva obra musical. A continuación, el recuerdo de una noche que no importa qué fecha fue, si no que haya sido una noche que no termine…

  El eje es la canción  
Studio Theater (o Estudio Teatro) es el mejor lugar para una fiesta. Y más una fiesta de 15. Pero no una fiesta más. Porque en La Cruza el concepto de fiesta no es solo bailar por bailar, si no que se festeja el escuchar. Esta banda donde la raíz folklórica de las músicas y las culturas se respeta, yendo desde la chacarera santiagueña hasta el candombe pasando por el funky y la cumbia. Esta banda que le pone ritmos a las palabras, para que lleguen de la mejor manera desde el último quindenio.

A las 22:15, Martín Mamonde, guitarra eléctrica y voz; Gonzalo Mamonde, bajo y voz; Marcos Mamonde, guitarra y voz; Tobías Ceballos, batería y voz; Fernando Ceballoz, guitarra y voz, dieron inicio al festejo. Completaron el equipo Coty Chávez (corista), Iván Ghisolfi (guitarra), Astor Delgado (Piano 1), el “Flaco” Pesci (Piano 2), José Gómez y Diego Zabala (Percusión).

Vestidos para la ocasión, este cuya formación habitual es de tres hermanos y dos sobrinos, comenzaron con el repertorio para toda la gente que dijo presente. Toda esa gente que también es su familia. Toda esa gente, por la que existe esta obra, de esta lista de temas donde el “el eje es la canción” como dijo Martín. “Siempre con la convicción de que esto es algo que no es para uno mismo. Es de la familia y para la familia”.

Primer Tiempo fue el comienzo. Una canción que es casi un manifiesto de ellos, un himno sentido y profundo como todo su repertorio. Un tema donde el compromiso se convierte en poesía. Como en toda su obra. Como todo ese disco tremendo que fue La Película de los Nuestros, para que sobren miradas y sepamos qué nos pasa. Para poder dar vuelta la realidad, cuando el segundo tiempo empiece a jugarse. Para que la victoria sea nuestra…

  Cantar la realidad para poder cambiarla 
Canción número 2254, con el recuerdo de Carlos Fuentealba; La otra parte de la historia, para luchar con el silencio y la falsa revolución; la reversión de Seguiré; Los Payasos, Era Primavera, Después de Todo, continuaron en un listado, que también dejaba aparecer a los invitados. Que para semejante festejo debían estar a la altura de la circunstancia. Por eso, uno de los que dijo presente fue Lucas Heredia. Este cantautor cordobés de quien admiramos “su poesía, impronta, pero además de su elección de vida de que la música sea compartir con todos. Eso es el verdadero rock”, como sentenció Martín. Y el elogio fue devuelto por Lucas, que al convertirse en parte de esas canciones, hace que cambien como personas. Pero sobre todo, que cambien un poco la realidad. “La Cruza está haciendo que todo sea mejor”, se le escuchó antes de cantar Deudas del Alma. Antes de que se le escuchen versos que pintaban por qué estar allí esa noche: “Hoy me fui buscando el aire, bocanada que me ayude a despejar los ojos para ver, ver detrás de otro tiempo…”.

Dame con Alexis Balanoski, quien confirmó que lo que pasaba esa noche era un antes y un después en la música cordobesa, también se sumó a la jornada festiva. Magú Apella de Sombraitoro, la Murga ContraFlor al Resto y Los Duendes del Parque, fueron los protagonistas de un bloque de candombe, donde el baile ayudó a mover las ideas con Lejos, Historia de Vida, Donde vas y Argentina. Para que la lucha se mezcle con historias de amor. Porque lo segundo, debe ser el motor de lo primero.

El bloque de Chacarera contó con la presencia del Ballet Esencia de mi Pueblo y a Raly Barrionuevo. Ninguno por casualidad. Ambos por causalidad. Bailarines y bailarinas para realizar una coreografía en Democrática -uno de los nuevos temas-, para ponerle el cuerpo a la letra y pañuelos verdes al presente. O para que el tema Marta Juana González (que lo grabara Bruno Arias también), en honor a la docente asesinada por la Dictadura llegue por todos los sentidos al igual que El Rubio, en homenaje a Facundo Rivera Alegre (desaparecido luego de ir a un baile) y en agradecimiento a la inclaudicable Viviana. Su madre, que nunca dejó de pelear por justicia. Nacidos y criados terminó el bloque, un homenaje, a la villa que "rapeo" Jony chu-ka, de Villa el Libertador, el lugar donde empezó todo.

“Estamos convencidos que para nosotros ha sido un observador de la cultura, del arte y de cómo vivirla, cómo soñarla, cómo decirla, con el propio ser. A través de los años, su alma siempre se dejó ver a simple vista…” fue la presentación de un Raly, que subió para hacer El comienzo del todo, para cantar las dudas que devienen en preguntas, en tiempos de respuestas sin sentido: “No sé si será el capitalismo cruel, que te acelera los sentidos, te los vende como un papel/ Y en el Banco Mundial de esta mentira, donde suicidan los profetas, con pocas ganas de volar/ y en los barrios pobres se ilumina, cada plato de comida, como la luna en el mar”.

  Vivir como si fuera la única vida que tenemos... 
Y luchar porque es lo más importante. Así el baile llegó, para hacer nuevas primaveras. Para que la sonrisa se quede grabada en la banda arriba del escenario y en toda la gente que fue a festejarlos.
Porque en definitiva esa noche de septiembre, de los quince años fue eso. Fue presentar en vivo República, el tema que está sonando en las radios más populares, siendo esta una verdadera revolución. Fue festejar a quienes juegan para nosotros, a quienes nos recuerdan que nos hace bien (SIEMPRE) estar del otro lado. Para hacer un pasado nuevo, frente al futuro que se comió las manos. Para que la semilla de esta banda siga germinando, para que sigan cosechando aplausos sinceros y poesía con sentido. Para que el hit sea el abrazo emocionado, para que sigan siendo ese árbol con tantas ramas, como realidades a que cantarles.

Festejamos el generar la conciencia necesaria para reconocerlos y reconocerles: el origen, la bandera, el puño en alto, la esperanza intacta, el no usar caretas. El ser una cruza, donde todos componen y cantan. Donde los géneros no importan demasiado, si el arte va primero. Que hayan compartido escenarios con tantos, con tantas (León Gieco, Paola Bernal, Residente, Lisandro Aristimuño, entre tantos); que sus melodías hayan cruzado el Río de la Plata, para que La Trasnochada los haga carnaval y le canten al poder.

Festejamos a La Cruza, a esta familia hermosa que hace quince años nos va convenciendo de que queda tanto y sobra para volver a empezar. Que nos invitó una vez a pasar, a cruzar la puerta de su casa, sabiendo que no querríamos irnos. Y que el festejo se escriba y se recuerde en cualquier momento. Que queramos que las noches con su música no terminen y que La Cruza siempre sea libre de todo y sin final.


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