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Cuando el viernes 28 de septiembre corrieron el telón sobre el escenario de La Trastienda, Luna Monti junto a su pareja Juan Quintero estaban sentados en sus respectivas sillas para comenzar el recital. Los aplausos de reclamo para que salgan a escena debido a los 45 minutos de retraso cesaron al instante y se transformaron en una ovación que no dejaba lugar a dudas del interés que despierta este dúo en el público porteño.
Los primeros acordes del guitarrista y compositor Quintero fueron para que la cantante Monti haga la apertura del recital al ponerle voz al primer tema de su último disco Lila, "Garzas viajeras" del uruguayo Aníbal Sampayo.
“Estamos nerviosos…parece que nos fuéramos a casar”, confesó Luna y arrancó las primeras sonrisas entre los espectadores que habían colmado el lugar.
Siguieron con “Soledad. Jujuy, 1941” (de Pedro Aznar), compuesta sobre un poema inédito de Atahualpa Yupanqui, y "Rosario Pastrana" (de Juan Falú), este último tema también del disco Lila.
Llegaría el momento de que aparezca el primer invitado de la noche: Edgardo Cardoso para acompañar con su guitarra en un tema propio: Aire seré y La Luminosa, de Coqui Ortiz.
Juan Quintero acaba de terminar un disco que sacará en noviembre, posiblemente también lo presente en La Trastienda, y de ese material tocaron una composición nueva que se llama “Paloma”, donde Verónica Condomí apareció con su voz.
Finalizada esta presentación ingresó el músico Mariano Cantero para ponerle percusión al tema "Maricón", de Juan Quintero.
Y como no podían caer en la obviedad de hacer tema tras tema, llegaría otro momento gracioso que el público disfrutaría en la intimidad que da La Trastienda: “Los músicos que están invitados, les pedimos perdón, pero la lista que les dimos para que ingresen esta noche no sirve”, explicaría entre risas Monti. De esa confusión se podría explicar la demora de los 45 minutos del comienzo que estaba pactado para las 23:30. Y en este breve intervalo de ritmos Quintero, entre risas, acotaría: “Ya he hecho cagada yo, discúlpenme”.
Las interesantes y dinámicas melodías seguirían su curso con una chacarera de Juan Quintero, Viejo cantor y tras ella llegó una versión del chamamé "El cosechero", de Ramón Ayala, donde no se quedaron con ganas de experimentar: hicieron el tema casi a capella, con la única intervención del sonido de una percusión. El público quedó como hipnotizado y el aplauso y la ovación fueron cerrados al finalizar la interpretación.
Después seguirían con Verde Romero en donde Juampi Di Leone acompañó con la flauta, mientras que Vicky Marta realizó, mientras duraba el tema, una interpretación de expresión corporal sobre esa música.
El disco Lila tiene una particularidad: viene acompañado por uno más pequeño con un puñadito de canciones folklóricas para niños. De ese trabajo hicieron, cambiando el tono de voz por uno aún más suave, más tranquilo, Puentes de Elsa Bornemann y Tomas Nelson que transmite agradables pasajes pictóricos a través de una entonación delicada y una guitarra que descolla.
Otro de los momentos más aplaudidos fue cuando hicieron "El niño caníbal" que cuenta, sobre un carnavalito acústico y sin percusión, la historia de un niño que no tiene amiguitos, ni tíos, ni hermanitos porque tuvo mucho apetito. Tema también incluido en el mini disco.
Siguieron con una canción de cuna llamada Versos Chiquitos de Zerpa y Díaz.
“¿No les da hambre esta canción?”, preguntó Luna antes de hacer Chipá de Vallaco, un chamamé donde explican risueñamente la receta para hacer el tradicional pancito.
Para hacer el tema de Juan Falú “Huella de ida y vuelta” subieron al escenario dos integrantes del trío vocal - instrumental Aca Seca. Ellos con Luna y Quintero cantaron parados la ya antológica canción.
Más tarde y para comenzar a cerrar una velada de casi dos horas de show tocarían Caminito de Fernando Barrientos, tema también incluido en Lila.
Volvieron a ingresar porque el público los reclamaba a gritos para hacer una preciosa canción del uruguayo Fernando Cabrera, Te abracé en la noche.
Que la gente haya aplaudido el recital de pie es el resultado de la pasión por la música que pone este dúo en cada uno de sus presentaciones y una vez más dejaron plasmada la calidez y comunicación que se genera en cada recital.