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Notas
ENTREVISTA

Santiago Torricelli Ensamble presenta “Cercanía”, su disco debut, el domingo 2 de septiembre a las 21 en Café Vinilo, Gorriti 3780, CABA.


24/08/2018

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RECORDAR


¿Cómo se formó el ensamble?
De algún modo, ST Ensamble es una continuidad de un proyecto anterior, un dúo con Agus Voltta, activo hasta 2014. En 2015, me surge tocar temas instrumentales y de composición propia. Convoqué a los músicos y arrancamos. 2015 y 2016  fueron de mucha investigación sonora, los temas se modificaron muchísimo desde ahí. Armamos repertorio y tocamos los primeros recitales. También esos años fueron muy activos en buscar medios de financiamiento. El proyecto tuvo el apoyo de las Becas Creación del Fondo Nacional de las Artes y el INAMU. El  2017 lo dedicamos exclusivamente a la producción del CD. El ensamble lo forman Elizabeth Ridolfi, viola, Agustín Barbieri, percusión, Manuel Rodríguez Riva, Clarinete y Clarón y Federico Salgado, contrabajo, que grabó en el disco pero ya no vive en Argentina y entonces se sumó Sebastián de Urquiza. Grabaron como músicos invitados Roxana Amed, Silvia Juan Bennazar Paula Maffia, Nicolás Rainone y Lucía Herrera.

Sobre Cercanía, ¿Primero surgió la estética y después el nombre, o fue al revés?
El nombre del disco y la estética visual surgieron prácticamente al mismo tiempo. Visualmente la tapa debía remitir al contenido musical como también simbolizar de algún modo el camino recorrido. Un desafío, pero lo logramos. En un momento caí en la cuenta de que esto era un proceso al que le respetamos sus tiempos aunque todo parecía que estaba a años luz. Grabaron 10 músicos, esos son muchos horarios...Felizmente, la música nos acerca, las ganas de escuchar lo que el otro quiere decir, y ser parte de esa proyección creativa nos acercó como personas y artistas. Eso hizo que paso a paso la idea de grabar el disco estuviera siempre en presente. De ahí, entre otras cosas, la palabra Cercanía.

Dada las características de Café Vinilo, ¿cómo se plantea el show?
El espacio de Café Vinilo propone una escucha muy directa y se caracteriza por tender a sacarle todo el provecho posible a la sonoridad natural y acústica de los instrumentos. Esa premisa se adapta perfectamente a nuestra propuesta porque las obras estás pensadas y escritas desde esa relación natural. Ensayamos sin amplificar instrumentos, únicamente la voz, con los invitados. Además, el espacio tiene un hermoso piano. Me entusiasma mucho presentarlo en Café Vinilo.   

¿Qué foto te viene a la mente de este disco debut, Cercanía?
Sería muy difícil encontrar una única instantánea que resuma todo el proyecto. El disco tiene mucho de estar sólo en el piano escribiendo como todo el tiempo disfrutando con quienes participaron. El proceso de grabación fue muy arduo, se grabó en 5 estudios diferentes en estaciones del año distintas. Hay varios escenarios posibles. Luego la etapa de edición y mezcla junto a Mariano Beyoglonián es insoslayable entre las fotos que pasan por mi cabeza. Muchas horas de escucha atenta y tomar infinidad de  decisiones. Me quedo con la imagen de la portada del disco, diseñada por el alma noble de Nacho Vidal. No encuentro otro modo de resumirlo: El objeto en la tapa es un imaginativo medio de transporte (¿un avioncito?) fabricado con fragmentos de instrumentos, espinas de cardón y un representante latinoamericano en el frente, una artesanía de un pequeño tatú carreta. Cada cual puede hacer su propio viaje.

¿Cuáles fueron los colores musicales de tu infancia?, ¿Quedaron para siempre?
En mi infancia, me remonto a un ritual diario que tenía de escuchar vinilos con auriculares gigantes blancos. Serían 100 discos pero para mi corta edad era la discoteca de Babel. En ese cocoliche hermoso había discos de ópera como Creedence, Joan Báez,  Mercedes Sosa, Beatles, Duke Ellington, Queen o Promúsica de Rosario en el mismo paquete. Ordenaba discos por colores y en ese orden entraron a mi infancia. Ahora, si de escuchas tempranas hablamos, no puedo dejar de mencionar la influencia de mi tío Ricky en mi niñez  y adolescencia. Gracias a él conocí de muy pibe mucho rock de los 70: Coltrane, Miles Davis, Johnny Hodges  y cientos de guitarristas de blues. También debo agradecerle que me reprimiera sin ninguna sutileza de consumir algunas músicas berretas de las que abundan.

¿Escuchás mucha música?, ¿Por dónde va tu línea de "oyente"?
Si, escuché y escucho una variedad de música muy amplia. Tengo una historia muy fuerte con la música clásica y posiblemente en retrospectiva esa sea la que más consumí, aunque ya hace unos cuantos años que ando por otros lares. Mi escucha cambió radicalmente, como la de casi todos los que vivimos el vinilo y Spotify. Pasé de escuchar miles de veces un mismo disco a miles de discos una sola vez. Pero por supuesto, siempre uno encuentra músicas que lo convocan a volver con placer. También me descubro en horas escuchando solo para aprender algo o interiorizarme con una estética: algo imposible en la era analógica. Si por ejemplo quiero arreglar un Landó o Gualambao, podemos investigar en internet y centrar nuestra escucha. No suena muy romántico pero también volví a los vinilos y aunque ya no los ordeno por colores, puedo escuchar esos que tengo y ningún otro.

Si pudieras armar el "seleccionado de músicos de todos los tiempos" arriba de un escenario, ¿quiénes no podrían faltar?
¡Uff!. La palabra músico contempla compositores, intérpretes, arregladores, directores e incluso en algunos casos resulta imposible separar al músico del poeta. No sé si Yupanqui o Carnota son mejores o peores que Puccini, pero sin dudas escuché más a los primeros. Conecto mucho con referentes latinoamericanos cómo  Simón Díaz, Chabuca Granda, Violeta Parra, Yupanqui, el Cuchi Leguizamón, Falú... o el tango por ejemplo, me parece un milagro: Salgán, Troilo, Piazzolla, el polaco!  hay muchos genios ahí. Ya hablé de los 70’s: Crimson, Gentle Giant, Pink Floyd, Yes, Zappa me encantan, seguro me llevaría un par de discos de ellos a una isla desierta. Iba a excluir a la música clásica porque la lista sería eterna pero es muy raro. Elijo a Debussy, Schubert y Prokofiev. Perdón, también a Bach, Beethoven y Schumann, y Stravinsky y Ligeti…. El universo musical es demasiado grande y todavía no hablamos de Jazz: Miles Davis, Bill Evans, Jarrett, Ella, Nina Simone entre tantos, son increíbles, pilares de la música del mundo. Da para hacer muchos seleccionados, les pido disculpas a los dos mil músicos que me faltó mencionar. 


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