Florencia Dávalos vuelve a Buenos Aires para cantar. Qué otra cosa se le podría pedir a la hija de Jaime, que viene trazando un camino silencioso y de paso firme en la música de raíz folklórica de este continente. La cantora eligió un nombre para sintetizar ese camino: “Confluencias” bautizó a su presentación de este sábado a las 21 en Café Vinilo (Gorriti 3780, Palermo), que tendrá “canciones nuevas y algunos clásicos de mi repertorio que estamos preparando con el trío (Pepe Luna y Mario Gusso) con el que venimos transitando un camino en la música, y la presencia de invitados especiales (Lilián Saba, Georgina Hassan, Sergio Zabala y Matías Martino)”, le dice Florencia a FolkloreCLUB. Algo que lo que tocará mañana irá a parar a su nueva placa, luego de la celebrada “Memoria de la semilla”.
-¿Cómo será el nuevo disco?
-El nuevo disco será un recorrido por la memoria musical del continente donde lo femenino se desliza entre poemas y canciones. Las compositoras, poetas y cantoras que me han acompañado desde mi infancia como Violeta Parra, Chabuca Granda, Cecilia Todd, Mercedes Sosa, Leda Valladares entre otras, son musas inspiradoras de este nuevo trabajo. Ellas son faro y luz que alumbran un nuevo camino. Mi casa estuvo siempre llena de esa música. Mi madre cantaba mientras limpiaba la casa, de una punta a la otra. La música de fondo era por ejemplo Cecilia Todd con “el cantar tiene sentido, entendimiento y razón” o pajarillo Verde. Cantábamos juntas, con mi hermana y mi mamá mientras viajábamos. Mi mamá manejaba, mi papá de copiloto y nosotros tres atrás. Cantábamos todo el tiempo. El canto me acompaña desde que tengo memoria. De todo eso se va armando el nuevo disco.
-Hablás de la importancia de la mujer en el ámbito de la poesía latinoamericana. Y vas a tocas justo en el mes de la mujer. ¿Qué lugar te parece que tiene hoy la mujer en la canción del continente?
-Como dije, hubo mujeres – faro – luz – guía. Ellas han tenido que abrirse camino en un ámbito dominado por los hombres. Que una mujer osara escribir o cantar, que pudiera tener un pensamiento propio, que pudiera decidir sobre su cuerpo, tener o no hijos, o que al tenerlos tuviera que dejarlos para trabajaran el ámbito del arte era mal visto. Contra todo eso lucharon mujeres como Alfonsina Storni, Violeta Parraioleta y tantísimas otras, muchas anónimas. Algunas encontraron la salida en quitarse la vida. Es una historia muy triste. Una historia de lucha y resistencia. El Día de la Mujer nos rememora esas tragedias de vida. Por eso me pregunto hasta cuándo seguiremos atados a esos patrones viejos.
En lo personal, las dos mujeres más importantes de mi vida son mi mamá y mi abuela, María Rosa y Lidia. Dos grandes mujeres, dos luchadoras. Tengo un gran ejemplo en ellas de amor, lucha y de una gran fuerza y decisión en la vida. He criado a mi primer hijo durante sus primeros años sola, y a pesar de esa circunstancia dolorosa nunca perdí de vista lo que era importante para mí. El deseo de vivir del arte, de pensarme desde allí, de construirme. Camino que no me ha sido ni es sencillo pero del que he decidido no correrme. La decisión, la pasión por la tarea que uno elija es lo único que quiero dejar como huella en mis hijos. No se puede vivir una vida sin pasión, estaríamos muertos.
-¿Y en la música de hoy?
-Dentro del panorama actual de la música latinoamericana, hay muchísimas compositoras nuevas, geniales que juegan un papel fundamental. Nuevas voces, femeninas. Que nos representan. Es otro sentir el de la mujer, otra mirada, tan válida como la de los hombres, pero no puede estar una sin la otra. De ahí la diversidad. Estamos atravesando un momento histórico clave en este sentido.