El domingo 18 fue el último recital de su gira de veraniega, al aire libre presentó “La niña de los andamios” ante un repleto patio, donde tampoco faltaron sus chacareras o zambas más esperadas. La encargada de abrir la tarde noche fue la joven, pero ya consolidada Milena Salamanca, que cantó por más de media hora.
Los casi treinta y dos grados que hicieron el domingo a la tarde no fueron impedimento para que el patio empiece a colmarse de gente desde las 18, porque nadie quería perderse el show de Milena Salamanca. Minutos antes de las 19 comenzó a interpretar temas de su primer CD como "Amorosa palomita" o "Vidala del sol", y mientras sonaba "Nuestra tierra" se escuchó decir en el sector de hidratación "qué lindo canta", es que por esos momentos el fresco rocío que por ahí corría era altamente reconfortante y necesario.
Junto a su consolidada banda, ella a cargo del bombo, siguieron con "El milenario" o "Como flor del campo", que dedicaron a Raúl Carnota y fue antes de "Valicha" cuando dijo que “la canción trata de una historia de amor que ocurrió en Cuzco, y en el 2014 tuve la posibilidad de conocer a sus protagonistas”. Para terminar Milena cantó “K'arallanta”, canción que le da nombre a su CD.
Faltaban quince minutos para las 20, el calor no se apagaba y Raly subió para hacer “Niña de los andamios", canción homónima de su último disco, del que siguieron interpretando temas como “Y seremos agua" y “Agua de los tiempos”. Luego llegaría la ya clásica y esperada “Chacarera de la espada", que -según él- recién ahora después de unos años pudo entender la letra “a veces parece que es el subconsciente el que escribe”, dijo.
Un gran momento de la noche se vivió cuando el santiagueño pidió un micrófono inalámbrico, era para Micaela Vita, quien desde abajo del escenario (por cuestiones del seguro diría después) pueda acompañarlo en una gran versión de “La ocasión”. “Hijo de ayer” es un tema sumamente especial, antes de hacerla comentó que tiene que ver con su sensación al perder a su madre, “como dicen las canciones de Peteco, en la mirada de los viejos brilla la infancia de uno y que a través de ellos uno puede regresar a esa infancia jugando, y ese camino cuando ellos se van desaparece. Y me sentía un hijo de ayer”.
Nuevamente Milena Salamanca subió, ahora para hacer junto a Raly una preciosa “Tu memoria y tu mañana”, coreada por todos los presentes que siguieron acompañando en “Niña luna” y “Niña fuego de la américa sangrada”. Pero desde hacía rato muchos querían bailar y fue allí que llegaron “Un pájaro canta”, Melodía viajera” y “Amiga tierra querida”.
Las guitarras, el bombo y el violín continuaron con “De la plaza”, “Corazón de lechiguana” y “La niña bendita” para que las rondas sigan creciendo, y ya se baile en todos los rincones del patio. Luego de unas cuantas chacareras y gatos sonaron “Cuarto menguante”, “Siete palabras” y la siempre coreada “Zamba de usted”.
Los pies de los bailarines siempre quieren más, y por eso sonaron “Chacarera del sufrido”, “La atamisqueña” y “Tata Nachi”, para continuar con temas que dan un calor especial a cada noche de Raly como “Circo criollo” o “Chacarera del exilio”. Sentado sobre una silla alta, en compañía de su guitarra hizo “Mi esfera de cristal” para emocionar así al Konex todo; “mi padre fue cantor, y aquí cuento amorosamente la historia de desencuentro que he tenido con él”, había dicho antes de interpretarla.
“Con este show estamos cerrando la temporada de verano, una hermosa manera de cerrar la gira de festivales”, contó luego de hacer las dos últimas canciones de la noche, “Alma de rezabaile” y “Somos nosotros”. Así la ciudad de Buenos Aires y el Konex se quedaron esperando el próximo encuentro, que tal como lo había dicho minutos atrás el propio Raly, es cada vez más intenso, casi un ritual.