}

Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA

De Cuyanos y Correntinas


20/03/2005

Vistas : 3371

RECORDAR


Las hermanas Vera - Dúo Orozco-Barrientos

La última jornada de “Folklore al atardecer”, se regaló a medias. La débil lluvia que caía sobre los parques de la Recoleta, obligó a los organizadores del evento a suspender el espectáculo. Sólo pudieron presentarse sobre el escenario Las Hermanas Vera y el dúo mendocino Orozco Barrientos. Igualmente, el predio estuvo concurrido por cientos de almas folklóricas que no reparan en las condiciones climáticas a la hora del disfrute.
 
Hermandad Correntina
 
Rafaela nació en la Estancia Puesto Blanco, departamento de Caa-catí. Bonifacia nació en Naranja-ti. Con una alegría inmensa compartieron la noche porteña con el público y supieron hacer de los pastos de la Plaza Molina Campos, una gran pista de baile chamamecera.
 
“¿Viste como suena Hermanas Vera en Recoleta?” preguntaba Rafaela y soltaba una carcajada. Y seguía: “Hermanas Vera chamameceras de toda la vida, musiqueras de las bailantas, de los campos, de los pueblos. Con escenarios de volantas, de tejidos de lonas. Después de treinta y cinco años que estamos con esto, todos los días nos sorprendemos con las cosas que nos ocurren y eso hace la música por las Vera”.
 
Recoleta se presenta cada fin de semana como una gran mixtura de público. Desde los tradicionales paseantes por los cafés de la zona, hasta los turistas que recorren las barrancas y se maravillan con las artesanías que se producen. “Nuestra música es muy alegre, tiene algo, una magia, un duendecito. Es algo maravilloso, porque si bien estamos en un lugar que no es muy del folklore, del chamamé, vos viste que se prendió la gente. Bailaron muy bien y no nos dejaban bajar. Para nosotros es muy importante. No nos vamos a olvidar los comienzos allá en los caminos de tierra, de polvo, que nos bajábamos del micro o del camión con tierra en la cara y llegábamos a la cancha de fútbol y se llenaba”, recuerda Bonifacia.
 
Cerca del asfalto, o sobre él, no alcanzamos a conocer como se vive el folklore en un patio de tierra o en el centro de un pueblo. Para acercarnos un poco más a esa experiencia, Rafaela comenta: “el pueblo sigue siendo el mismo y lo bueno es que nos encontramos con la misma gente de hace años. Se acercan y nos dicen: ¿ustedes siguen cantando? Y les decimos que sí (risas) Hemos estado este fin de semana pasado en Santa Fe y hemos vuelto veintitrés años después al lugar. Villa Ana, Santa Fe. Son gente que nos han contratado en los primeros tiempos de las Vera y nos volvimos a encontrar con la misma gente que llevaba ya a sus hijos. Es una cosa maravillosa. En los pueblos que vamos siempre ocurre lo mismo”.
 
Las hermanas correntinas tienen una extensa y prodigiosa trayectoria. Con alma de pueblo y espíritu de ciudad comentan acerca de sus proyectos: “estamos por grabar nuestro material discográfico número veintiséis y seguir haciendo los bailes de siempre, los festivales. Hay Vera para rato todavía”.
 
Inteligencia musical
 
Sobre el escenario estaban Fernando Barrientos y Tilín Orozco, los integrantes del dúo mendocino que llegó a Buenos Aires con una excelente propuesta: la nueva trova cuyana. Con los acordes de “Celador de Sueños”, de autoría del grupo, subió al escenario un especialista musical: Gustavo Santaolalla. Un lujo en el atardecer de Buenos Aires.
 
“Para mí fue un descubrimiento haber conocido a los chicos de Orozco – Barrientos. Fue un demo que llegó a través de mi gran amigo León (Gieco). Fue muy gracioso porque el demo me llegó un día antes de uno de mis viajes de regreso a Estados Unidos, uno de los viajes que hago, y bueno, lo escuché esa noche, me volví loco, traté de comunicarme, no me pude comunicar, y el demo no tenía ni siquiera una imagen de ellos. Tenía una guitarrita dibujada (y hace la forma con las manos). Me enamoré de la música sin conocerlos, sin saber cuantos años tenían, si eran altos, si eran flacos, si eran gordos... y a través del teléfono establecimos la relación, vine acá y nos conocimos y a la semana de conocernos estábamos en el estudio haciendo el disco. Para mí es un disco maravilloso, porque plantea una alternativa dentro de lo que es el folklore, en algo contemporáneo pero que no cae en lo que muchas veces siento, como que son clichés del folklore hecho moderno. Es un planteo totalmente diferente y realmente me entusiasma mucho la música de ellos y me coloca en un lugar muy especial, la cosa cuyana, la cosa melódica que tienen, la voz de Fernando, la guitarra de Tilín y la banda que tienen que es buenísima”.

Gustavo expresa y complementa con su mirada y con sus gestos, lo que su voz suelta. “Ellos venían con la propuesta bastante armada y de lo que se trató fue de no tergiversar lo que ellos tenían y no agregarle un bajo, un teclado, una batería porque realmente no es el espíritu de la música que hacen y crear el mejor ambiente para registrar eso. Con mínimos detalles, con mínimas cosas para darle color a eso. Pero básicamente la música viene de ellos”, agrega sobre su trabajo con el grupo.
 
Lo alternativo en la música, ¿es necesario para que ella siga vigente?. Santaolalla responde: “Yo creo que son necesarias las dos cosas: por un lado, es muy importante y necesario, y lo hablaba especialmente por estos días porque se conmemoran veinte años de Ushuaia a La Quiaca, vos sabés que hemos sacado unos libros, hemos reeditado los discos, hemos hecho una exposición de fotos, que va a circular también por el país y en ese trabajo, parte de las cosas, fue ir a buscar a la música en sus orígenes, en su estado más primitivo y natural por un lado, y por el otro lado fue meternos en El Cielito, y hacer un disco con una caja de ritmos. Entonces creo que las dos cosas son importantes: que por un lado, hay que seguir buscando las músicas puras y por el otro, es necesario como parte de quienes somos nosotros, que vivimos en ciudades y que tenemos una vida más cosmopolita, también ponerle a la música quienes somos nosotros y donde vivimos con un mundo con computadoras, teléfonos, etc.”.
 
¿La ciudad es ineludible a la hora de proyectar las regiones? “La ciudad es como medio ineludible al momento de cuando te ponés a grabar un disco... Pero para mí, nuevamente es muy importante tener las dos cosas: conservar lo que es el espíritu de donde viene la música en la primera fase y al mismo tiempo, conectarla con el lugar donde estás, que es en definitivamente la ciudad”.
 
Un trabajo netamente folklórico, que ha realizado junto a León. Investigadores y recopiladores modernos. Una joya. Sobre la posibilidad de repetir la experiencia, el productor comenta: “yo creo que siempre está abierto para hacerlo porque el yacimiento musical de nuestro país es inagotable, es enorme porque hay tanta, tanta música que no hemos podido tocar, que en aquel momento cuando hicimos de Ushuaia a La Quiaca, que estaría muy bueno poder continuar la tarea. Y es más, parte de haber sacado este proyecto, y conmemorado estos veinte años, esperamos nosotros que sea una inspiración para poder continuar el trabajo también, porque es un trabajo que nos excede tanto a León como a mí. Es una cosa más importante y que es bueno, que haya otra gente que lo siga”.
 
Una tarea necesaria y muy interesante, en una búsqueda por proyectar los sonidos de tierra adentro. “Este año voy a estar grabando con un grupo muy interesante, que se llama Semilla y voy a estar produciendo el disco de ellos”. Un productor y arreglador inteligentísimo que sobrevuela el folklore para darle un toque especial.
 
Celadores de sueños
 
Presentaron los temas de su reciente material discográfico “Celador de Sueños”. De Chacareras y Gatos, se armó el atardecer lluvioso de Capital Federal. Las primeras gotas rompían la agenda, y la programación se modificaba con cada gota que caía, hasta que se decidió: un tema más y se baj


Comentarios

Registrarse



Ingreso de usuarios