Nuestro folklore se nutre de sus grandes hacedores, la música y la palabra se entrelazan y se visten de vidala o de zamba, con la hondura propia de los hombres que interpretan la realidad de forma particular y la vuelven arte.
Sin duda, entre esos hombres, está Daniel Toro quien, con solo 17 años musicalizó "Para ir a buscarte” con letra del poeta Ariel Petrocelli. El año 1959 signó el comienzo de su carrera como parte de Los Viñateros. Ese fue el puntapié de una longeva trayectoria: la de un artista imprescindible.
Y como todo creador imprescindible, merece su celebración. Por eso, mañana en la Casa de la Cultura de Salta el admirable compositor y cantante será homenajeado por el Instituto Nacional de la Música y el Ministerio de Cultura y Turismo de la provincia de Salta en un evento cardinal para el folklore argentino.
Acompañado sus afectos más cercanos y sus colegas se le hará entrega de las licencias de once discos, más simples y compilaciones, recuperados por el INAMU.
Además, el organismo presentará “Antología Music Hall 1967/1984”, álbum que compila canciones claves de la prolífica carrera del músico salteño, con la curaduría de Víctor Pintos.
Así, en diálogo con FokloreCLUB, el periodista indicó que en su labor rescató “lo más transcendental por su calidad artística y valor histórico” de la obra del salteño, a quien definió como “un cantor popular y revolucionario”. Por otra parte, Pintos reveló que en la Antología “se encuentran las versiones originales de obras como El antigal, Cuando tenga la tierra y el Seclanteño, entre muchas otras”.
UNA OBRA SIEMPRE VIGENTE
Asimismo, Diego Boris, presidente del Instituto Nacional de la Música, describió algunos detalles previos del homenaje que se concretará este lunes en Salta: “Hace un mes fuimos a verlo, junto a Víctor Pintos, en su casa, en Salta. Y se mostró muy emocionado y agradecido. Porque él, como nosotros, lo vio como un acto de justicia. Esa obra, que incluso por momentos estuvo silenciada, por compromiso que siempre tuvo Daniel Toro: sin concesiones. Del 76 al 83, durante la dictadura cívico- militar, donde justamente no se quería muchas de esas expresiones auténticas, del pueblo, pudieran circular, su obra estuvo prohibida en difusión en las radios. Gran parte de ese material estaba en Music Hall. Él lo vivió como un acto de justicia y para nosotros también lo es. Eso seguramente se verá reflejado mañana en el homenaje en el que le entregaremos las licencias”, subrayó.
También, sobre la relevancia del salteño, consideró: “el rol de Daniel Toro, no solo en el folklore sino en toda la música popular se va agigantando con el tiempo. Cuando se habla de la renovación del folklore, de Abel Pintos, de Soledad, de Luciano Pereyra, tenemos que pensar que esta renovación hubiera sido imposible sin la referencia muy clara en la unión de lo que es la poesía. Porque Daniel Toro se rodeó de los mejores poetas para escribir sus canciones, como Ariel Petrocelli y Julio Fontana, solo por nombrar a algunos. Daniel Toro llevó lo popular del folklore a un nivel artístico muy grande, pero sin perder esa esencia de lo popular. Por eso los nuevos artistas del folklore le deben muchísimo a la herencia cultural que les legó Daniel Toro: se puede ser simple, se puede ser popular, se puede se auténtico, se puede ser un artista increíble y sin concesiones, sin resignar ninguna de las banderas que Daniel enarbolaba. Creemos que es un legado que está cada vez más vigente. Se ve que era muy moderno para la época, dado que hoy es cada día más popular ese tipo de canción, esa forma de llegar de lo que fue en su momento. Es un legado histórico- cultural increíble”, concluyó.
Sembrado en las voces de las nuevas generaciones y en el corazón del pueblo que supo abrazarlo con sus aplausos, Daniel Toro tendrá su merecido homenaje en el año en que se cumplen cinco décadas de su Consagración en Cosquín. Vigente, como si el tiempo no hubiera pasado, se reencontrará con el que fue y sin dudas, quienes lo admiran –como siempre- se lo agradecerán. A partir de mañana, el acervo de los registros folklóricos se agrandará para bien de todos. Y como expresó alguna vez León Gieco, la cultura sonreirá, en una fiesta inolvidable.