}
Estamos viviendo un tiempo de mediocridad mundial, con todas las instituciones cuestionadas, con la fantasía de una comunicación tecnológica, pero con la ausencia de una comunicación personal. Los jóvenes usan 20 palabras. Hablan mal. Y si hablás mal, escribís mal y pensás mal. El payador es el trabajador del verbo, va buscando las palabras, las va siguiendo, las va acariciando y las devuelve a la vida. Con él, el vino vuelve a ser vino, el pan vuelve a ser pan, con cada palabra cada vez.
El canto repentista es la poesía que nace en el acto nace como una luz, como un rayo, como un suspiro, como un latigazo. Enlaza palabras, poema y pensamiento, todo en un segundo. No se puede rimar rancho con chancho porque quede bien. Tenés que ver qué decís adentro. Ese es el problema, hacia dónde va el verso.
El arte del payador siempre ha estado muy vigente. Todos los espectáculos deberían tener, la apertura al menos, con el canto del payador. El payador es lo primario, el hombre sin traje, despojado de cosas. El de payar es el arte primitivo, que viene desde el principio de la palabra. Es el principio de la patria cantada. Cuando no existían los diarios, la televisión ni la radio, ¿quién contaba los sucesos? El hombre. En otros lugares se llamó el rapsoda, el juglar, el aeda; aquí se llamó payador. Era el hombre que llevaba las noticias, una especie de periodista, un contador de vivencias. El hombre que ve. Por eso ha sido un eje en la actitud política. En algunas épocas, iban a los centros políticos a levantar las tribunas con su verba, le abrían una brecha al político. Hasta José Hernández dejó una payada escrita, el Martín Fierro.
Pienso en los jóvenes payadores y en otros que andan por ahí y me parece que han hecho bien en escuchar al Indio Bares, a Carlos Molina, al Pampa Barrientos, a Curbelo. Este es el arte de escribir sobre las ramas del viento la poesía, que es una actitud de libertad maravillosa. Cuando uno escribe, puede borrar, pero cuando improvisa no tiene tiempo; se juega las palabras, la actuación, la historia, en cada verso.
La ausencia es una situación límite en el espíritu del hombre, como la angustia, la muerte, el asombro, la vida, la pena, la alegría. Todo eso es el hombre, no es la corbata, la gorra, el reloj y el auto. ¡Es lo que tiene adentro el tipo! Eso es el arte. Y todos estos chicos tiran de adentro con todo lo que tienen. Y si no tiran más es porque no tienen más; es porque lo están buscando, lo están rastreando. Eso es el marte. Y es maravilloso. Esla transpiración del alma.