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El chamamé es una de las formas más profundas de la identidad argentina y latinoamericana. En este contexto, desde el Estado Nacional y en conjunto con la provincia de Corrientes, diversos funcionarios presentaron, el 15 de junio pasado, un profundo trabajo para postular al chamamé como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con sede en París.
Pero el sendero para llegar al objetivo es largo e incluye varias postas: el informe de la Comisión técnica de la Unesco el próximo 30 de junio, el envío de los ajustes a la postulación el 30 de septiembre y, de aprobarse estos pasos, la derivación a la comisión evaluadora de Unesco.
Si todo eso sucede como se espera, la asamblea de los países miembros se pronunciará al respecto en diciembre de 2018.
Para “candidatear” al género, además de la labor estatal y provincial participación de los dos referentes teóricos del chamamé: Enrique Piñeyro, profesor y escritor, y Pocho Roch, compositor, historiador y autor de 6.500 temas del género. El equipo se reunió también con un grupo de chamameceros. A estos últimos consultó FolkloreCLUB. Y en medio de una larga espera, esto dijeron:
RAMÓN AYALA
“Yo puedo decir los valores que tiene el chamamé como una entidad popular, como un patrimonio del pueblo que es el mayor juez. Con eso es suficiente, el pueblo es el que manda y eso es lo fundamental, pero la aceleración pública de una entidad como la UNESCO respalda el acontecimiento de este ritmo que ya es patrimonio del pueblo. Si el pueblo lo ha elegido es porque vale, el chamamé es un sentimiento popular. Todo lo que podamos decir es una metáfora, lo importante es mostrar el valor del chamamé en el ámbito público, que es el consumidor, creador y sostenedor de este ritmo no existe nada más que eso. Todo lo que se le pueda aportar no son más que afirmaciones de lo que el pueblo, soberano, ya ha decidido. Entonces la UNESCO vendría apoyar algo que ya está decretado por el pueblo. Nosotros somos los que lo sufrimos, los que lo danzamos y los que los recreamos. Y si existe el chamamé, es porque nosotros hemos puesto nuestra sangre y nuestras vidas para apoyar este ritmo”.
LORENA ASTUDILLO
“Declarar al chamamé patrimonio de la humanidad es maravilloso, es como preservar una especie ¿cómo no vamos a hacerlo, con su riqueza extraordinaria que lleva años?, ¿cómo no valorarlo y sostenerlo para que persista? El chamamé es poderosísimo, lo que pasa es que como toda actitud no federal que tenemos anidada en nuestro corazón, desde la mirada de Buenos Aires, sucede como en la frase que dice que está la oficina de Dios. Tal vez el tango llega más rápido a esas instancias, pero que el chamamé llegue con el poder que tiene, con la cantidad de territorio y de costumbres acopiadas y de aguas que nos surcan, me parece algo absolutamente maravilloso y necesario”.
JAVIER COLLI
“Que el Chamamé sea declarado patrimonio de la humanidad ante la UNESCO es una gestión muy importante. He tenido la posibilidad de viajar y llevar el Chamamé a Estados Unidos. En 2016 estuve en Los Ángeles, Nueva Orleans y este año fui de nuevo a una gira por Texas y Los Ángeles. También fui convocado por el expo iberoamericano de la música a Portugal en junio, ahora recién estoy llegado. Todo con el chamamé. He notado que el chamamé tiene una importancia muy grande y una llegada inmensa, gusta muchísimo.
En Estados Unidos me asociaron, sin que yo lo quisiera, al jazz. Entonces redoblé la apuesta y contacté a una cantante afroamericana con la que pronto grabaremos Chamamé en inglés e instrumental. Creo que es inédito. Fue un gran suceso allí. Estoy intentando llevar al Chamamé a otros lugares. Me parece un respaldo muy importante para los músicos que sea declarado patrimonio de la humanidad. Es un género muy rico y le falta ser más conocido y reconocido.
Es un trabajo de nosotros, los chamameceros, salir de la región del Litoral y llevarlo a otros terrenos.
Es un respaldo muy grande, me siento muy feliz por todo esto, por todo este presente del Chamamé e invito a todos los colegas a que salten el muro y lo lleven a distintos planos”.
GABRIELA ROLDÁN
“Alguien dijo en una canción que el chamamé tiene paye... y es así tan mágico este ritmo que envuelve en su latir el sentimiento del hombre común, de la algarabía de su gente, de su paisaje fresco y sencillo. Su cadenciosa y sentida danza. Chamamé que me vas por la sangre, más allá de razón y palabras. Sos digno de reverencia en la cultura de un pueblo fervoroso y amante de tu ritual sonoro. Contagiaste a tantos, lo seguirás haciendo a cuantos se acerquen a tu nido de pájaros. Seguramente contagies también a la UNESCO y seas patrimonio del mundo”
HERNÁN CRESPO
“Me parece interesante esta gestión ante la UNESCO para que el chamamé sea declarado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Es una forma de difundirlo un poco más en el mundo y también una forma de protegerlo. Está claro que el chamamé en este momento goza de buena salud, cada vez se difunde más y trasciende las fronteras de lo que es el litoral. Se toca en muchas zonas del país y también en otros países de la zona. El Chango Spasiuk, Raúl Barboza, Rudi y Nini Flores, entre otros, contribuyeron durante estos años a ampliar las fronteras y difundirlo en otros circuitos que antes no eran habituales para el chamamé, como el europeo, sobre todo festivales de World Music. Por eso, si esta gestión sirve para ampliar más esas fronteras y hacerlo crecer en el mundo, bienvenida sea. Hay mucha gente con ganas de escuchar chamamé, tanto el tradicional, como en sus nuevas formas.
Hay que tener en cuenta, que ante mayor visibilidad, de gente de culturas distintas, de una música tan rica como es nuestro chamamé, también va a propiciar nuevas escuchas y nuevas reelaboraciones por parte de nueva gente que conozca, aprecie y se apropie de este género tan lindo. Tenemos que estar abiertos a ello porque todo es un crecimiento. Con el tango, a medida que se fue haciendo más popular aparecieron impensadas situaciones, como el tango electrónico o grupos de tango de japoneses, suecos, etc… Si queremos abrirlo al mundo, tenemos que estar también lo suficientemente abiertos a contemplar y recibir con respeto estas nuevas formas que vayan apareciendo.
Todo es enriquecedor y todo alimenta el crecimiento de esta música tan linda que amamos. Luego, lo bueno, perdurará y lo no tan bueno, quedará en anécdota. Aquí, se va dando esa apertura, ya que tanto el Chango como Barboza fueron discutidos en su momento por los más tradicionalistas y ahora son ampliamente reconocidos por todos y son la bandera del chamamé en esta presentación que se está haciendo ante la UNESCO, la cual, según parece, va a beneficiar a todo el mundo chamamecero. Gracias a ellos dos, me adentré en el chamamé y luego descubrí a los grandes, como Isaco, Montiel, Cocomarola, Tarragó, etc… pudiendo escucharlos y estudiarlos para luego desarrollar una carrera musical como acordeonista y, sin ser del litoral, que pudiéramos ganar el Premio Gardel a Mejor Álbum de Chamamé con mi disco Puertos… eso es una muestra de cómo pueden funcionar las nuevas manifestaciones del género para incorporar y enamorar gente de otras geografías para abrazar y difundir esta hermosa música, llevarla a conocer sus raíces y modificar su alma para seguir el camino. Ojalá que esta presentación del chamamé como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, siga su curso, sea aprobada y que haga crecer el género y, en definitiva, a la música argentina”.