CAPIF entregó la semana pasada las nominaciones a quienes competirán por los Premios Gardel 2017 a la música que cada año entrega esa entidad a los artistas destacados por la industria discográfica, con todo lo que eso implica. Fue una noche donde Sony impuso su criterio y logró con la presión de ciertos jurados que su mayor competidor, Universal Music Argentina, retirara las candidaturas de los músicos a quienes edita por considerar que existe “discriminación” de quienes eligen a los ganadores.
Pero esa no fue la única polémica de la noche. Entre las nominaciones parecían estar todas las catogorías, pero en la nota que FolkloreCLUB entregó a pocas horas de haberse conocido las ternas hubo una que no figuró: Nuevo Álbum Artista de Folklore.
Un día después de conocerse los nominados el armonicista Franco Luciani publicó en su perfil de Facebook un descargo poniendo la mirada en la desilusión y la tristeza que le generó no tener este año esa terma que puede significar un impulso a los nuevos valores.
Estaban en condiciones de competir los artistas que hayan publicado su disco entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2016. El folklore tiene muchos: nos ahorraremos aquí los nombres pero podíamos hace dos ternas con buenos discos de jóvenes del folklore del año pasado.
Para que los jóvenes folkloristas pudieran llegar a formar una terna debe haber al menos tres artistas que hayan cosechado el mínimo de cuatro votos cada uno. Cuesta creer que no se haya podido llegar a un número tan pequeño entre el amplio jurado, máxime teniendo en cuenta que en la primera selección que realiza CAPIF estaba la terna de Nuevo Artista de Folklore, según contaron algunos jurados a este medio.
“Mi enojo no es con la industria sino con la gente del folklore que vota en los Gardel y no votó ese rubro”, aclara Franco Luciani a FolkloreCLUB. “En un país donde el folklore tiene más presencia que el rock no se llega a tener los votos suficientes para que esté el rubro de nuevo artista de folklore. ¡Es increíble! Y es muy trsite”, dice Luciani, entre asombraado e indignado. “No estamos discutiendo a quienes están o no en la terna. ¡No está la terna! Y no está a pesar de la cantidad de músicos folklóricos jóvenes que hay en nuestro país. La falta de la terna quiere decir que no hubo nuevos discos de artistas de folklore. Y no es así, hubo y muy buenos. Pero los jurados le pasaron por al lado a la terna. Es muy triste el mensaje que se da dejando desierta una terna”.
Lidia Borda también opinó. “Los jóvenes tienen la fuerza para no sentirse vencidos por un detalle tan menor. No soy jurado de los Gardel y casi nunca fui premiada. Ni en este ni en otros premios. Me abrí camino sola, como tantos! Sin Pre Cosquin, sin estímulos Clarín, sin Gardel revelación ni nada. El camino del músico no se modifica por una premiación. Gané un Gardel, que en nada cambió mi historia musical. Los premios son un mimo al ego, nos gustan, claro!, Pero, al menos en nuestro país, y específicamente en la música, porque otros premios de otras disciplinas son más productivos, no hacen prácticamente mella en las profesiones de cada uno de nosotros”.
Sin embargo, no se trata de poner en duda la autogestión de los músicos argentinos del folklore y el tango, tan acostumbrados al abandono de una industria que cuando los convoca -si los convoca- es para entregar siempre una caricatura de ellos, más cerca del lugar común que de la verdadera esencia artística que le corre por dentro. Esa esencia, claro está, no necesita de premios para alimentarse. Pero esa es otra discusión: aquí se trata de saber qué capacidad tiene un jurado para ser tal si deja desierta esa terna del género que más festivales tiene en todo el país.
Ángela Irene también se pronunció tras la polémica que abrió Luciani. “(Los jurados) Simplemente no se tomaron el trabajo de buscar entre los tantos discos independientes que han editado los jóvenes artistas y ¡mirá que los hay! Ahora mismo estoy pensando por lo menos en cuatro discos que escuché”, dijo la cantora.
Los géneros tropical, pop, tango y rock tienen sus artistas nuevos listos para ser votados. Pero el folklore, que es más popular que todos esos juntos, no puede darse el lujo de decir que tiene un artista que haya publicado su primer disco en 2016 y merezca un galardón. Seguro que ese olvido no hará mella en la potencia creativa de los jóvenes que sin esperar el premio seguirán comoniendo sus canciones, cantándolas y ofreciéndolas a todos los oídos, aunque algunos pretendan no escucharlas.