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Notas
ENTREVISTA

Por: Télam

11/05/2017

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RECORDAR


Dos voces insoslayables para delinear los contornos de la música popular latinoamericana concretarán el domingo desde las 20.30 en el porteño Teatro Coliseo su primer concierto compartido para mostrar lo que ella presentó como "emociones muy parecidas".

La colombiana Marta Gómez y el argentino Jorge Fandermole, dos voces insoslayables para delinear los contornos de la música popular latinoamericana concretarán el domingo desde las 20.30 en el porteño Teatro Coliseo su primer concierto compartido para mostrar lo que ella presentó como "emociones muy parecidas".

"Como ambos componemos puede darse esa libertad de encontrarse y todo cuadra porque se desarrolla en la canción", apuntó Gómez durante una entrevista con Télam.

Frente a la artista, de 38 años, nacida en Girardot y radicada en Barcelona, el oriundo de Pueblo Andino, una comuna del Gran Rosario, aportó que "nuestro encuentro me parece que es una posibilidad abonada por las compatibilidades".

Durante una charla con Télam, Fandermole, de 61 años, sostuvo que "las compatibilidades existen a partir de cuestiones estéticas y lo demás es cuestión de estrategia de repertorio".

Para plantear esta juntada en el Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125) que se presenta como parte del Festival Mestiza Música, el par de artistas estará acompañado por sus respectivos grupos musicales e intercambiarán roles y momentos durante la singular aventura de encontrarse.

Tras sonar mañana a las 21 en Distrito Siete (Av. Ovidio Lagos 790, Rosario) y el jueves a las 22 en el Teatro Mercedes Sosa (San Martín 400, de Tucumán) Gómez llegará a la sala del centro porteño acompañada por Manu Sijha en violín, Nicolás Echeverría en batería, Lucas Bianco en bajo y Ariel Alberto en guitarra.

Por su parte, una de las usinas de la denominada Trova Rosarina, actuará en yunta con Marcelo Stenta en guitarra, Fernando Silva en bajo eléctrico y cello, Juancho Perone en percusión y Julio Ramírez en acordeón.

Disfrutando de los primeros gestos de una relación estética a la que los dos aportan con sus encantadores y comprometidos recorridos, Gómez y Fandermole se entregaron a un diálogo fresco, franco e interesado.

¿Cómo surgió esta reunión entre ambos?
Jorge Fandermole: Vamos a cantar juntos a raíz de una gentil invitación de Marta del año pasado a la que llegué a partir de que nos vamos enterando de los repertorios y muy a pesar de que yo soy mal escucha.
Marta Gómez: Yo conocía canciones suyas cantadas por Mercedes Sosa o antes por Juan Carlos Baglietto, pero una vez cuando fui a Rosario me dijeron que por ahí Jorge venía a mi concierto y pedí que me pasaran algo de su música y fue una revelación. La primera que escuché fue "Diamante" y me quedé y por eso la grabé en "Canciones de sol" (2016).

¿Qué sienten que los une?
JF: Nos hemos formado en esa cuestión de las fusiones y hay mucha especie musical que va evolucionando a través de la fusión. Quedan lugares donde hay rasgos estrictos pero todo lo demás es un poco de hibridación. Y en lo que tiene que ver con el lenguaje de la poesía tematizamos las mismas experiencias con el amor, con la muerte y con cómo nos plantamos en la vida.
MG: Me parece que nuestros modos de hacer música van a permitir apreciar esa tensión entre la parte femenina y la masculina, entre el Caribe y el sur.

¿Y cómo dialogan las diferencias?
JF: No me parece que haya diferencias. Yo percibo que en lo que tiene que ver con el lenguaje de la música, hay muchas cosas en común. Ella hace cosas estrictamente americanas y yo vengo de los mismos lugares,. Ella toca huaynos y yo también. Quizá ella no toque chacareras y yo no toque la cumbia como ella. Pero a mí me encantaría que me becaran para estudiar las músicas de por ahí porque siempre hay algo en la música de los otros lugares que invita a ver qué es lo que uno quiere hacer con eso. A mí hay cosas de lo rítmico de Venezuela que se me incorporan naturalmente en el modo de tocar y se me quedaron en la mano derecha y empiezan a resultar recursos que uno va usando.

MG: En mi caso y por mi historia no siento las diferencias. La maestra del coro en el que cantaba desde los 4 años, tenía una amiga que le mandaba casettes desde la Argentina y yo crecí cantando "Angelitos resfriados" (de Luis Pescetti), piezas de María Elena Walsh, cosas que creí que eran de Colombia. Es que Argentina es una potencia musical muy fuerte para Colombia y mi adolescencia es el rock argentino por las obras de Charly (García) y Fito (Páez).

JF: Creo que no tenemos mucha noción del volumen de música que tenemos en la Argentina. Lo que es la producción de tango y el bagaje armónico y compositivo te pone a estudiar 20 años porque lo que han hecho esos tipos es una cosa tremenda. Marta, más informada y teniendo un panorama externo, puede tener una valiosa perspectiva de ese bagaje.

MG: ¡Claro! En Colombia hay una gran riqueza rítimica pero los letristas argentinos tienen algo que no está en Colombia donde quizás ahora surjan los cantautores con algo social porque se está corriendo un velo y aunque no hemos vivido una dictadura oficial ahora está más asumido lo de la guerra. Hace 10 años yo decía que estábamos en guerra en Colombia y los colombianos se ofendían.

¿Podría decirse que los reúne la canción?
MG: En mi caso siempre pienso en qué necesita la canción. Siempre pienso en la canción, canto por ella y aspiro a que los músicos que tocan conmigo vayan por lo mismo y no solamente para acompañar a la cantante.

JF: Evidentemente. Tengo la idea de que la canción debiera sostenerse en una versión solista, que la puedas cantar solo y que tiene diferentes tímbricas para el disco y para el vivo. En ese abordaje esa incorporación de recursos que no son los que estaban inmediatamente disponibles siempre funcionan experimentalmente y del modo en que pueden.


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Télam

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