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CRÓNICA EXCLUSIVA

Lucrecia, canta ante El Chaqueño Palavecino y Soledad


19/10/2005

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En una noche que pasará a la historia de su carrera personal, Lucrecia Longarini cantó en la peña que Soledad Pastorutti tiene en Buenos Aires, luego de ser presentada nada menos que por el Chaqueño Palavecino. Fue como un regalo de cumpleaños adelantado ya que el domingo próximo cumplirá los 21...

“Fui allí invitada por el propio Chaqueño, él de pronto dejó de cantar para decir que allí había una muy buena cantante, amiga de un gran amigo suyo, el periodista Guillermo Blanco, y me invitó a subir. Yo no lo podía creer”, afirmó Lucrecia.

En el escenario la dudignaquense se encontró con Palavecino, quien le ofreció sus músicos, y Soledad, quien la saludó e hizo mención a su estatura, todo en un clima distendido en el ámbito del flamante lugar recientemente inaugurado en el barrio de Palermo.

Los guitarristas Bazán y Lazarte, el bombista Pascual Toledo y uno de los violinistas acompañaron en mi menor la interpretación de Lucrecia, (la chacarera Campo afuera, de Carlos Di Fulvio). Al final ella fue muy aplaudida por el público, que le pidió otra. “Me pareció demasiado. Estaban Los Alonsitos esperando, el Chaqueño debía seguir, también se encontraba la dueña de casa, Soledad, así que agradecí y me bajé. Todavía me parece que estoy soñando”, prosiguió Lucre.

FUE INVITADA AL SHOW DEL “CHAQUEÑO” EN BOLIVAR
El mes próximo Oscar “Chaqueño” Palavecino se presentará en Bolivar, y en esa oportunidad Lucrecia –quien desde hace cuatro años se encuentra en Buenos Aires estudiando canto- interpretará varios temas como parte del espectáculo.

El presentador rompe el silencio: “Oriunda de Dudignac, partido de 9 de Julio...”, y el Lucreciaaaa Loongariniii se alarga como el final de “Sueño de la vendimia” (de Jorge Vivas), el primero de los cuatro temas que la moza interpretará este atardecer de viernes en el Salón Auditorium del Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación.

Lucrecia abre el espectáculo que llega con hinchada propia: padres, novio, primas, sobrinos y amigos que han arribado desde la tierra natal y se mezclan con una platea de paladar azul que sigue gozando con “Alfonsina y el mar” (Ariel Ramírez y Félix Luna), toma más envión con el “Oración del remanso” de Jorge Fandermole (“Soy de la orilla brava, del agua turbia y la correntada...”) para terminar entre palmas compartidas con el “Campo afuera“ de Carlos Di Fulvio.

Ella manejó el escenario con “el donaire que tiene su buen zarandear”, como dice la letra difulviana. Acaso haya habido en su cabeza tantas cosas juntas que pensar, que obvió decir el autor de este tema y del anterior. Una insignificancia en medio de un examen del que salió ampliamente favorecida.

Las guitarras de Jorge Labanca y Eduardo Velardi, y la percusión de Mariano (hermano de este último), arroparon a Lucrecia en gran forma, aunque acaso por la ecualización “pegaban” demasiado algunos agudos. Esto por supuesto no fue inconveniente para que se disfrutara una voz firme y personal que, bien llevada y con la lógica ayuda de las circunstancias, pueden favorecer el crecimiento y consolidación de esta cantante autóctona a la que hay que ayudar.

El presentador volvió al escenario luego de los “otraaa” que no pudieron ser satisfechos por cuestiones de orden, y le costó un poco mantener el nivel. Hasta reconoció que iba a ser difícil superar el comienzo de Lucrecia, con un corto pero interesante curriculum que el hombre se encargó de dar a conocer.

Y vaya si lo fue. Quedó la promesa de volver el lunes a la misma hora (18.30) aunque esta vez con la compañía del el tango.


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