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La bonaerense Luna Monti y el tucumano Juan Quintero, que conforman un dúo artístico que sin lugar a dudas está escribiendo más de una página en la historia de la canción folklórica argentina, han finalizado el viernes pasado su presentación de su nuevo disco “Lila”, en el Espacio Ecléctico, ubicado en Humberto Primo 730, San Telmo. Ellos eligen compartir su talento artístico en espacios pequeños para público reducido, y esto constituye un gran acierto porque de esta manera logran un clima intimista, capaz de generar una calidez y comunicación entre artista y público que es mucho más difícil de recrear en círculos masivos. Y desde estos pequeños emprendimientos, siempre a sala completa, han sabido trascender, por el mérito de su talento, con una fuerza expansiva tal que en la actualidad se han ganado el reconocimiento nacional. La noche del viernes pasado, en el Espacio Ecléctico, el dúo concretó otra función donde el arte de combinar las melodías alcanzó niveles exquisitos. Esta es una de las grandes virtudes de Luna Monti y Juan Quintero: Saber recrear y escenificar sentimientos, impresiones y lugares, con la poderosa herramienta de la armonía que ellos exploran con enorme apertura, logrando así que la canción se despliegue con toda su potencialidad, transmitiendo todas las intenciones que su autor seguramente quiso darle al componerla. Para alcanzar este resultado, además de las voces de Luna y Juan, la guitarra del tucumano cumple un rol fundamental, porque en muchas obras del repertorio las cuerdas completan el ensamble armónico y melódico de las voces del dúo, haciendo las veces de terceras o cuartas voces que ningún dúo puede ofrecer. Resultó también muy enriquecedor el aporte de un músico invitado Juan Pablo Dileone, quien contribuyó con instrumentos de viento en tres o cuatro temas, lo que permitió embellecer aún más sus climas a partir de intervenciones justas y precisas, arrimando notas que la canción pedía, como ocurrió por ejemplo con la hermosa canción “Caminito” de Fernando Barrientos. En “Lila” Juan Quintero y Luna Monti continúan el sello único y propio que le supieron imprimir a su anterior disco “El Matecito de las Siete”, y vuelven a acertar con la elección de los temas. A pesar de muchos de ellos ser desconocidos para el público en general, gustan a primera vista, o mejor dicho, “a primera escuchada”. La originalidad de los arreglos armónicos que este dúo expone con sus frescas voces y la guitarra, que lejos de deformar los temas originales, los enriquecen con creces, los llevará inexorablemente a ubicarlos entre los mejores dúos que nos ha ofrecido la historia de la canción folklórica argentina.