El músico jujeño, radicado en Buenos Aires, actuará mañana en el ciclo "Música de Martes", a las 21:30, en Humahuaca 3508. Antes de recorrer un amplio mapa sonoro dialogó con FolkloreCLUB sobre su proceso creativo y la actualidad de sus colegas, entre otras cosas.
Mañana tocarás en vivo, ¿qué repertorio ofrecerás en el concierto?
Así es, estaré en Cooperativa Casona Humahuaca interpretando distintos ritmo folclóricos de Latinoamérica, como Valses Peruanos, Takyraris Chacareras, Valses criollos, Tonadas, Escondidos, Kalluyos, Gatos. En fin una paleta con una diversidad de colores para disfrutar con el público.
¿Qué te lleva a elegir a ciertos autores y compositores?
Cuando elijo las canciones para interpretarlas siempre busco que me identifiquen con algo: alguna sonoridad en especial, la letra, la melodía, el paisaje. No tengo un compositor de cabecera, soy muy curioso, busco cosas nuevas que me generen inestabilidad y me hagan replantear diversas cuestiones que tengan que ver con la música, Además, desde mi perspectiva, pienso que indagar y descubrir músicas de otros lugares te provee multiplicidades de herramientas.
¿Qué diferencias encontrás entre hacer obras propias y versionar obras de otros, cómo trabajás los arreglos?
A pesar de que tengo muy pocas obras de mi autoría, creo que la diferencia que encuentro es que tenés más o menos libertades. Creo que también en algún punto cuando interpretás obras de otros pasan a formar parte de vos también, porque algo de esa obra te llamó la intención, te identificaste, ¿no? Para realizar los arreglos, en mi caso, la tengo que hacer mía a la obra, me tengo que sentir muy cómodo con la obra para que la versión que voy a interpretar sea genuina, sea sincera.
Hay algunos temas que me parten la cabeza, que me gustan mucho pero a la hora de encarar un arreglo, sentarme y escribirlo, no me siento en comunión, no sé, es lo que me pasa, son cosas que están y creo que siempre me va a pasar.
A los arreglos los encaro siempre jugando. No tengo algo estable de “Cómo hacer un arreglo”, sino que me pasa que de algunas obras me fascina la melodía y parto desde ahí, o de la armonía y contrapunto. O si no de las sorpresas rítmicas. Es muy amplio el universo de los arreglos.
Sos multi- instrumentista y cantante, ¿qué te aporta esa diversidad en el escenario y en la vida creativa?
Me manejo en algunos instrumentos, y por ahí eso te da la herramienta de cambiar o combinar los colores de esos instrumentos, por ahí una obra te pide que uses ese color para que, desde el punto de vista del intérprete, suene mejor. Son perspectivas, no es algo absoluto es como yo lo veo. Y en la vida creativa me sirve mucho, porque me abre puertas a diversos mundos sonoros y a conocer gente con otra manera de pensar. Me relaciono con muchos colegas que tocan diversos instrumentos y a su vez se manejan en géneros estilísticamente diferentes y eso la verdad que me encanta. Por más mínimo que sea el dato de, por ejemplo, “cómo tocar la guitarra como lo hacen los guitarristas de flamenco” por más que después no pueda hacerlo o implementarlo en mis producciones musicales, el hecho de conocer otro mundo te alimenta, te abre la cabeza a otros modos de tocar y de pensar la música no solo como un hecho estético sino como un hecho social.
Naciste en Jujuy, estudiaste en Paraná, vivís en Buenos Aires: ese itinerario ¿influye en tu forma de ver la música?
Claro que sí. En Jujuy vi la música desde el juego, tocaba la quena y la guitarra, como ahora. Rondaba por conjuntos de música andina en donde son relevantes los instrumentos de vientos de caña. En Paraná, descubrí que había un mundo que en Jujuy me era lejano, por el simple hecho que no se daba. Tuve la suerte en Paraná de hacer música con muchos colegas que admiro profundamente. Vi la música desde lo académico. Y en Buenos Aires, estoy en proceso de adaptación. Sé que hay mucha movida por estos lares así que adaptándome y trabajando para conseguir oportunidades.
¿Quiénes han sido tus grandes maestros y qué aprendés vos de tus alumnos en tu rol de docente?
Mi primera maestra fue Graciela Gómez de Ledesma – Jujuy, en la época que iba a la escuela primaria ella nos enseñaba música con las flautas dulces. Ella descubre que sabía tocar la guitarra y me dio lugar para eso y luego la flauta dulce en algunas obras. Desde esa época podría decirse que me daba maña con distintos instrumentos. Se armó un grupo lindo de chicos en flauta dulce y éramos dos guitarristas e intercambiábamos. Ella nos incentivaba mucho, nos llevaba a peñas con ayuda de nuestros padres. Pasamos muchas cosas con mi seño. En la secundaria yo seguía viéndola porque la extrañaba. En ese entonces, la semilla que ella había sembrado estaba dando sus frutos: por ella soy músico, docente.
Uno de los maestros de Quena que tuve fue José Chato Gonzales, vientista de Ricardo Vilca y sus amigos, me enseñó a enamorarme de lo que hago.
Silvia Tejeira me ayudó mucho a leer la música. Cuando voy a Entre Ríos para el ingreso de la escuela de Música, no sabía leer, entonces me costaban el doble los ejercicios que nos encomendaban los profesores. Un día esta gran maestra nos brindó una clase que hasta el día de hoy quedo en mí, diciendo “nunca se deja de ser músico, siempre estás escuchando, son sonidos que están desparramados pero si uno los enmarca y se pone a darle una pequeña lógica, tenemos una obra”
La segunda maestra que me marcó, y en muy poco tiempo, fue una profesora de flauta, Alejendra Martínez de Entre Ríos. En una etapa de cambios, la verdad que no sabía qué hacer, era algo duro. Ella me hizo dar cuenta que el cuerpo, su cuidado, su relajación es importante para una interpretación musical genuina, verdadera.
El último de los maestros que tuve fue el maravilloso Marcelo Moguilevsky, su humildad y vocación docente fueron un rayo de luz a lo que pensaba que estaba buscando.
¿Cómo ves al folklore actual, qué compositores "desconocidos" recomendarías?
Hay de todo. No sé si hablar de conocidos y desconocidos, se manejan en círculos diferentes. Pero me quedo con los compositores como José “Chato” Gonzales, de Jujuy, Jorge Cumbo, Juan Wuintero, Manu Sija, Carlos “Negro” Aguirre, Fandermole, Diego Schissi. Y seguiría, creo que hay muchos compositores e intérpretes que en estos días tienen ideas frescas y claras.