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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


Fotos: Diego Nucera

23/01/2017

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RECORDAR


La segunda noche, la de los clásicos, fue la ideal para los nostálgicos. Velada llena de recuerdos y homenajes a próceres de la música de raíz popular y de la seguridad, de que folklore es folklore, pero al estilo que cada uno le ponga.

El cielo se iluminó con los fuegos, cuando la Plaza reconocía un “jubiloso comienzo de otra luna de coplas”.  “Referentes de un decir, que se nos ganó en la memoria del canto…” era lo que se vaticinaba.  Para entender que “el cantar de otros tiempos, profundos en la nostalgia” junto al “acento de todas las tonadas” iban a hacer esta luna, la de clásicos… “en nuestros corazones”.

El primer acento llegó desde Santiago del Estero, con Néstor Garnica quien hace hablar a su violín. Bendecido en patios bandeños, con “su mariposa de madera al hombro”, llegó a Cosquín para despertar a la Próspero Molina que no estaba tan despierta. Chacareras, zambas y hasta temas cantados. Estos, los únicos que no coincidían con los “de siempre”.

“Picardía justa y el carisma de siempre” conforman a Los 4 de Córdoba, por lo que el público los aplaudió antes de sus temas. El primero de ellos fue Soy Cordobés, sí señor. Entre tantas figuras que nombra el tema, el de Agustín Tosco fue el más aplaudido y el aludido por ellos, “por ser un líder y un gremialista en serio, que tenía nuestro país”. Resulta raro que haya dicho eso, siendo que el año pasado aseguraban que en un festival, no se habla de política. Pero lo hicieron, porque gracias a él, conocieron a Horacio Guarany, en el primer momento que Cosquín recordó al “Potro”. Del Chucaro sonaría, para luego continuar una lista, con sus temas más conocidos.

Opus Cuatro, con la voz como instrumento vital (y bandera), estos precursores de une estilo vocal continuaron la grilla. Los nacidos en el invierno del ’68, regalaron tango, chamamé, bolero y las infaltables Desde el Puente Carretero y Chacarera de las piedras. Justo en el día en que el notero de LT8 hacía encuestas, sobre los temas que deberían descansar un poco…

MEMORIAS QUE ENGRANDECEN 
Carlos Méndez
, fue el encargado de regalar uno de los momentos más intensos de la noche. Porque el mendocino, homenajeó a Alfredo Zitarrosa. Ese cantautor brillante que tuvo la América toda. Acompañado de Naldo Labrín, músico y amigo del uruguayo.

Si alguien pasaba por allí y no miraba a quien cantaba, pensaba que proyectaban un holograma “Zita”. Pero no. Carlos, tiene tan parecida la voz, que conmovió a todos. Y todos, se hicieron eco de eso. Como Daniel, fotógrafo que gritó: “¡Canta igual!”. Mientras fotografiaba, a alguien que le regalaba instantes, que no lo eran tanto. Porque movilizaba todo.

Y si movilizaba, fue porque más allá de cantar, lo trajo en imágenes, en recuerdos, en poesía, en palabras. Las palabras que Alfredo supo combinar para escribir temas profundos, bellos, por más que la gente solamente sepa Zamba por Vos y Pa’l que se va. En eso, habrá que ver quien tuvo la culpa de no regalar esas obras de arte. Porque allí está el problema. Como dijo la noche anterior José Luis Aguirre: “Muchas veces se bastardeó a la cultura, inclusive en este escenario. Lo que queremos hacer es reconstruir”. Y eso es, en definitiva, cantar al “Atahualpa uruguayo”.

El violín de Becho, Stefanie, Doña Soledad, Adagio en mi país, Diez décimas de saludo al pueblo argentino, culminaron una lista que cumplen lo que cantaba Alfredo: “Solo les quise entregar/ Su corazón con mi canto”.

Como si hubiese estado guionado, le siguió un “embajador de la música popular por el mundo, creador de temas como Canción con todos, que sonó más bella que nunca con el retorno de la democracia”. Cesar Isella, entonces llegó con su repertorio y la seguridad de que se sigue emocionando como la primera vez, como hizo saber luego en conferencia de prensa. El cantar es andar, Canción de las simples cosas, Padre de Carnaval de Guarany, y el tema antes mencionado, fueron algunos de los que sonaron en su participación.

AQUÍ ESTAMOS HERMANOS… 
Rubén Patagonia
y Tomás Lipán, rindieron homenaje a la Madre Tierra. “PachaMapu” fue una propuesta rica y muy íntima. “Siguiendo los pasos del largo camino que dejaron los antepasados” cantaron Aonikenk, Zamba del Cardón, Yapay Peñi, Quebradeño, Humahuaqueño con el estilo que los caracteriza. Dejando alma y vida en cada estrofa, donde tengan que hablar y defender su tierra. Como lo hizo Soraya, mujer mapuche de la Lof de Resistencia Mapuche Cushamen. Ella habló desde el corazón y no desde cuestiones políticas: “Estamos viviendo una situación difícil desde hace 130 años… no desde hace días. Traigo fuerzas para defender a nuestrass tierras de los agro tóxicos, de la extranjerización”. “¡Fuera Benetton, fuera Lewis, Monsanto, Tinelli, Ginobili, para un territorio libre y sano para nuestros hijos y nietos! Repudiamos al desalojo que se viene”. Sin dudas, un momento muy intenso.

Aquí estamos hermano,  también parecía decirle Roberto Pérez a Coco Martos. No solo por el paso del tiempo, sino por el paso de la tragedia más tiempo, que da como resultado al humor. Por eso Coco, le decía riendo a un notero: “Acá está el PAMI”. Entre una selección de zambas, para homenajar a su tierra, y temas de Horacio Guarany –al que no hacía falta nombrar- le dieron al público un gran momento.

Marcelino Azaguate, mendocino, subió y regaló un repertorio diferente, pero igual en su lindura. Llegado de Cuba, donde participó de un Festival con Silvio Rodríguez. Representante del nuevo cancionero, llevó al Negro Valdivia a bailar junto a Laura Giastiagini y Ariana Andreoli, para que la combinación fuese mejor.

Cuando la noche ya se ponía fresca, llegaron los últimos números. Polo Román, Las Voces de Orán y Florencia Paz, llenaron de calor a la gente. La última, no hizo caso a su apellido y revoloteó a los presentes por su carisma y por hacer bailar. Los anteriores, sabiendo que la mente maneja al cuerpo, llenaron de canciones y remembranzas a quienes estos temas bien pegados a sus historias

  PROMESAS SOBRE EL ESCENARIO 
Nadie sabe porque ahora, Los Manseros Santiagueños, tienen la convocatoria que tienen… O mejor dicho: el merecido reconocimiento. Lo que sí se sabe, es que donde vayan la fiesta estará asegurada. Más allá de los años, de que se nota el paso del tiempo en las voces, no pasa lo mismo en la mística.

Chacarera para mi vuelta fue lo primero de una lista que, pese a la costumbre, sigue siendo efectiva. El punto álgido de la presentación, fue cuando Onofre Paz, Alfredo Toledo y Martín Paz, dando la espalda al público miraban de frente a “Fatiga” Reynoso. En el video, el líder anunciaba que “esta es la última formación de los Manseros, porque vamos a morir en el escenario”. Una promesa cumplida por el gran “Fatiga”, que es uno de los artistas más queridos en toda la historia. La plaza, antes de terminar bailando y despidiendo a la luna,  consternada escuchó entonces Entre a mi pago sin golpear. Por algo se cantaba más fuerte: “La vida me han  prestado y tengo que devolverla…”. Porque saben que artistas como estos, el día que tengan que devolver a vida, lo harán con mucho crédito a su favor.


 📼 REVIVÍ LA SEGUNDA LUNA 


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