}

Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


Fotos: Pablo Astudillo

21/11/2016

Vistas : 2438

RECORDAR


La música es una celebración, compartir y rememorar.  Bajo ese pensamiento, Liliana Herrero presentó “Imposible”, su último trabajo, en el teatro Roma de Avellaneda. En la sala no cabía un alfiler y la emotividad estaba a flor de piel arriba y debajo del escenario. 

La cantante entrerriana desplegó un repertorio donde no sólo enalteció a los clásicos sino que además invitó a la reflexión. “Imposible no significa aquello que no vamos a poder hacer, sino que para mí significa ese murmullo del corazón de la lucha de la fuerza y donde late una esperanza. Por eso le puse imposible, nosotros podemos y somos capaces de crear una comunidad creativa, libre, emancipada como yo pienso que es la música”, comentó. Y añadió: “Nosotros pusimos en este disco a muchos autores que hace muchos años que no se escuchan, pero quisimos señalar muy fuertemente y muy claramente que nosotros los músicos, y muchas personas de este país que no son músicos tenemos una memoria musical, poética y por lo tanto política. No se puede construir un país sin esa memoria, por eso estamos cantando estas canciones, desde Buenaventura Luna hasta el Cuchi Leguizamon”, explicó entre los aplausos del público que agradeció por el encuentro donde desfilaron,  arraigados a la memoria,   Chacho Muller,  Atahualpa Yupanqui, Buenaventura Luna, Juárez-Quiroga,  Manuel J. Castilla, Eduardo Falú, Cuchi Leguizamón y  Armando Tejada Gómez, entre otros.

Con un cuarteto de músicos eximios y sensibles, integrado por Pedro Rossi en guitarra de siete cuerdas, Ariel Naón en contrabajo, Mario Gusso en percusión, y Martín Pantyrer en clarinete bajo, Herrero se dedicó a repasar toda la lista de temas de su disco más reciente “La noche”  o “Carita Morena”, fueron algunas de las postales sonoras: “Esta es la primera zamba que aprendí en mi vida, me la enseñó mi padre. Fue muy importante en los años 40”, relató la oriunda de Villaguay. Y ya con el agua en la voz entonó Uruguaí, del montevideano Rubén Olivera,  en una versión que corrió sus fronteras hacia el jazz, con una percusión emparentada a los británicos de Radiohead.  Sin perder, claro, su esencia de río.

También desde Uruguay, Herrero rescató al inmenso Fernando Cabrera, con “El tiempo está después” que fue coreada por los presentes, conmovidos, por el abrazo de la música.

“Lavanderas del río chico” llegó para recordar al Cuchi Leguizamón, y Herrero puntualizó:”Yupanqui, y el Cuchi Leguizamón y algunos autores de la Banda Oriental son muy poderosos. Ahí tenemos para nosotros y para las generaciones que vienen algo para darles, un legado” La artista siguió homenajeando al salteño con una particular “Chaya de la albahaca”, hecha sólo de voces y percusión, que transmitió el espíritu de la fiesta riojana.

Luego Don Ata tuvo su momento con una “Luna tucumana” corrida de su métrica y armonía tradicional para recrearse en acordes abiertos y tiempos ralentados. En seguida una “Chacarera de las piedras” a dúo con Pedro Rossi, las siete cuerdas de su guitarra y un arreglo memorable. La cantante, entre lágrimas, aseguró que siempre se emociona con el amante del Cerro Colorado.
A continuación, Falú y Dávalos hicieron volar nuevamente a “Las golondrinas” y la cantora rememoró las épocas en las que los jóvenes se iban del país y hacían filas en las puertas de las embajadas, en 2001, analogando a las aves migrantes con sus compatriotas, en un instante de gran conmoción.

El concierto, que se extendió por más de noventa minutos, concluyó con “Casamiento de negros”, “Bagualerita” y, por insistencia del auditorio también la “Oración del remanso” que fue un gesto sutil y de unión con los asistentes: “Creo que los fuegos artificiales de la música, los gritos son un problema del mercado pero no de la música”, finalizó la cantante quien se mostró agradecida y cosechó una ovación a sala llena, como lo hacen los artistas que marcan una diferencia en el territorio de la cultura, a contracorriente, con una voz propia e inconfundible.


Comentarios

Registrarse



Ingreso de usuarios