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Notas
NOTA DE INTERÉS


07/09/2016

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RECORDAR


El 4 de septiembre de 2014 el hombre del “Amor amarillo”, Gustavo Cerati, dejaba este plano de la existencia para galopar hacia las estrellas. Músico prolífico y figura del rock y el pop más allá de las fronteras, el ex Soda Stéreo se inició en la guitarra tocando folklore y aunque en principio no se sintió muy atraído por la música nativa, dio algunas muestras de su cercanía con esas sonoridades.

La primera y más evidente de ellas llegó con el disco Nada Personal, de 1985. Se trata de  “Cuando pase el temblor", que fusionó lo andino con otras músicas. Sobre el tema, Cerati reveló en una entrevista “fue una de las primeras canciones que salieron, sobre una idea que yo ya tenía, inspirada en paisajes que conocía de chico, del noroeste argentino. Y es un poco una fusión, no forzada, de una especie de reggae con un aire de carnavalito; nos empezó a gustar lo que surgía y me puse a escribir sobre ese lugar que recordaba. Al mismo tiempo, no hacía mucho que había ocurrido un terremoto terrible en México; me impactaba mucho esa noticia, y la relacioné con algo totalmente emocional”, explicó.

Además, el video clip del corte, filmado en Tilcara reforzaba la idea que se retrataba en la utilización de sonidos de un teclado que emulan a la textura de los instrumentos aerófonos.
Por otra parte, en 1990 el líder de Soda Stéreo se sumó al segundo volumen de “Grito en el cielo”, un trabajo recopilatorio de Leda Valladares del que también participaron Fito Páez y Pedro Aznar, entre otros. Allí, el músico hizo sus aportes en “La gota cava la piedra”, “De vicio me has de aborrecer” y “En otro poder”.

  SULKY 
Doce años más tarde, en “Siempre es hoy” suena “Sulky”, con una clara rítmica folklórica. En el libro “Cerati nn primera persona”, de  Maitena Aboitiz, el músico brinda detalles al respecto:   "En el caso de Sulky, tenía una base rítmica con un sampler de un vinilo de los años ’60 de Domingo Cura y me dije: ‘¿Por qué no llamarlo y reemplazar el sampler por el original?’.

Y cité al verdadero creador de esa muestra que había utilizado. Es un tipo de 85 años que sigue tocando como si tuviera 21 y es el referente de la percusión en el folklore. Cuando llegó el momento de grabar Sulky, lo llamamos a Domingo. Yo quería que él tocara en vivo, pero me sorprendió queriendo tocar sobre su propio sample. Fue una experiencia buenísima ver la juventud de la música a través de una persona que, desde los años, no es joven. Y ahí me bajó la ficha: mi juventud depende de eso, de ese espíritu. La energía que desplegó en el estudio me hizo reescribir la letra: ‘Ser como piedras perfectas, imaginarnos de viejos’. Y me dejó la sensación de que la música no tiene edad.

La verdad es que escribí un párrafo cuando lo estaba viendo tocar. Y mirándolo a él en acción, con esos bombos que tienen esa sequedad; son instrumentos que realmente reaccionan con el clima, y él tenía que ir afinándolos.

Yo tenía muy presente la idea de la sequedad. Había hecho un viaje a Balcarce, que es un lugar muy lindo: la típica pampa salpicada por sierras que son las más antiguas del planeta. La erosión es tremenda; te produce un efecto «sabiduría de millones de años». Entre eso y verlo a Domingo sacándole emoción a la madera, terminé la letra.

Cuando estábamos grabando, alguien, ahora no me acuerdo quién, me dijo que Domingo tiene 85 años. Yo no lo podía creer. Después, en un par de reportajes comenté lo de la edad sin saber que estaba metiendo la pata. Un día me llama Domingo para decirme que estaba fascinado por el resultado de la canción. Al final de la charla me dice: ‘Che, hacéme un favor, no digas más que tengo 85 años porque me estás mandando a la tumba. Tengo 72’. Me quería morir.” relató.

El viaje de Cerati a través del folklore tuvo una nueva parada en 2009, cuando junto a Mercedes Sosa grabó “Zona de promesas” en Cantora, el último trabajo de Mercedes en vida. Según el ex Soda, se trata de una canción con mucha emotividad ya que es la única de su repertorio en la que menciona a su madre. Durante la grabación ambos músicos se profesaron admiración mutua y llegaron a reinterpretar la pieza “ceratiana” casi como una canción de cuna.

Finalmente, el punto más alto de la vinculación entre Cerati y el folklore sucede con “Cáctus” de su último trabajo “Fuerza natural” con una rítmica que deja entrever aires de chacarera y que fue posteriormente versionada por Abel Pintos o Tonolec, entre otros.



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